viernes, 28 de diciembre de 2018
40 años de Constitución española
40 años de Constitución española
05 de noviembre de 2018
El 6 de diciembre de 1978 el pueblo votó en referéndum la actual Constitución, que es el ordenamiento político más duradero de la historia reciente de España, salvo el de la Restauración canovista. Es más: aquella vieja Constitución de 1876 era un instrumento torpe y ambiguo que demostró servir mal en un país que quisiese ser moderno, mientras que el texto de 1978 ha permitido que los españoles estén al mismo nivel que el resto de los europeos en todos los terrenos, también en el político.
De entre todas las características de la Constitución que en estas fechas se recuerdan y se ensalzan, podemos mencionar las libertades y derechos que reconoce, con una amplitud sin precedentes en nuestro país, o la articulación institucional y territorial del Estado, que al menos sobre el papel posee un equilibrio admirable. Pero hay un aspecto que no se suele mencionar con toda la importancia que tiene: la Constitución es una garantía permanente de estabilidad.
Otras constituciones, españolas o extranjeras, fueron diseñadas para un momento concreto de la historia, y al cambiar las circunstancias tuvieron que cambiar o que ser derogadas. La Constitución de 1978, en cambio, define un ámbito de convivencia sin límite temporal, y en efecto nada se opone a que España siga sirviéndose de esta Ley Fundamental durante mucho tiempo más, lo que en sí mismo es un hecho casi sin precedentes.
La estabilidad de fondo del sistema, que es probablemente su mayor virtud en un país que tiende a ser convulso y apasionado, descansa sobre tres pilares: la soberanía del pueblo español, la unidad nacional (España patria común e indivisible) y la adaptabilidad de todo lo demás a las necesidades reales y tangibles. España es una nación, y el pueblo es la única garantía de legitimidad; todo lo demás puede cambiar, al servicio de los valores nacionales, siguiendo un praxis democrática que nadie discute.
Incluso los aspectos de nuestro régimen político que más problemas han creado (como las autonomías, la constitucionalización de los partidos o la desmovilización política de la sociedad) tienen soluciones en el mismo texto, si se recuerda el espíritu de ese eje medular de la Carta. El futuro, en lo bueno y en lo malo, pertenece al pueblo español, y cualquier futuro de justicia, paz y libertad puede plasmarse a través de la Constitución. Ésta puede interpretarse sólo teniendo en cuenta lo que en ella hay de irrenunciable (Soberanía del pueblo español, Nación española y Reformismo). Que nadie escuche, pues, cantos de sirena, ni acuda a insólitos “diálogos” antidemocráticos, porque fuera de la Constitución y de sus principios esenciales no hay ni paz, ni libertad, ni justicia, sino un retorno sombrío a la división entre los españoles.
El resurgir de la derecha social
El resurgir de la derecha social
29 de octubre de 2018
Hay una derecha social, que poco tiene que ver con la España del dinero –si hay una “derecha económica”, votaba a Zapatero o a Sánchez, estaba a gusto con Rajoy-Soraya y los Pujol, y desayuna en el Ritz con Pablo Iglesias-.
Ajena a ese centro conformista aterrorizado por las encuestas, hay una derecha que transgrede y que sorprende, que tiene en su seno todo y lo contrario de todo; que es capaz de ser feminista y sobre todo femenina, que es a la vez religiosa y laica, tradicional y revolucionaria; capaz de ganar en Carabanchel y en los conventos de clausura. Un magma revolucionario en política, en sociedad, en cultura y en economía, que cuando sale de casa y se une da más miedo a cierto PP que al PSOE; quizá por eso hubo quien prefería perder las elecciones que aceptar una derecha de principios.
Esa derecha empezó nuevamente a salir a la calle en la revolución de los balcones con la bandera de España después del golpe de estado en Cataluña, y pudimos ver a esa derecha social nítidamente en el mitin de VOX en Vista Alegre, sin complejos, sin remordimientos, orgullosos de su bandera.
La marginación de la derecha social
Decía hace años José Javier Esparza (en los tiempos de Rajoy-Soraya) que “sigue habiendo una derecha social, la de verdad, la que está en la calle, con un acentuado sentido de la independencia que, por supuesto, no ahorra las críticas a la derecha oficial, es decir, al PP… toda esa gente que ha creído y aún cree en la unidad nacional de España, en la libertad personal, en la familia, en la propiedad, en el derecho a la vida y en la vigencia de la civilización cristiana. Porque eso es lo que está pasando. Hace sólo seis años, España era un hervidero de inquietud social en el ámbito de la derecha. Las víctimas del terrorismo enarbolaban la dignidad nacional. En Cataluña, Galicia, las Baleares, Valencia y el País Vasco surgían movimientos cívicos que defendían la libertad lingüística… aparecían plataformas que reivindicaban el derecho a la vida… la libertad de enseñanza y la objeción de conciencia a la “Educación para la Ciudadanía” zapateriana, o que defendían la unidad de la nación española. Hoy es fácil decir que eran “cuatro gatos”. Podrá desmentirlo cualquiera que haya estado en las numerosas manifestaciones de aquellos años”.
“Hace seis años pareció, en definitiva, que en España podía nacer una derecha de principios e ideas, una derecha digna de ese nombre. Hoy, seis años después, de todo aquello apenas queda nada… Y lo más importante de todo: quien ha sepultado la efervescencia de la derecha social no ha sido la sectaria izquierda de otrora, sino la derecha política de ahora; un partido, el PP, que fue llevado literalmente en volandas al poder por esa derecha social hoy quebrantada. El desmantelamiento de la derecha mediática sólo es una parte, y quizá no la más importante, de un proceso mayor: el desmantelamiento de la derecha social. Estamos asistiendo a una operación de domesticación sociopolítica que parece concebida para frustrar cualquier rectificación de la deriva que España arrastra desde hace más de treinta años”.
Sigue habiendo una España inasequible a la domesticación
Sigue habiendo una derecha social –y muy extensa- que mantuvo sus principios pese a la deserción del partido que mayoritariamente la representaba. Esa derecha Social ha sido un magma circulante por las catacumbas que tras la traición de Rajoy y la imposición del ideario zapateriano, explotó hace unas semanas en Vista Alegre de la mano de VOX.
En un sistema partitocrático, como es el nuestro, la orfandad institucional es un trago muy duro. Es muy difícil sobrevivir. Ahora hay dos opciones:
Una, que de verdad la derecha social se aglutine en torno a VOX, sin olvidar a este nuevo PP de Pablo Casado que emerge tras su figura después de años de un PP que frustraba a la derecha social, o al Cs de la resistencia en Cataluña y la defensa de España (que en conjunto es esa síntesis de la que ya habló Pedro Laín Entralgo, “en la que convivan amistosamente Cajal y Juan Belmonte, la herencia de San Ignacio y la estimación de Unamuno, el pensamiento de Santo Tomás y el de Ortega, la teología del padre Arintero y la poesía de Antonio Machado“).
