domingo, 20 de julio de 2025

El impacto del Pacto Verde Europeo para la soberanía de España y el sector agrario marzo 23, 2022



El vicepresidente de VOX, Jorge Buxadé, ha escrito un clarificador artículo esta semana donde afirma rotundamente que “el Pacto Verde Europeo es la causa real de la hiperinflación de los precios de la electricidad que está provocando el colapso de las economías familiares y de las pequeñas y medianas empresas”.

Hace dos años yo también coincidí con Buxadé en mi opinión sobre ese Pacto en el Congreso de los Diputados al hablar de la estrategia ‘De la Granja a la mesa’. «Esta Estrategia es la materialización del Pacto Verde Europeo en la agricultura comunitaria. Consideramos que lo primero es la recuperación, y que todas estas exigencias de transición ecológica van a constreñir aún más al sector primario muy dañado, y no tienen sentido», apunté entonces a la vez que incidí en que, desde VOX, «hemos apoyado al sector primario durante la crisis con más de 150 iniciativas parlamentarias, y lo seguiremos apoyando después, ya que consideramos al sector agroalimentario un sector estratégico para garantizar la soberanía Nacional alimentaria”.

Informes de impacto del Pacto Verde

Desde VOX, no solo hemos advertido al Gobierno y a su ministro de Agricultura la realidad que veíamos venir ante la demagogia verde en relación con nuestro sector productivo agrario, sino que les presentamos informes de impacto objetivos que señalaban que las estrategias verdes serían catastróficas, condicionarían las rentas agrarias y la producción de alimentos de nuestro sector agrario nacional y europeo.

El primero fue el informe de 2020 del Servicio de Investigaciones Económicas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos que señalaba el impacto en la economía y en la seguridad alimentaria, de las limitaciones impuestas por las estrategias ‘De la Granja a la Mesa’ y ‘Biodiversidad 2030’, que se adoptarían en virtud del Pacto Verde de la UE. La conclusión fue que se reduciría el volumen de alimentos producidos entre el 7 y el 12%, se incrementarían los precios mundiales de los alimentos entre el 9 y el 89%, y la población en situación de vulnerabilidad alimentaria se incrementaría a una cifra que oscilaría entre los 22 y los 185 millones de personas.

El segundo fue el informe del Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea que publicaba un esperado documento, en el verano del año pasado, tapado mientras se negociaba la reforma de la PAC, sobre el impacto de cuatro objetivos seleccionados de las estrategias ‘Biodiversidad’ y ‘Del campo a la mesa’. Algunas conclusiones de este informe fueron:

– Cualquiera que sea el escenario considerado, todos los sectores muestran descensos en la producción de entre el 5% y el 15%, siendo los sectores ganaderos los más afectados.

– Los cambios en la producción conducirían a una disminución de las posiciones netas de exportación de cereales, carne de cerdo y aves de corral, y a un empeoramiento del déficit comercial de la UE en el caso de las semillas oleaginosas, las frutas y hortalizas y la carne de vacuno, ovino y caprino.

– Aumento de los costes de producción y descenso de los precios en origen.

 Incremento de las importaciones procedentes de terceros países.

La guerra en Ucrania agrava la situación alimentaria

Esta semana la FAO alerta de que la guerra de Ucrania puede provocar un «huracán de hambre». La guerra agravará la inflación alimentaria, que ya estaba en niveles desorbitados desde noviembre del año pasado. Las justas reivindicaciones de nuestros agricultores comenzaron antes de la pandemia debido al aumento de costes y la falta de rentabilidad de las explotaciones. El COVID y la guerra han agravado esta situación ante la obscena inacción de nuestro Gobierno.

“Las interrupciones logísticas y de la cadena de suministro en la producción de granos y semillas oleaginosas de Ucrania y las restricciones a las exportaciones de Rusia tendrán repercusiones significativas y podrían aumentar gravemente la inseguridad alimentaria a nivel mundial, cuando los precios internacionales de los alimentos y los insumos son ya altos y volátiles”, indicaba el texto.

