jueves, 5 de septiembre de 2013

En tiempos de crisis llega la política real. Los puntos de Aznar

 

VIENTO DE LA MANCHA     RICARDO CHAMORRO
VIENTO DE LA MANCHA

En tiempos de crisis llega la política real. Los puntos de Aznar
   
29/08/2013 .   

Winston Churchill decía que “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.”

El politólogo italiano Salvatore Santangelo dice en uno de sus análisis políticos: "La historia demuestra que los cambios más duraderos no tienen lugar en los períodos de expansión económica (años veinte y noventa) sino en los períodos de crisis y de incertidumbre (años treinta y hoy). Nuestra tarea tendrá que ser construir nuevas fórmulas de cohesión social apropiadas a nuestro tiempo para perseguir una visión comunitaria capaz de generar un futuro mejor y más próspero".

Los momentos de incertidumbre, crisis y desafíos que vive España exigen políticos de talla con objetivos y principios claros, más allá del simple político profesional burócrata que pretende arreglarlo todo con el enredo fácil. De igual manera los partidos políticos necesitan objetivos claros que eleven por encima de sus propias miserias la voluntad política de sus militantes regenerando y engrasando la propia estructura.

Las últimas décadas han estado marcadas en España por una serie de burbujas alimentadas por un insulso pensamiento “progresista” que relativizaba todos los ámbitos: ya sea la finanza, el trabajo, las empresas, la política, la construcción, la nación… Esto se acabó y es hora de volver a darnos impulso o permanecer permanentemente en la inopia o en la crisis permanente.

Desde el ámbito del centro derecha José María Aznar señaló en su discurso analítico en El Club Siglo XXI unas pautas claras para España que creo que deben ser una referencia importante para este ámbito político.

Aznar analizó en su discurso cinco desafíos que superó la nación española a través de su transición: nacional, institucional, territorial, social y sobre la posición exterior de España. Y la respuesta de cinco compromisos: Nación y monarquía, Estado de derecho, Estado autonómico, sociedad de bienestar y europeísmo.

A partir de lo anterior señaló una serie de puntos que un proyecto reformista de centro derecha debería establecer de manera inmediata:

Primero, dejar claro que no está abierta la discusión sobre la Nación española ni sobre su soberanía. Fijar como criterio trasversal de todas las políticas el fortalecimiento de la Nación. Asegurar que cualquier acuerdo nuevo se haga para reforzar la Nación y no para debilitarla.

En segundo lugar, renovar y fortalecer el funcionamiento de nuestro sistema democrático y el respeto a la ley y al Estado de Derecho. Hay una crisis política que exige soluciones y reformas políticas. Reformas incisivas, para reforzar y modernizar la democracia representativa, no para liquidarla.

En tercer lugar, estabilizar definitivamente la estructura territorial, de modo que, garantizando la unidad nacional tanto como la autonomía, se supere el vaciamiento creciente de lo común y se asegure la igualdad de oportunidades, la igualdad de derechos y la solidaridad de todos los españoles. Es hora de incrementar la racionalidad organizativa y económica del modelo territorial, tanto en lo que se refiere al Estado Autonómico como a los entes locales.

En cuarto lugar, flexibilizar y estabilizar la economía, porque estabilidad y flexibilidad son las dos claves del euro. Es lo que hace falta para adaptarse a la nueva realidad de la economía mundial; y es lo que se requiere para restablecer una solidaridad entre generaciones que está en riesgo. Es lo que necesitan las clases medias y lo que hará posible el bienestar.

Si nos fijamos, Aznar sitúa la economía en cuarto lugar. A pesar de las reticencias que pueda causar el análisis de Aznar, incluso en el propio seno de su partido, es evidente que sus palabras no deberían caer en saco roto.

Tener objetivos claros nos permite avanzar aunque cambiemos la tripulación del barco.

Cuando los objetivos no están claros políticamente, cuando no hay orden, cuando lo particular se impone a lo común, las visiones son contradictorias y el enredo es más importante que los principios, cualquier crisis puede hacer caer  toda la estructura política. Esto ya lo vimos con la UCD y el centro derecha español se pasó toda la década de los ochenta en el limbo hasta que Aznar dio dos referencias claras al PP, España y la libertad, ensamblando una férrea unidad alrededor de esos dos principios.

Una de las últimas muestras de contradicción del centro derecha es como la ambiciosa y necesaria Reforma de La Administración Pública, que “parió” Moncloa, ha sido reducida de manera importante y amputada por la Federación de Municipios y Provincias (FEMP) que controla el propio Partido Popular.

Ante un otoño caliente es necesario reflexionar, renovar si fuera necesario, regenerar,  siempre sin perder el norte y establecer objetivos claros, pues la falta de referencias claras e ilusiones en el centro derecha siempre se ha traducido en hecatombe política.

www.twitter.com/rchamode

 Ricardo Chamorro Delmo