La otra, que el sistema triture, digiera y recicle cualquier disidencia convirtiéndola en detritus marginal, que es lo que pretende Pedro Sánchez y su gobierno okupa apoyado por siniestros poderes económicos, secesionistas y comunistas. Si prevalece esta última alternativa, podremos ir olvidándonos de la supervivencia de España como agente histórico relevante”. Se trata de dejar que venzan los principios y el programa de la progresía, y da lo mismo si viene etiquetada como izquierda, extrema izquierda o centro, o de luchar contra ellos en su terreno, el de las ideas, no el del mercadeo, los cargos y los negocios. “Todo lo demás se queda en mera reacción estéril”.
¿Es anticonstitucional criticar las autonomías?
¿Es anticonstitucional criticar las autonomías?
Opinión / 29 noviembre, 2018
Ricardo Chamorro
Se está generalizando en los medios de comunicación calificar a VOX como un partido que atenta a la Constitución por reivindicar una reforma constitucional y recuperar competencias hacia un Estado unitario en igualdad para todos los españoles, sin autonomías.
El Estado español es un Estado unitario por definición, lo que no quiere decir centralista, nunca compuesto o federal. Este carácter unitario ya se determino en las Cortes Generales y Extraordinarias de Cádiz en 1812 que ejercieron el poder constituyente originario del pueblo español, las cuales rechazaron frontalmente cualquier asomo de extravagante y extranjerizante federalismo.
El Estado se descentraliza administrativamente a través de entidades autónomas que son las administraciones locales, Diputaciones o Comunidades Autónomas. Estas entidades administrativas sirven al Estado para garantizar derechos a los ciudadanos en igualdad. El desarrollo autonómico en clave antinacional ha sido la clave del fracaso del propio modelo de las autonomías, unido a un descontrol por parte del Estado que en vez de velar por los derechos de los españoles en igualdad ha interpretado la descentralización como un dogma sin pararse a analizar los pros y contras en relación a la cohesión nacional.
VOX con su propuesta fortalece la Constitución, los demás la relativizan
Es curioso que nadie llame partido que atenta a la Constitución al PSOE que en la declaración de Granada, expresamente, pide una reforma de la Constitución hacia un Estado Federal asimétrico, rechazando la propia tradición jurídica constitucional española, así como la actual Constitución y la igualdad entre todos los españoles; o a Cs que va en la misma línea de reforma federal; o a PODEMOS que pide expresamente una reforma hacia un Estado Plurinacional que pretende fulminar la base de nuestra constitución, empezando por todo el Título Preliminar.
Curioso que los medios manipulen de esta forma a los ciudadanos Españoles remarcando que VOX ataca la Constitución olvidando lo anterior. El PP, en cambio, orienta ahora su discurso hacia la recuperación de competencias pero defendiendo las autonomías. ¿Acaso solo puede pedir la Reforma Constitucional la izquierda y que nadie les llame anticonstitucionales?
Qué VOX pida una reforma del Estado de las Autonomías para garantizar la Soberanía Nacional y la igualdad de todos los españoles, contribuye a fortalecer principios básicos de la Constitución en beneficio del pueblo español, precisamente el pueblo español es el sujeto político soberano.
Los partidarios de un Estado sin autonomías marcaron este verano su máximo desde 2014 y volvieron a superar el 21 por ciento en el Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Si unimos el anterior dato junto a aquellos que quieren menos autonomía y competencias para las CCAA, tendríamos un 30 por ciento de españoles que prefiere un Estado más unitario y en igualdad, que el actual.
En este ultimo CIS el 37,5 por ciento optaría por dejar tal cual el Estado de las Autonomías. Optaría por mas autonomía para las CCAA solo un 14,6 por ciento y por un Estado que concediera el derecho de independencia de las autonomías solo el 9,8 por ciento.
¿Cómo es posible que ante estos datos que reflejan la opinión del pueblo español, el cual es el sujeto político soberano, alguien niegue la posibilidad democrática de proponer una reforma radical del sistema autonómico, mientras se fomentan reformas federales que no representan ni al 15 por ciento del pueblo español?
VOX no pide romper la soberanía o la nación española como pide PODEMOS (artículo 1.2 y 2 CE); VOX no pide acabar con la igualdad de los españoles (artículo 14 CE) como si hace el PSOE con el federalismo asimétrico, beneficiando a las regiones ricas frente a las más pobres, beneficiando fiscalmente a catalanes frente a andaluces.
VOX pide una reforma en beneficio de todo el pueblo español sujeto de la Soberanía Nacional y en beneficio de la Nación Española, fundamento de la propia Constitución, que es muy distinto a lo que les atribuyen para desprestigiarlos.
martes, 20 de noviembre de 2018
VOX explota
Era cuestión de tiempo que VOX saliera de las alcantarillas a donde la dictadura progre de lo políticamente correcto pretendía condenarle. El acto convocado en el Palacio de Vistalegre superó todas las expectativas de los organizadores, con miles de personas que no pudieron acceder al recinto por el lleno monumental.
Todos los acontecimientos políticos y sociológicos convergen en la necesaria aparición de una fuerza populista de derechas que recoja el descontento generado por las legislaturas de Rajoy, la caída del bipartidismo, la corrupción, el cuestionamiento de nuestra Soberanía Nacional, la crisis de Cataluña o los golpes e inseguridades que la globalización produce en las clases medias y bajas de nuestra sociedad, en forma de inmigración, pobreza y salarios bajos.
¿Qué es el populismo?
Los políticos de los viejos partidos utilizan la palabra populista en un sentido simplista y negativo al margen de un análisis concienzudo de este fenómeno que esta extendiéndose por Europa y el mundo.
El populismo no es una ideología, sino una mentalidad que asigna al “pueblo” cualidades naturales de tipo ético opuestas a los vicios de los gobernantes. Se alza en momentos de crisis contra la política tradicional. La palabra es usada como insulto de los políticos a sus críticos, pero es una realidad que se extiende. Es compatible con la democracia y se basa en una democracia multiplicada; y no es de derechas ni de izquierdas, puede ser de las dos cosas. No tiene vínculo con ideologías.
Marco Tarchi es un politólogo italiano profesor titular en la Escola de Ciencias Politicas “Cesare Alfieri” de la Universidad de Florencia, donde enseña Ciencia política, Teoría política y Comunicación política. Sus líneas de investigación se refieren, principalmente, al populismo, área de investigación en la que es uno de los mayores expertos en Europa.
Tarchi define de esta manera el Populismo: “El populismo europeo es la corriente de opinión fundada en el arraigo que denuncia los excesos de la mundialización y del multiculturalismo. En opinión de Tarchi, el populismo “denuncia incansablemente la mistificación del principio representativo, la expropiación de la voluntad ciudadana por parte de la casta de políticos profesionales, reivindica el derecho de los pueblos a conservar identidades y tradiciones forjadas a través de los siglos, exige un reforzamiento de los instrumentos de democracia directa […], se opone al poder excesivo de las finanzas, reclama mayor equidad social y lamenta tanto los excesos de intrusismo del Estado en la vida de los ciudadanos, empezando por la Hacienda, como la erosión progresiva de la soberanía de las naciones en beneficio de ese Moloch burocrático que tiene su sede en Bruselas”.