Entre las distintas recomendaciones, el informe apunta a la necesidad de “hacer todo lo posible” para mantener abierto el comercio mundial de alimentos y fertilizantes; aconseja a los países que dependan de Rusia y Ucrania que busquen proveedores alternativos y también pide que se diversifique su producción nacional, pues se desconoce cuánto durará el conflicto.

VOX lo advirtió ante el ministro Planas

El pasado 9 de marzo dije al ministro Planas lo que hoy es ya una preocupación generalizada, que el suministro alimentario es un asunto de vital importancia para la geopolítica de nuestro continente, que la dependencia alimentaria de países terceros, como Rusia o Ucrania, actualmente en conflicto, podía ser fatal para nuestra seguridad alimentaria, que nosotros hemos insistido en la defensa de la soberanía alimentaria desde que llegamos al congreso en 2019 y que nuestra insistencia fue contestada desde los inicios, por todos los grupos, insultándonos .

Le dijimos que lo más grave sería que en Europa hubiera posibilidades de pasar hambre, por ello era necesario ponerse ya en marcha con medidas excepcionales, y lo primero era la urgente suspensión de las políticas suicidas en relación con el abastecimiento alimentario como son las condicionalidades basadas en demagogia verde.

Le pedimos el alejamiento urgente y la derogación inmediata de la Agenda 2030, y de todo acuerdo o legislación internacional que culpabilice a nuestros productores de los problemas medioambientales mientras exonera a los verdaderos culpables; le solicitamos que se abandonaran los prejuicios ideológicos, absolutamente trasnochados, faltos de rigor científico, social y económico, y se fomentara la producción urgente de alimentos, plantación de cereales, dar una solución a la cuestión del regadío a nivel de dotaciones, elaborar una estrategia de necesidades alimentarias, y el fomento de la producción con incentivos.

En resumen, el diseño de una nueva Política Agraria Común europea menos verde y más agrícola, que incentive urgentemente la producción y fortalezca al sector agrario, reconociendo su carácter prioritario y estratégico

Casi quince días después de la comparecencia del ministro, seguimos solicitando medidas de urgencia, se han flexibilizado las importaciones de cereales y se van a empezar a cultivar los barbechos, pero esto no es suficiente, sigue siendo necesario un plan de contingencia alimentario y productivo, una bajada radical de impuestos y de los costes de producción, una solución para las dotaciones de agua para la producción agraria, y la suspensión inmediata de la reforma de la PAC trufada de demagogia ecologista y de las agendas globales que ahogan nuestra producción.

Estamos en una situación de urgencia alimentaria, y ahora, más que nunca, la agenda tiene que ser España y los españoles. Lo decimos en las instituciones, y en la calle, como se gritó en la gran manifestación de este pasado domingo del Mundo Rural: O demagogia verde, o el pan de nuestros hijos.

Un gobierno contra la ganadería, un sector imprescindible para el interés nacional enero 7, 2022

 


El ministro comunista de consumo, Garzón, ha vuelto a soliviantar al sector ganadero-cárnico español con unas escandalosas declaraciones al periódico The Guardian.

En su incendiaria entrevista al medio británico, Garzón declaró que España exporta carne de mala calidad y que no respeta el bienestar animal. Todo el sector ganadero, las Organizaciones Profesionales Agrarias, la interprofesional cárnica, el conjunto del sector, han pedido el cese inmediato del ministro, petición de cese a la que se une VOX de manera rotunda.

VOX ya pidió la reprobación y el cese del ministro de consumo en julio del año pasado, por los ataques constantes al mundo de la ganadería, al consumo de carne, al sector remolachero, al aceite de oliva, jamón ibérico y queso por su inclusión como “productos proscritos por Nutriscore” o al sector turístico y hotelero definiéndolo como “de bajo valor añadido”.

Las declaraciones de Garzón

Concretamente, Garzón, refiriéndose al sector ganadero-cárnico, ha declarado: «Encuentran un pueblo en una parte despoblada de España y ponen 4.000, 5.000 ó 10.000 animales. Contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan esa carne de mala calidad de esos animales maltratados».

