La política liberal-conservadora predijo la crisis Griega en su libro Statecraft, escrito en 2001 y publicado en 2002.
Imagino que todos aquellos que tienen a esta gran política como icono, se sorprenderán ante los argumentos de la británica, que coinciden plenamente con los de aquellos políticos a los que se está llamando en la actualidad, radicales o extremistas.
El icono liberal-conservador lo dejó claro en su libro:
"La moneda única europea está destinada al fracaso", "aunque el momento en que esto ocurra y sus consecuencias son todavía inciertos"
"Ese fracaso no se puede arreglar por un rescate estadounidense ni internacional, porque los principios básicos de la euro-zona son irremediablemente defectuosos".
"Habrá una presión enorme, y al final irresistible, para dejar que los presupuestos los haga también Europa. La eurozona no tendrá sólo una moneda única, habrá también un balance general único".
"Con la moneda única habría un tipo de interés único, que no tendría en cuenta los intereses de Gran Bretaña sino los de un conjunto de países, lo que sin duda supone una receta para crear ciclos de auge y depresión".
En el euro no caben países tan distintos como Alemania y los más pobres de Europa, "cuyas ineficientes economías serían devastadas" en la Unión Monetaria.
"No sé exactamente cuándo, pero el euro se romperá. Quienes crean que durará para siempre deberían pensarlo mejor"
"Sin el poder para emitir y controlar la moneda un estado no puede determinar su política económica"
Los tipos de interés se fijan de acuerdo a criterios supranacionales, lo que limita mucho la capacidad de los gobiernos para responder a shocks económicos. Sólo les quedan las medidas fiscales, pero es una ilusión pensar que las decisiones monetarias y fiscales pueden ir por separado a largo plazo. Los países acabarán dejando sus políticas fiscales en manos de Europa, y los estados miembros se convertirán más o menos en el equivalente a las administraciones locales".
"El establecimiento de esta vasta superestructura federal significa nada menos que la creación de un súper-estado europeo, que no es, no será y no puede ser democrático, porque no existe una opinión pública europea. Sin soberanía, para la cual es imprescindible el poder para emitir la moneda, la constitución no se puede cumplir y el mandato democrático pierde por completo su sentido".
"Un gran número de grupos de interés se esconde bajo el manto del idealismo europeo, y el fervor religioso europeísta se acompaña del engaño y la corrupción". "Europa", "es en realidad sinónimo de burocracia"
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