La realidad internacional que ayuda a VOX
Las sinergias internacionales provenientes de EEUU, Hungría, Italia, Polonia, Austria o Hispanoamérica ayudan a romper tabúes y empujan a VOX sin remedio. Son partidos heterogéneos unos jacobinos, otros autonomistas, otros liberales, otros laicistas, otros confesionales, lo más llamativo es la vinculación de cada una de estas formaciones a su propio pueblo, con una mirada de indiferencia, si no es de desconfianza, hacia la suerte de los demás.
Como dice Tarchi: “los “feos, sucios y malos populistas” son los únicos dispuestos a representar en escena el papel de disidentes. Frente a ellos, los educados profetas de una reducción de la democracia a vehículo de imposición de una ideología consumista, materialista, cosmopolita, uniformadora.”
Esta semana vemos titulares de cómo con el gobierno de Donald Trump en EEUU han subido los salarios un 3% y el paro ha bajado del 4%. Donald Trump afirmó en la Asamblea General de la ONU hace tres semanas de manera tajante: “Rechazamos la ideología del globalismo y aceptamos la doctrina del patriotismo”. El mismo Donald Trump al que insultó al unisonó el PP, Cs, el PSOE o Podemos apoyando todos a Hilary Clinton.
La importancia de VOX que no quieren ver
La irrupción de VOX aterroriza al establishment, sus terminales mediáticas tratan de minimizar el fenómeno de manera ridícula, pero ya no lo pueden tapar. A VOX le faltaron un puñado de votos en las elecciones europeas de hace cuatro años, con pocos meses de vida como partido, con apoyos tan significativos como el del el exalcalde de la ciudad de Nueva York Rudy Giuliani que hoy es el abogado personal de Donald Trump . Ya nadie cuestiona que VOX entrara en el parlamento el año que viene, los esfuerzos hechos por el PP en las legislaturas de Rajoy por silenciar al partido de Abascal fueron grotescos.
El fenómeno VOX, mas allá de un partido político, puede ser el aglutinante de una derecha social silenciada por Rajoy que evolucione en una fuerza trasversal al margen de la izquierda y la derecha, podría ser una fuerza decisiva en esta “segunda transición” que algunos anuncian, e intervenir en la redefinición del país con una propuesta nacional y unitaria, frente a las demandas federalistas, confederales o plurinacionales de la izquierda, centristas o socialdemócratas.
La extrema izquierda populista surgida y mimada en las legislaturas de Soraya-Rajoy tiene enfrente una nueva fuerza, realmente silenciada por los medios y la oligarquía, que opone un relato coherente contra los mensajes rupturistas de nuestra Soberanía y las complicidades del actual gobierno con el secesionismo.
Cualquier análisis serio sociopolítico apunta a que VOX tendrá mucho que decir en la España del siglo XXI, es inevitable, y algunos mediocres de la vieja política deberían ir tomándoselo en serio
martes, 9 de octubre de 2018
Los privilegios que consagrara nuestra Constitución
Los privilegios que consagrara nuestra Constitución
Opinión / 04 octubre, 2018
Ricardo Chamorro
¿Qué ocurriría si dijéramos que es la Constitución quien consagra la singularidad vasca y catalana? ¿Si resultara que la única base jurídica que legitima una situación diferenciada territorial en la España del siglo XXI es nuestra Carta Magna?
Los fueros, tan famosos en vascongadas y Navarra no legitiman nada, es la Constitución Española quien crea tristemente el problema, quizás la reforma de la que tanto se habla debe ir a la inversa de lo que pide izquierda y separatistas.
Todo el programa nacionalista es falso e incongruente. Los fueros medievales vascos y navarros, concedidos por sus reyes y señores – nunca vascos – eran un conjunto de privilegios sociales, territoriales y económicos en todo similares a otros estatutos jurídicos contemporáneos. Fueros y privilegios tuvieron también muchas ciudades, comarcas, estamentos y grupos castellanos, aragoneses, catalanes, gallegos, valencianos, etc.. En España habría así, a ojo de buen cubero, unas dos mil entidades con “derecho histórico a la autodeterminación”. En la misma “Euskalherria”, dos docenas de villas y ciudades navarras, con fueros medievales propios, podrían declararse a su vez independientes.
En realidad, los fueros vascos y navarros no son diferentes a otras situaciones de la España medieval y moderna, y no otorgan a los secesionistas derecho alguno a la autodeterminación, o a la independencia como ahora prefieren matizar. Los derechos históricos que la Constitución de 1978 recoge y ampara tienen vigencia sólo derivada de la propia carta magna, y son parte del ordenamiento jurídico español, con todas las consecuencias del caso. Sin la Constitución y las normas que la desarrollan, los restos de normas preconstitucionales estarían tan derogados como los Principios Fundamentales franquistas o como las pruebas de limpieza de sangre.
Además, los llamados “derechos históricos” sólo existen en la medida en que no se vulneren los principios esenciales del mismo ordenamiento constitucional. Si bien en virtud de esos recuerdos de la legislación predemocrática algunas Comunidades Autónomas tienen más competencias que otras (función pública, normas civiles, tributos), ninguna de ellas tiene un estatuto diferente en cuanto a su pertenencia innegociable a la Nación.
Los secesionistas están jugando con fuego, el PNV se va dando cuenta aunque juega al despiste. Si pretenden manipular la historia y el Derecho para convertir los viejos fueros en permanente derecho a la independencia, el resultado puede ser, muy al contrario, que se pongan en cuestión los privilegios y singularidades que los nacionalistas obtuvieron en la Transición al amparo de Eta y de una lectura muy discutible del pasado.
Es evidente que si los derechos se ejercen en fraude de Ley y con la intención de romper la unidad constitucional, bien puede resultar que un Gobierno nacional enérgico prefiera dar todo su peso a la igualdad jurídica entre los españoles y hacer una verdadera reforma donde se acabe con los chiringuitos autonómicos y los privilegios de unos españoles frente a otros.
La situación en Cataluña de desobediencia flagrante a la Constitución, hace plantearse reformas de calado en sentido contrario a lo que pide PODEMOS y PSOE. En el espectro político de la derecha solo VOX ha pedido una reforma constitucional contundente que revise por completo el Sistema Autonómico, eliminando todos los parlamentos autonómicos, y recuperando competencias para el Estado, manteniendo una centralización política que no disperse la representación de la Soberanía Nacional, y planteando una descentralización administrativa radical orientada hacia los municipios y provincias. En el PP y Cs ya se oyen voces en el mismo sentido de recuperar competencias, ilegalizar a partidos separatistas y aplicar un nuevo 155 en Cataluña, mucho más contundente, que recupere el orden Constitucional en ese territorio. También existe un número creciente de socialdemócratas, izquierda jacobina e izquierda moderada, que consideran que la situación de privilegio no puede seguir tolerándose más.
Veremos si la tan cacareada reforma Constitucional es pedida finalmente por una mayoría de españoles hartos, pero en el sentido contrario al que pide una parte de nuestra partidocracia federalista y pro autonomías.