Las declaraciones al periódico internacional inglés se enmarcan en un contexto donde las exportaciones cárnicas españolas a Reino Unido crecen un 105% en valor, en la última década, y el volumen de productos cárnicos exportados al país británico se ha incrementado un 70% en los últimos diez años.

Se trata de un verdadero ataque del Gobierno de España a un sector agroalimentario exportador importantísimo para el interés nacional.

Estas afirmaciones se unen a los ataques a la ganadería y al consumo de carne de este gobierno, basados en la Agenda 2030, agendas globalistas impulsadas por la industria animalista, apoyadas por importantes poderes económicos, también nos encontramos con la inclusión del lobo en el Lespre, las trabas administrativas al ganadero, recortes a la PAC, las leyes de bienestar animal, o los cambios legales y de ingeniería social en la relación de las personas con los animales, todo con el fin concreto de acabar con la ganadería.

La cuestión de las macrogranjas

Todo este ataque a la ganadería lo tratan de disimular en relación con una supuesta cruzada contra lo que ellos llaman macrogranjas.

Realmente, las ideas animalistas que sostienen una parte importante de este gobierno, no quieren que haya explotaciones ganaderas en España, ni grandes ni pequeñas, utilizan el término de macrogranjas como una herramienta política para ir minando el concepto ganadero. En su cambio de paradigma animalista de derechos animales, descartan la ganadería a todos los niveles.

Ese término que utilizan los animalistas para atacar la ganadería no se encuentra recogido en ningún tratado de zootecnia, ni tampoco aparece en ninguna de las disposiciones vigentes del ordenamiento jurídico de España o de la Unión Europea.

El tamaño de granjas está limitado por ley, tal y como marca el Real Decreto 306/2020, de 11 de febrero. Asimismo, también está limitada por ley la distancia entre las granjas y entre éstas y cascos urbanos.

La normativa de purines es muy estricta a nivel europeo. Los niveles más estrictos de las normativas española y europea regulan dónde, cómo y cuándo aplicar los purines, no pudiendo sobrepasar los 170 kg de nitrógeno por hectárea y año en las zonas vulnerables y los 210 kg en el resto. Además, cada granja está obligada a disponer de un plan de producción y gestión de estiércol incluido dentro del Sistema Integral de Gestión de Explotaciones de ganado.

Las granjas están obligadas a disponer de balsas cercadas e impermeabilizadas para evitar el riesgo de filtración y contaminación de las aguas superficiales y subterráneas. Además, el Real Decreto 261/1996, de 16 de febrero, sobre protección de las aguas contra la contaminación producida por nitratos procedentes de fuentes agrarias, limita las cantidades de purines por hectárea, tal y como se ha señalado en el punto anterior.

Es absolutamente totalitario y arbitrario plantear una moratoria para que no se den licencias para explotaciones ganaderas, como ya ha hecho Emiliano García Page en Castilla La Mancha. Es inverosímil que sea el propio gobierno socialcomunista el que diga que no se cumple la Ley, cuando son ellos los responsables de hacerla cumplir y están gobernando.

La implicación de la industria con el mundo rural

En VOX hemos solicitado a la industria que se comprometa realmente con las zonas rurales, fomentar la creación de cadenas de valor en el territorio, que se construyan mataderos y salas de despiece alrededor de las granjas para generar cientos de puestos de trabajo en la zona, en vez de transportar los animales vivos hasta las instalaciones de la industria.

Impulsar plantas de Biogás en la misma zona donde se encuentra la granja de tal manera que se creen puestos de trabajo (de 40-70 empleos) para conseguir reciclar dichos purines o conseguir sacar energía de estos. En estos momentos muchos de los purines se están transportando a plantas situadas en otros lugares con lo que el empleo no se genera en el medio rural.

La agenda 2030

Lo que dice Garzón no es más que lo que recoge el Gobierno en su Agenda 2050, que es un desarrollo de la Agenda 2030. Las protestas de García Page, Lamban u otros socialistas, ante las declaraciones de Garzón, son solo postureo.

No solo debería dimitir Garzón, debería dimitir todo el gobierno por arruinar nuestro sistema productivo, atacar a agricultores y ganaderos, por su gestión errática de la crisis sanitaria, mentir constantemente, tratar de cambiar nuestra forma de vida y valores, e imponer agendas globalistas contrarias a España.  