Si hay reforma ha de ser para fortalecer la Nación Española, para el capricho de minorías egoístas y extractoras ya no estamos dispuesto
miércoles, 3 de octubre de 2018
La resurrección de Aznar
La resurrección de Aznar
Opinión / 20 septiembre, 2018
Ricardo Chamorro
Aznar ha conseguido en una mañana resucitar la identidad política de la derecha, actuando a la ofensiva, después de años de mediocridad.
Todos aquellos que han seguido esta columna, así como los que me conocen, saben que siempre he defendido a José María Aznar como una figura fundamental en la configuración de la derecha social y política española. De hecho yo me afilie al Partido Popular por Aznar. También he de decir que me di de baja con Mariano Rajoy, después de trece años, y apoyé el proyecto de VOX implicándome sin ningún tipo de complejos y sigo apoyándolo, al igual que apoyo cualquier iniciativa de la derecha social en sentido amplio o aquello que beneficie el imperio de la ley, mi identidad o la unidad de mi patria.
Como yo no me muevo por etiquetas ni partidos, sino por convicciones, felicito de una manera rotunda a José María Aznar que ha conseguido en una mañana de un martes de septiembre resucitar la identidad política de la derecha, actuando a la ofensiva, después de años de mediocridad y pusilanimidad rajoyesca o sorayesca, lo mismo da que da lo mismo.
Con Rajoy hemos vivido unos años de un centrismo pusilánime y suicida, tal y como definía ese centrismo Federico Jiménez Losantos hace ya muchos años: “lo que caracteriza al centrismo, digamos, profesional, es su carácter excluyente, su modo de hacer política en función de la captación de votos, pero a costa de despreciar a la inmensa mayoría social de la derecha, a cuya sombra electoral procura vivir. El político de derechas se dice de centro por costumbre y rentabilidad. Pero el centro nunca se define contra la izquierda sino contra la derecha. Es el auto-odio conservador, un viático para un suicidio”.
¿Cuándo vence la “derecha” en la sociedad y en las urnas?
Cuando sabe ser ella misma, sin exabruptos pero sin complejos.
Para ofrecer soluciones atrevidas y para pedir sacrificios a la gente hay que obtener su confianza. Y la confianza es personal: se tienen que fiar de uno, de su identidad, de su identificación con el país. Porque el país es Patria, mucho más que una empresa y una contabilidad, y su personalidad vale mucho, más incluso que las comodidades individuales. Vistas así las cosas, cuanto más sólidos sean la identidad y el patriotismo de uno mejor le podrá ir en las urnas
Los éxitos macroeconómicos o tecnocráticos no vencen elecciones. Los votantes quieren una razón para votar o militar, que no puede ser sino la defensa de unos principios y de una identidad que los adversarios desean destruir, están destruyendo.
Si uno defiende España y el otro trabaja para destruirla hay que abandonar las suavidades de los tiempos de paz. Todo está en grave peligro. Sólo una derecha sin complejos puede vencer, y la alternativa es el caos.
Análisis histórico y separatismo
Análisis histórico y separatismo
11 de septiembre de 2018
El historiador y columnista navarro Pascual Tamburri dejó escrito, hace casi dos décadas, un Análisis histórico y enseñanzas políticas de los nacionalismos separatistas en España.
De esos escritos considero importante sacar un pequeño extracto que resume de manera magistral la evolución histórica de España y la irrupción del separatismo.
Tamburri, hoy fallecido, vislumbró lo que hoy ocurriría, y es ya un hecho en su querida Navarra y en España.
Análisis histórico y enseñanzas políticas de los nacionalismos separatistas en España:
La Historia es sencilla y elocuente. De Roma, antes de nuestra Era, Hispania recibió el nombre y la unidad administrativa, cultural, vital, así como del Cristianismo llegó la unidad espiritual.
Con el reino visigodo de Toledo esa unidad católica quedó consagrada y coronada, y estrechamente asociada a la independencia política.
Este planteamiento llegó a la Edad Media, y constituyó el núcleo del proyecto de Reconquista: el restablecimiento de la unidad y la independencia perdidas. La Reconquista es un proyecto político, cultural y religioso de UNIDAD a lo largo de ocho siglos, que forman definitivamente el carácter de España.
La larga y difícil lucha contra el Islam introdujo un nuevo aspecto en la identidad nacional española; divididos en diferentes núcleos de resistencia, los españoles crearon monarquías y principados independientes entre sí. León, Castilla, Navarra, Aragón y Cataluña, y después Portugal, compartieron una misma idea permanente de España, pero se dotaron de ordenamientos jurídicos e instituciones diferentes.
La España finalmente libre y unida que los Reyes Católicos legaron a sus sucesores fue también una España plural. Ya en los siglos de la decadencia española, nace y triunfa la idea de nación, precisamente con España como primer modelo y paradigma.
La Ilustración es la primera filosofía de la Modernidad. El liberalismo y el socialismo marxista son sus herederos. Frente a esto, el hombre, y en especial los europeos (los españoles), poseen una dimensión comunitaria, espiritual y jerárquica. Por eso la Ilustración se enfrenta con la realidad y trata de destruirla. La Ilustración se enfrenta por tanto con la realidad histórica de España. Pronto la monarquía borbónica (desde 1700) asume como propias esas ideas. Ya no es una monarquía cristiana y española, y desaparece poco a poco el ideal imperial nacido de la Reconquista.
Nace la economía como ciencia omnicomprensiva. España es además débil interiormente y exteriormente. Interiormente sus clases dirigentes traicionan al pueblo; exteriormente España deja de ser una gran potencia.
1808 muestra la contradicción: el pueblo demuestra su fuerza colectiva y defiende la unidad, la independencia, la fe cristiana y los valores nacionales. Los reyes y los ilustrados se entregan a los franceses, pero España vence. Vuelve desgraciadamente a ser gobernada coma antes, no es Imperio (se pierden las Indias) y no tiene un proyecto común.
Surge la división interior: a) división política: liberales frente a absolutistas. b) división social: el capitalismo y el socialismo. c) división espiritual: la cuestión religiosa. d) división regional: los separatismos.
La crisis exterior amenaza la INDEPENDENCIA. La crisis interior, tomando como excusa la PLURALIDAD, amenaza la UNIDAD. Y en esto seguimos. La pluralidad consagrada en los Fueros y privilegios era difícil de encajar en los principios de la Ilustración, y también en el marco del Estado liberal del XIX. El problema se solucionó torpemente, y de esa herida mal cicatrizada nacieron los separatismos vasco y catalán. Los nacionalismos periféricos no son hijos del tradicionalismo, que siempre fue radicalmente español, pero aprovecharon como él las contradicciones de un Estado unitario de jure pero claudicante de facto.
La tendencia a la división es espontánea como tendencia, ante la crisis, pero es aprovechada por minorías antiespañolas. La división es fácil de explicar: la nación española, el pueblo, tiene una identidad propia y unitaria, católica en lo religioso, patriótica en lo político, comunitaria en lo social, variada en lo regional. Pero contra la voluntad nacional esas minorías construyen identidades alternativas. Esas identidades nacen de una minoría consciente de mentir. Crean poco a poco los elementos de falsas identidades, primero entre los intelectuales, después en pequeños grupos culturales, luego como alternativa social, y finalmente en política. Han trabajado a largo plazo; mienten, pero triunfan.
De 1880 a 1910, trabajaron en la sociedad y la cultura.
De 1910 a 1930, empezaron en política
De 1931 a 1939 casi triunfaron. Fueron derrotados en lo político (militarmente) pero no encontraron respuesta cultural y social.
De 1939 a 1975 fueron reprimidos políticamente, pero se toleró su trabajo social y cultural. El franquismo aceptó la idea básica (falsa) de que todo lo vasco/catalán es separatista, y por lo tanto antiespañol.
El debate no ha terminado. La ambigüedad del siglo XIX perdura jurídicamente en la Constitución, pues según A. Bonime-Blanc (Spain’s Transition to Democracy, Boulder, 1987, p. 52 - 53), el consenso constitucional español de 1978 fue “una nueva forma de negociación política [que implicó] el uso de cualquier medio necesario - secreto o público, parlamentario o extraparlamentario - para alcanzar un compromiso político”. Para algunos, en la redacción final y consensuada de la carta magna cabe desde el Estado centralista hasta una hipotética confederación de Estados soberanos.
Hoy más que nunca es necesaria una solución que respete la diversidad regional pero que no ponga en cuestión la unidad nacional. Una minoría preparada, con un objetivo claro, está imponiendo su voluntad. Hay que denunciar el intento y plantear una alternativa. La eficacia frente a ellos pasa por responder a los problemas concretos, reales, con nuestros medios: sin sueños improbables, y sin nostalgias innecesarias.
El fin de la Transición
El fin de la Transición 27 de agosto de 2018
Las cuatro principales figuras de la Transición fueron Torcuato Fernández Miranda, Manuel Fraga, Carlos Arias Navarro y Adolfo Suárez, sin olvidar al Rey Juan Carlos.
Los cuatro fueron hombres del régimen, los cuatro franquistas. El nombre de Carlos Arias ya ha sido borrado del Ayuntamiento de Madrid, al resto le quedan pocos años de reconocimiento.
La transición no fue más que el pacto de fuerzas de la oposición en el exterior, con apoyo internacional, principalmente EEUU, con fuerzas del propio régimen franquista para la transición democrática.
En ese pacto se conciliarían, teóricamente, las dos Españas en un sistema democrático a la europea. Se respetaría a los dos bandos en una nueva España.
Eso es lo que creyeron los que hicieron la transición del bando nacional. Todo eso fue un engaño a la vista de los hechos.
La profanación del General Franco y el cuestionamiento de base de la propia transición hacen saltar por los aires toda su concepción.
Pedro Sánchez, el que dinamitó el PSOE de Felipe González, ese PSOE que también fue parte de esa transición, será el se cargue la transición junto a Podemos y separatistas.
El respeto por el pasado era una pieza clave para construir la democracia.
Jamás Adolfo Suárez , a pesar de los pesares, concebiría que se hiciera lo que se pretende hacer con el General Franco y la Basílica del Valle.
El fin de la transición y su reforma es ya un hecho.
A modo de recordatorio pongo la opinión de Adolfo Suárez, secretario general del Movimiento, sobre Franco, las opiniones del resto, incluido el Rey Juan Carlos, eran similares, sólo hay que mirar la hemeroteca.
Adolfo Suárez, a la muerte de Franco, se pronunciaba así: “El paso de los siglos no borrará el eco de su nombre, unido siempre al recuerdo de una justicia social y un progreso como nunca antes conociera nuestra patria. Con él logró España ser una, grande y sobre todo libre de cualesquiera fuerzas extrañas a sus propios designios. La obra de Franco perdurará a través de las generaciones” (El Alcázar, 21 de Noviembre de 1975).
Antes del referéndum de 15 de Diciembre de 1978, convocado para aprobar la Constitución, Adolfo Suárez dirigiéndose sin duda al franquismo sociológico, habló así: “No ignoramos nuestro inmediato pasado, el construido por la excepcional figura de Franco, (y lo) asumimos con responsabilidad y recogemos su herencia para perfeccionarla”.
Maquiavelo y el nuevo PP
Maquiavelo y el nuevo PP
30 de julio de 2018
Parafraseando al pensador católico Juan Donoso Cortés, Pablo Casado afirmó en el Congreso de su partido: “Hay que unirse, no para estar juntos sino para hacer algo juntos”. Casado planteo la regeneración, la unidad a favor de unos determinados principios, la vuelta al orgullo de ser del PP, y terminó ganando el Congreso a Soraya Sáenz de Santamaría, no sin que se produjeran importantes heridas, los verdaderos cambios son siempre dolorosos en un primer momento.
La caída de Arenas
La lucha a cara de perro entre los dos candidatos ha contado con importantes dosis de estrategia y se ha cobrado una pieza importante que en Castilla-La Mancha tenía una gran influencia, particularmente en Ciudad Real, y que no es otro que Javier Arenas.
Cospedal se ha vengado de este personaje, que no se lo puso nada fácil al principio en esta región. La influencia de Arenas ha puesto y quitado presidentes provinciales, ha impuesto cargos y marcado directrices, ha sido nefasto para la autonomía del partido en Castilla-La Mancha hasta que llegó Cospedal.
Consejos de Maquiavelo
No obstante una vez que se ha vencido a la candidata del stablishment financiero-político-progre, Pablo Casado no lo tendrá fácil y son muchas las dificultades para que el PP vuelva a ser la referencia y levante el sector de centro-derecha nacional dándole vigor. Para luchar contra la unión de izquierda y separatistas, el centro-derecha nacional debe contar con fuerza y unidad, por ello sería importante desechar lo accesorio y cuidar lo que aglutine a ese sector político y a su derecha social.
"Contra una determinada fuerza, el hombre debe oponer otra por lo menos igual si se la quiere resistir; y para vencerla hará falta poner otra mayor. Con soluciones medias nada se consigue". No lo dijo santa Teresita de Lisieux, claro, sino Nicolás Maquiavelo, un hombre tan citado como poco leído, y con una malísima fama en la cultura tradicional española. La cuestión es si en la política real de 2018 se puede hacer política sin tener en cuenta a Maquiavelo.
La máxima responsabilidad de un político, y de quien le asesore, es conquistar, conservar, reforzar y gobernar con éxito su Estado. Raramente esto se hace por dejación o por inercia, sino por ejercicio de una firme voluntad. "Todo lo que se necesita para luchar contra el futuro está escondido en el pasado, y el hombre sabio busca ese conocimiento en la Historia". ¡Y esto sigue siendo verdad en medio de la generación de adultos que menos historia clásica lee!
"Somos criaturas débiles que caemos ante el menor cumplido, hasta el punto de que un gobernante puede mantener a su lado a una panda de ineptos si éstos le dicen lo que él quiere oír. Como resultado, aquellos hombres que de verdad resultan valiosos se alejarán de su lado y el gobierno que sustentan se vendrá abajo". ¿No suena tan inmoral este "maquiavelismo", no es cierto? Quizá Maquiavelo deba su mala fama, más que a otra cosa, a haber puesto por escrito verdades permanentes de la política que resultan molestas cuando uno se ha apartado de ellas, y en especial cuando ha de pagar las consecuencias de esa elección.