Garzón trabaja en contra de España, como el resto de este gobierno irresponsable, por ello la Agenda España que defiende VOX es más necesaria que nunca.

Reforzar Occidente, defender España 7 de abril de 2025




 Las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea no son una anécdota más en la larga lista de desencuentros transatlánticos. Son el síntoma claro de que el modelo económico globalista, basado en un libre comercio desregulado y anárquico, así como en la cesión de soberanía a instancias supranacionales, está agotado.

Durante las últimas décadas, este modelo ha sometido a nuestros sectores estratégicos —como la agricultura, la ganadería, la pesca o la industria— a una competencia desleal frente a productos importados que no cumplen los estándares europeos ni en lo social, ni en lo ambiental, ni en lo fiscal.

Marruecos, Egipto, la China Comunista u otros países emergentes han entrado por la puerta grande en los mercados europeos, mientras nuestros productores han sido asfixiados por normas cada vez más exigentes, con el mantra del cambio climático como soga de nuestros productores, y por una política comercial dictada desde Bruselas sin tener en cuenta el interés nacional y muy perjudicial para el bloque occidental.

Es necesario recordar que Europa construyó su unidad económica sobre principios hoy olvidados, como la preferencia comunitaria, uno de los pilares fundacionales de la Política Agraria Común. Este principio defendía la producción agrícola y ganadera del Espacio Económico Europeo frente a las importaciones desleales de terceros países, garantizando una seguridad alimentaria estratégica y protegiendo la rentabilidad de nuestros productores.

Sin embargo, en las últimas décadas, la Unión Europea ha traicionado esos principios, firmando acuerdos comerciales desequilibrados con países que no respetan nuestros estándares sociales, laborales o ambientales. El resultado es claro: balanzas comerciales que evolucionan negativamente para las naciones occidentales con respecto a potencias donde se produce bajo condiciones inaceptables, mientras sufrimos una pérdida progresiva de competitividad y empleo en nuestros sectores estratégicos.

Curiosamente, el balance comercial con EE. UU. ha sido siempre positivo económicamente para Europa, es normal que EE. UU. se esté cansando de que ese balance lo usen los políticos europeos para fortalecer potencias anti occidentales como la China Comunista. De hecho, las políticas comerciales de las últimas dos décadas han potenciado una asociación alternativa al G7 llamada BRICS que aglutina a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y que está confrontando comercialmente con el bloque occidental y a la que se unen nuevos socios de naciones emergentes con dudoso respeto por la libertad y los derechos que tienen las naciones occidentales.

Desde VOX llevamos años denunciando esta deriva. Hoy, cuando incluso Estados Unidos prioriza su soberanía industrial con medidas proteccionistas y plantea aranceles para reconducir un comercio que aboca a EEUU al abismo, es hora de que Europa reaccione también. No podemos seguir siendo un bloque que abre su mercado sin reciprocidad, que tolera el dumping social y que sacrifica su tejido productivo en nombre de un mercado global ficticiamente libre, pues la diferencia de costes, de normas sociolaborales, de concepción del Estado o de la libertad, hacen inviable la libre competencia.

Los aranceles son defensas comerciales. La guerra no la hace quien se defiende, sino quien invade. Siempre se han usado aranceles para la defensa de producción propia, los aranceles han sido una constante por ejemplo en la formación del mercado común europeo, la clave es establecer cómo se usan esas defensas comerciales, si para fortalecer un bloque económico de libertad o para favorecer un plan global que no distingue las dictaduras o los Estados Comunistas de los países con libertad.

España tiene ante sí una oportunidad única. Como miembro de la Unión Europea, puente hacia Hispanoamérica y socio natural de Estados Unidos, debemos liderar una redefinición del comercio internacional en términos de soberanía, justicia y sentido común. No se trata de levantar muros, sino de exigir condiciones justas. No se trata de rechazar el comercio, sino de ponerlo al servicio de nuestras naciones occidentales y no de oligarquías transnacionales corruptas.