"Un gobernante debe ser tan despiadado como las llamas del infierno con sus enemigos, y mostrarse severo consigo mismo y sus aliados. Así podrá repartir justicia, orden y estabilidad entre quienes se unan a él. ¡He ahí el retrato de un líder que quiere proteger su Estado!... Pero eso no es todo. Hay otro peligro del que todo gobernante debería guardarse. ¡El desdén!". No es una buena opción ser débil con los fuertes, fuerte con los débiles, ni renunciar a tener una política propia y definida buscando el éxito en la aceptación de las opciones del rival. Así, lo único que se puede llegar a conseguir es ser un eterno segundo, una eterna "leal oposición" incluso cuando uno formalmente obtenga la mayoría o los cargos institucionales, si renuncia a ejercerlos a fondo. Eso no es una meta política.
"Ni subordinados ni súbditos serán leales a un hombre incapaz de protegerlos!". Maquiavelo no escribió en el siglo XVI ni debe ser leído hoy como un legitimador de la crueldad y la inmoralidad, sino como un teórico de la verdadera política en lo que ésta tiene de universal y permanente. Y eso pasa por la coherencia con uno mismo, y si no es que se está yendo en otra dirección. No fue casualidad que en el PP, el partido del humanismo cristiano, se hablara positivamente del aborto. No fue casualidad que en el PP, el partido fundado por José Maria Aznar, se insultara y marginara al ex presidente fundador, mientras se agasajaba a lideres mediáticos enemigos declarados del Partido Popular y sus principios. No es coincidencia que en el partido de la unidad nacional y de la lucha contra el terrorismo se despreciaran a determinadas víctimas del terrorismo e incluso se les tachara de ultras. Ni es porque sí que hubiera una confusión de políticas entre los grandes partidos, a modo de abuso de la tolerancia y el consenso. Algo pasaba, seguramente fuera una confusión generalizada entre las metas de las personas concretas y los objetivos políticos.
Lo cierto es que la realidad supera a lo que escribió el florentino, y que la relectura de Maquiavelo puede ayudar a renovar ideas y estimular a los que deciden en el sector de centro derecha, adaptándolo a nuestros tiempos.
La amiga de Cebrián contra el joven de Aznar, Aguirre y Rajoy
La amiga de Cebrián contra el joven de Aznar, Aguirre y Rajoy
09 de julio de 2018
Las primarias del PP han dejado a Cospedal fuera de la segunda vuelta, ahora los compromisarios serán los protagonistas.
Soraya y Casado se enfrentan a esta nueva modalidad de elección donde sólo votarán los compromisarios. Si los votantes fueran los afiliados creo que Casado se llevaría la victoria, una vez que el resto de candidatos han salido del proceso electoral.
Los dos candidatos representan dos concepciones distintas del Partido Popular.
Soraya ha sido la vicepresidenta de Rajoy, la amiga de Juan Luis Cebrián, la controladora del CNI, la amiga de la oligarquía económica, la invitada al club Bilderberg, la que gestionó el 155, la negociadora con los separatistas catalanes en la operación dialogo, la progresista que salvo El País. Curiosamente es la favorita de aquellos amigos de izquierdas que nunca votarían al PP y así lo manifiestan publicamente.
Considero que la concepción de la política de Soraya esta más relacionada con un medio para tocar resortes de poder que con una vocación de servicio, no pretende cambiar la sociedad o reformar nada, creo que es simplemente ganar para gestionar lo que hay o para ejecutar lo que los poderes económicos le dicen que hay que ejecutar, una vocación puramente tecnocrática, no existe ninguna ambición de cambio social, representa completamente el gobierno del PP de los últimos 10 años que hizo perder a esta formación millones de votos y surgir fuerte a otras fuerzas políticas del centro derecha como Cs y VOX .
Soraya representa a esa derecha económica, tecnocrática y laica, unida al poder, que ya anunció Juan Luis Cebrián que se necesitaba: “Si hubiera una derecha moderna y laica, la apoyaríamos, es lo que nos falta”.
Pablo Casado es un típico joven de derechas, liberal conservador, curtido desde joven en la realidad de la derecha social más allá de los resortes del poder. Creo que aún se cree las ideas del centro derecha y no las considera únicamente un argumento para obtener elecciones para luego en el poder olvidarlas por completo.
Representa la renovación del PP sin romper con toda su historia, con sus claros y oscuros. Casado reivindica toda la trayectoria del PP en un sentido único, no renuncia a los años de Aznar como se puso de moda en el PP de Rajoy-Soraya. Ha sido portavoz del PP con Rajoy de presidente.
Ahora, en esta segunda tanda de elecciones, llega la verdadera lucha soterrada por el poder, las puñaladas, los intereses, las traiciones, todo ello estará a la orden del día.
¿Qué pasara en Castilla-La Mancha donde mayoritariamente se votó a Cospedal? ¿Por quien optaran ahora los compromisarios?
A simple vista deberían votar por Casado, ya que Soraya fue la gran enemiga de Cospedal.
Lo cierto es que veremos muchas sorpresas y hay que tener en cuenta que la sombra de Javier Arenas en Castilla-La Mancha es alargada; el joven Arenas como lo llama Federico Jiménez Losantos, ha sido el artífice de la victoria de su candidata Soraya gracias a Andalucía.
La lucha por el poder es ahora cuando está abierta en el PP.
Primarias y atomización de la derecha
Primarias y atomización de la derecha
25 de junio de 2018
Ahora que en el PP están agitados con sus primarias, es necesario recordar aquellos tiempos tan revueltos a finales de los 80 en los que Jose Maria Aznar, tan criticado hoy, unificó el centro-derecha en un partido ganador a pesar de todos los fallos que haya podido cometer.
La victoria del centro derecha
José María Aznar, hoy tan denostado por liliputienses políticos de su partido que se arrodillaban cuando él era presidente del PP, dio a la derecha política española sus primeras victorias electorales indiscutibles desde la Restauración. Su receta no fue especialmente original ni es ningún secreto: construir un gran Partido Popular en el que cupiesen todas las sensibilidades y todos los votos desde el centroizquierda hasta la derecha nacional democrática.
La UCD, pese a su variedad, nunca entendió esto: que dejar un espacio social y político libre a su derecha podía ser cómodo para sus líderes, para ahorrarles acusaciones de derechismo, ultraderechismo, y canibalismo a cargo de la izquierda postestalinista, pero era una renuncia completa a la ´mayoría natural´ (y una sumisión moral al socialismo)
La obsesión por la unificación de la derecha
Esa obsesión por la unificación del centro derecha monopolizó toda la juventud de Jose Maria Aznar como dirigente de Alianza Popular (AP).
En un discurso en el Club Siglo XXI de 1988, embrión del nuevo PP, Aznar decia:
"Se equivocan de medio a medio los que, quedándose en la superficie de las cosas, centran las cosas en asuntos meramente personales, como si todo se solucionara en un triste ´quítate tú para ponerme yo´. Se equivocan también los que entienden que mejor es no hacer nada. Mi sincera opinión es que en AP tenemos que iniciar un proceso, que culminando en el próximo congreso ordinario, haga de este un gran congreso integrador y solidario, no excluyente, y abra un debate que sitúe a nuestro partido claramente en la vanguardia del proyecto y de la estrategia del centro derecha, en su núcleo capital y sirva a su fortalecimiento interior"
La derecha de los años 80
Aznar pudo ver en los años 80 como la atomización de la derecha en familias enfrentadas constituía la razón por la cual jamás ganarían elecciones, pues aunque aparentemente el gran partido era AP, existía una amplia derecha social difusa y atomizada que no se sentía atraída por la mecánica de ese partido ni por las formas de sus dirigentes.
Muchos pata negra de AP nunca perdonaron a Aznar la reforma del partido, y de hecho hubo una escisión protagonizada por Juan Ramon Calero y su PADE. Algunos de los que acompañaron a Ramon Calero volvieron al PP cuando Aznar se fue y llego Rajoy, al fin y al cabo Rajoy era un pata negra de AP de los inicios.
Aznar describe en sus memorias a la derecha de AP en los 80 de la siguiente manera:
"La historia de la derecha española se había caracterizado por la disgregación en lugar de la unidad, por el radicalismo en lugar de la moderación, y por la dependencia de factores externos en vez de la autonomía de acción y decisión. Las dificultades de aquel proceso se hacían evidentes en la composición heterogénea de nuestro Grupo Parlamentario. En él convivía todo tipo de gente y era muy complicado articular estrategias políticas coherentes mas allá de la oposición al Gobierno. A las diferencias ideológicas quizás se sumaba también la falta de ideología de algunos. En la amalgama de la derecha había muchos y muy diferentes modus vivendi; había gente que tenia montada su vida con mecanismos para mover pequeñas influencias sobre la base de una derecha política desarticulada. Y había algunos vividores. Esos sectores solo aceptaban a regañadientes una situación de estabilidad del centro-derecha. Luego estaban los famosos cenáculos madrileños, que siempre se han alimentado de agitar las aguas del centro-derecha y que eran conscientes de que en una situación de estabilidad habrían quedado condenados a la frustración por la inutilidad de sus esfuerzos. Siempre he despreciado esos cenáculos.
A lo largo de mi vida, he intentado mantener cierta perspectiva histórica sobre la necesidad de un centro-derecha solido para España. Nunca me ha gustado la política pequeña, de pequeñas conspiraciones, que era la vida diaria de nuestro espacio político durante aquellos años. Esa vida significaba que te acabas instalando en la oposición, que hacías de "estar en la oposición" tu forma de hacer política".
"La Nueva Derecha-escribí entonces (1980) - tiene que ser una derecha ofensiva en el plano ideológico y de la práctica política, y no defensiva; dialogante y no ausente; reformista y no reaccionaria; y joven que rompa barreras de edad, y no vetusta ni caciquil." Me rebelaba contra "la política de la resignación". Criticaba el inmovilismo de sectores importantes de lo que llamaba "Nuestro conservatismo": "Profundamente estáticos, insolidarios, quietos en la defensa de sus intereses, ventajas y privilegios". Hacía un llamamiento a "combatir con firmeza a los profetas del falso progresismo". Y advertía de que la "única derecha posible es la que asume como propios los valores de la libertad y la democracia". "Hemos desperdiciado muchos retos históricos y este de ahora no lo podemos perder. La derecha española tiene que encontrar de una vez por todas el camino de la normalidad y modernidad".
¿La derecha esta como en los 80?
En parte la actualidad sí que se asemeja a lo que describe Aznar en relación a gente que tiene montada su vida con mecanismos para mover pequeñas influencias, conspiraciones, peloteo e inestabilidad, sobre la base de una derecha política desarticulada, eso ha vuelto a abundar en el PP, unido a la falta de ambición política, estar a la defensiva o la sumisión a la izquierda.
No sé si después de estas primarias será posible una nueva reunificación de la derecha en torno al PP, lo dudo mucho, las posiciones se han enconado y la decepción con las siglas PP es mucha. Desde luego no lo creo a corto plazo.
No obstante, lo que está claro es que al margen de siglas, si el centro derecha, como sector político y social, no va unido y cohesionado en torno a un proyecto no gana elecciones. José María Aznar tenía razón.
¿Golpe del bipartidismo?
¿Golpe del bipartidismo?
Opinión / 05 junio, 2018
Ricardo Chamorro
Lo reconozco, soy un poco conspiranoico, pero no creo en las casualidades, y mucho menos en política.
Tras los lamentos de unos y las alegrías de los otros, después de la moción de censura, me gusta analizar situaciones y llegar a conclusiones.
Relación de hechos
Empecemos por el inicio de esta legislatura, que empezó después de casi un año de gobierno en funciones. Rajoy fue finalmente presidente gracias al voto favorable de Ciudadanos y la abstención del PSOE después de una lucha interna de este partido que casi lo destruye ¿Realmente el PSOE le dio la abstención gratis a Mariano? De esto hace justo 2 años, que casualidad, la mitad de una legislatura.
Elecciones en Cataluña
El golpazo que se llevaron el PSOE y el PP por convocar elecciones en Cataluña fue de aúpa, en beneficio de Ciudadanos. La posibilidad de encauzar el tema catalán por vías de diálogo, como deseaba PP-PSOE, enquistado, la posibilidad de reforma constitucional enquistada, las encuestas muy mal para el PP-PSOE y muy beneficiosas para Ciudadanos.
Los presupuestos y Gürtel
Los presupuestos generales finalmente se aprueban con el voto del PP, del PNV y el incauto de Cs, justo un día antes de la sentencia de Gürtel, otra casualidad, con una instrucción del proceso desde la época del juez Garzón.
Rajoy y el PP muy perjudicados con la sentencia de Gürtel, pero en vez de dimitir y convocar elecciones, permite una moción de censura que sabía que perdería. Si Rajoy pensaba que el secesionista PNV iba a apoyar al PP públicamente en el parlamento es que había perdido la cabeza.
Pedro Sánchez gana la moción, por primera vez en la democracia, Rajoy ni se inmuta. Ese mismo día la fiscalía alemana pide al extradición de Puigdemont por Rebelión y Malversación. El PP confirma ese mismo día que no frenará en el Senado los presupuestos que benefician al PNV que supuestamente le ha traicionado.
Resumen
El PSOE cuenta con dos años para que en este cambio de papeles apacigüe a la izquierda radical y a los secesionistas. El PP controla el Senado por lo que es inviable una reforma Constitucional sin consenso con el PP y también los presupuestos los controlan ellos.
Adiós a elecciones, adiós efecto Cs que quebraría el bipartidismo ¿Adiós Ciudadanos si casualmente en estos dos años empiezan a salir escándalos? El sistema del turnismo engrasado, ahora a encauzar a las elites secesionistas de la mano del PNV para seguir con la mamandurria. Si Cs quita el apoyo a Susana Díaz por los “Ere” mejor para Pedro Sánchez y el PP.
Lo que está claro es que quien ha salido más perjudicado con esta operación es Ciudadanos, a punto de tocar la victoria según las encuestas virtuales. Su mayor error votar unos presupuestos con el PNV, ha sido un pardillo.