Ahí están los casos de corrupción de la clase política europea. Huawei, involucrada en escándalos de corrupción y espionaje, ha sido utilizada como herramienta política del régimen comunista chino para captar favores y vulnerar la seguridad europea. Gazprom, el gigante energético ruso, ha comprado voluntades en las instituciones europeas con el mismo fin. Con un competidor directo para España como Marruecos, hemos visto cómo el Moroccogate ha destapado una red de sobornos a eurodiputados socialistas y populares para promover los intereses del régimen marroquí a costa de los intereses de españoles y europeos.

Lo verdaderamente interesante sería el fortalecimiento de un verdadero Espacio Económico Occidental: un área donde el comercio se base en la defensa de la producción nacional, complementando las carencias con países que aporten positivamente al bloque occidental, en normas compartidas y en el respeto mutuo entre naciones libres. Esto implica limitar acuerdos con regímenes autoritarios que compiten con ventaja gracias a sus bajos estándares. Implica también exigir transparencia y posibilidad de veto en cualquier tratado que atente contra nuestros sectores estratégicos.

Porque no hay transición ecológica sin soberanía energética y mucho menos alimentando la voracidad de la China comunista que es la mayor contaminadora del planeta. No hay sostenibilidad si se sacrifica nuestra pesca o nuestra agricultura para contentar a Marruecos. No hay justicia social si abandonamos a nuestros agricultores mientras importamos cítricos de Sudáfrica tratados con pesticidas prohibidos aquí.

La reconstrucción del orden económico occidental debe comenzar desde el respeto a nuestros intereses, a nuestra soberanía y a nuestros pueblos. Y España, con VOX, debe estar en primera línea de esta transformación histórica que va a redefinir el comercio y ordenarlo.

La partitocracia corrupta española y europea se echarán a corto plazo en los brazos de la China Comunista, y de otros países gobernados por sátrapas y totalitarios, pero esa clase política corrupta que hemos sufrido en España y en Europa también tiene que desaparecer para recobrar la normalidad en el bloque occidental.

16 de mayo de 2025 El repentino interés de China por Castilla-La Mancha y Ciudad Real




En las últimas semanas hemos asistido a una sucesión de encuentros, viajes y gestos diplomáticos en la región de Castilla-La Mancha que, a simple vista, parecen formar parte de una inocente estrategia de cooperación internacional con la China comunista. Se han anunciado posibles acuerdos aparentemente inofensivos en materia de exportación de vino o productos agroalimentarios. Se ha vendido a la opinión pública como una «oportunidad comercial» más. Sin embargo, bajo esa apariencia de normalidad comercial podría esconderse la auténtica estrategia geopolítica del régimen chino, algo que no podemos ignorar.

Distintos alcaldes socialistas de la provincia de Ciudad Real han viajado a China, en una delegación junto a otros alcaldes de izquierdas, incluidos proetarras de Bildu. También lo ha hecho Emiliano García-Page, en una visita institucional presentada como promoción de la región. El embajador chino en España ha intensificado su agenda en los últimos meses, reuniéndose tanto con representantes del PSOE como del Partido Popular. La última de estas reuniones ha tenido lugar en Madrid con la Diputación Provincial de Ciudad Real, en un gesto que no debería pasar desapercibido. ¿Por qué tanto interés y por qué precisamente ahora?

La respuesta podría ser clara para quien observe con una perspectiva estratégica: Ciudad Real es una provincia rica en materias primas críticas y estratégicas, muchas de ellas esenciales para la transición energética, la industria tecnológica y la defensa europea. Y el Partido Comunista Chino —líder absoluto en el control mundial de tierras raras y minerales estratégicos— podría no venir solo a colaborar en temas puntuales, sino a controlar esos recursos.

En EL Campo de Montiel se ha descubierto un yacimiento de Monacita Gris, un mineral que contiene tierras raras fundamentales para la fabricación de componentes electrónicos, turbinas eólicas, baterías y sistemas militares. Según datos publicados por medios nacionales, este yacimiento podría abastecer hasta el 33% de la demanda europea, situando a España —y particularmente a Ciudad Real— en el centro del mapa minero del continente. Se trata, probablemente, del mayor hallazgo de tierras raras en Europa en décadas.

A esto se suma la presencia de wolframio (tungsteno) en la mina ‘El Moto’ de Abenójar, litio en fase de exploración, niobio, tántalo, caolines y otros recursos de altísimo valor industrial. Es evidente que Ciudad Real está en el foco y podría convertirse en uno de los epicentros mineros de Europa. Y ese podría ser el verdadero motivo del creciente interés chino por nuestra tierra.

Y no hablamos de teorías conspirativas, sino de hechos contrastados. Durante su reciente visita oficial a China, Pedro Sánchez (PSOE) se reunió con los máximos responsables de compañías chinas especializadas en baterías y litio, como Chery y Envision. Estas empresas manifestaron abiertamente su deseo de acceder prioritariamente a los yacimientos españoles de litio y tierras raras, en lo que constituye un intento claro de penetración económica y creación de dependencia estratégica.

Santiago Abascal (VOX) le pregunto a Pedro Sánchez (PSOE) abiertamente el pasado miércoles, en la sesión de control, sobre las posibles cesiones de tierras raras a China.

Mientras PSOE y PP se hacen fotos y celebran supuestas oportunidades de exportación, lo que realmente está en juego es la soberanía sobre nuestros recursos naturales. No es la primera vez que China actúa así: primero llegan los acuerdos puntuales, luego las inversiones encubiertas, después el control de infraestructuras logísticas, y finalmente la dependencia económica. Lo hemos visto en África, en Hispanoamérica y en el sudeste asiático. Ahora podrían querer hacerlo en el corazón de España.

Y mientras esto ocurre, el bipartidismo y toda la grasa mediática que lo rodea callan o incluso aplauden. Medios de comunicación que demonizan continuamente a Donald Trump y a Estados Unidos, y al mismo tiempo blanquean sistemáticamente cualquier acercamiento al régimen comunista chino.

Esta misma semana, soldados del Ejército Popular de Liberación de China desfilaron en la Plaza Roja de Moscú, junto al Ejército de Vladimir Putin, demostrando que Pekín no es un socio comercial neutral, sino un aliado estratégico del bloque ruso que amenaza la estabilidad del orden occidental. Y sin embargo, nuestros políticos miran hacia otro lado.

Nadie recuerda que el Partido Popular, a través de María Dolores de Cospedal, firmó un memorándum de colaboración con el Partido Comunista Chino. Tampoco se menciona que el PSOE mantiene vínculos comerciales, ideológicos y políticos con China, especialmente a través de José Luis Rodríguez Zapatero y los socios comunistas del Gobierno.

No se trata de conspiración. Se trata de hechos. Hechos que solo unos pocos estamos dispuestos a desenmascarar.

La riqueza mineral de nuestra tierra, si finalmente se explota, debería ser gestionada con sentido nacional, con visión estratégica, en beneficio del bloque occidental y al servicio de los españoles.

España y Europa necesitan recuperar su soberanía industrial, energética y tecnológica. Y eso pasa por proteger nuestros yacimientos, auditar con transparencia sus reservas, y garantizar que su explotación cree riqueza, empleo y desarrollo en nuestras comarcas rurales, y no beneficios para regímenes autoritarios ni comisiones para políticos irresponsables.

Porque lo que hay en el subsuelo de Ciudad Real no es sólo mineral: es independencia nacional y europea, futuro industrial, empleo y seguridad estratégica. Y no vamos a permanecer impasibles ante los planes expansivos del Partido Comunista Chino ni ante la ambición de políticos sin escrúpulos a los que les importan un bledo los pueblos de Ciudad Real o el interés nacional y europeo.

Y si nuestros dirigentes no tienen en cuenta estas amenazas, sólo caben dos explicaciones: o bien actúan por ignorancia, lo cual ya sería grave, o peor aún, son plenamente conscientes de lo que hacen. En ambos casos, merecen ser señalados con firmeza y avisados ante cualquier responsabilidad pública.

Ricardo Chamorro, diputado nacional de VOX