El PP gana tiempo, que es lo que le gusta a Rajoy, e intentará regenerarse mientras controla el Senado, y el PSOE gobierna dos años volviendo a obtener un protagonismo que parecía que ya estaba enterrado.
De reforma profunda y nacional de España hacia la unidad y la soberanía e igualdad de los ciudadanos españoles nada de nada.
La falacia racial autonómica
La falacia racial autonómica
Opinión / 22 mayo, 2018
Ricardo Chamorro
En España la revoluciones que se originaban en la Europa liberal siempre llegaron de manera tardía, pero cuando llegaron se mostraron con sus propias peculiaridades.
El racismo materialista o positivista, es propio de la cultura protestante y forma parte de las tendencias que se desarrollan tras la revolución liberal. En España son los secesionistas quienes tratan de elaborar estas teorías, desde Sabino Arana al Doctor Robert.
La medición de cráneos, las leyes eugenésicas, las teorías raciales, no son propias del antiguo régimen ni del mundo católico (universal por definición), sino que son hijos de la revolución burguesa. De hecho todas estas teorías surgen con fuerza en el siglo XIX en el entorno anglosajón y protestante. Inglaterra, EEUU o Suecia son los pioneros en la promulgación de leyes eugenesias, segregacionistas o raciales.
Por ejemplo Darwin, el autor del origen de las especies, era un liberal admirador de John Locke y Adam Smith. El Conde de Gobineau también era un ilustrado aristócrata liberal autor del “Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas”. El romanticismo nacionalista es hijo precisamente de los mismos padres que el liberalismo y la revolución francesa. El más importante predecesor es Jean-Jacques Rousseau que inventó el nacionalismo sosteniendo que la solo voluntad de una colectividad constituía una comunidad nacional con poder para gobernarse a sí mismo.
Todo lo anterior viene al hilo de las teorías racistas esgrimidas por los nacionalistas secesionistas que se han puesto tan de moda después de la toma de posesión de Quim Torra.
¿El nacionalismo es hijo del carlismo?
Muchos son los políticos y figuras mediáticas, que tachan a los nacionalistas secesionistas como hijos del carlismo, están en mi opinión equivocados. Cualquier persona medianamente ilustrada en la materia conoce que los principios del antiguo régimen chocan frontalmente con las teorías nacionalistas, voluntaristas democráticas, colectivistas, racistas o materialistas del nacionalismo esgrimido en Cataluña o País Vasco.
Es cierto que muchos de los teóricos de estas ideas secesionistas, como Sabino Arana, son hijos de combatientes del carlismo, pero también es cierto que las teorías nacionalistas de este individuo están imbuidas de romanticismo liberal, de concepciones voluntaristas y que la admiración de Sabino Arana por el mundo protestante representado por Inglaterra es más que comprobable. También muchos revolucionarios franceses de 1789 eran hijos de aristócratas y defensores del antiguo régimen.
Es curioso que los más fervientes nacionalismos secesionistas se den precisamente en las regiones más industrializadas de España y con una burguesía liberal mas asimilable al resto de las burguesías ilustradas europeas.
Romanticismo y teorías raciales
Los viajeros europeos románticos y muy liberales del siglo XIX, que vinieron a España después de la guerra de la independencia, crearan muchas leyendas y atribuyeron a España y a sus regiones teorías esencialistas irracionales o cuasi mágicas, que prendieron luego en las teorías políticas nacionalistas de personajes como Blas Infantes y su patria andaluza, o el resto de los nacionalismos de la península.
Dentro de esos esencialismos las atribuciones raciales a distintas regiones formaron parte de lo romántico y lo mágico. Las teorías de una raza cósmica española o el crisol de razas se escuchaban a la par que las teorías de la pureza racial primigenia vasca, las potentes reminiscencias raciales árabes de los andaluces o el origen germánico de la raza catalana.
La realidad científica
Todas las teorías románticas, raciales y nacionalistas de los secesionistas peninsulares caen ante la realidad científica contrastada por los genetistas y son una falacia que solo pueden esgrimir políticos desequilibrados.
La realidad científica dice precisamente que los españoles son un pueblo muy homogéneo genéticamente, quizás de los más homogéneos de Europa, de este a oeste y de norte a sur, precisamente por nuestra propia historia, por nuestra geografía peninsular y por las intensas migraciones internas debidas a la reconquista y las distintas repoblaciones.
Con las prevenciones que los propios genetistas observan para la aplicación de los datos obtenidos en sus estudios en interpretación de procedencia de las poblaciones actuales o pasadas, existen numerosos estudios, entre ellos dos mapas genéticos recientes, y el que hasta ahora (2010) es el mayor estudio molecular de poblaciones, sobre trescientos mil marcadores SNP (snips), y que no encuentra distinciones entre los marcadores genéticos de habitantes de 10 regiones (Galicia, Cantabria y Asturias, Cataluña, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunitat Valenciana, este de Andalucía y Murcia, oeste de Andalucía, Extremadura y País Vasco -caso este último el que habitualmente es considerado más significativo, y en el que este estudio no ha encontrado ninguna diferencia especial-). http://www.publico.es/ciencias/genes-vascos-no-son-diferentes.html
El importante genetista catalán Jaume Bertranpetit de la Universidad Pompeu Fabra, que ha hecho varios estudios para ver las diferencias raciales por regiones, tuvo que reconocer lo siguiente :
“Los resultados del análisis por regiones muestran una falta de estructura geográfica de la variación genética en España y, en particular, que los vascos no se diferencian especialmente”, indica el estudio, publicado en la versión on-line de Human Genetics.
Lo que la ciencia nos demuestra y deja claro es que la composición genética de los antiguos pobladores de la Península Ibérica era muy similar a la que se encuentra en la moderna España, lo que sugiere una fuerte continuidad genética a largo plazo desde la época prerromana
Como vemos todas las ideas raciales de los nacionalistas secesionistas no son más que embustes tanto a nivel histórico como racial. Las evidencias históricas, y como vemos también las genéticas, demuestran que España es un pueblo históricamente y humanamente de los más homogéneos y más antiguos de Europa, pese a las mentiras de los secesionistas.
Quim Torra y su tropa de payasos secesionistas, junto a los elitistas del PNV, deberían dejar de hacer el ridículo y, además de cumplir la ley, abstenerse de decir más estupideces.
Lo más preocupante es que los políticos españoles los hayan tomado tan en serio desde hace décadas.
Los presupuestos de PP, PNV y Cs
Los presupuestos de PP, PNV y Cs
Opinión / 08 mayo, 2018
Ricardo Chamorro
La verdad es que entiendo la supuesta indignación de Cs en relación a los Presupuestos Generales del Estado por la cesión del PP ante el PNV, son cesiones vergonzosas.
Cs lo tiene muy fácil no apoyando unos presupuestos infames, donde el PNV se jacta de su influencia en Madrid y donde incluso se ha presionado al ejecutivo para dialogar con los golpistas y dejar de aplicar el 155 de la Constitución Española en la Comunidad Autónoma de Cataluña más pronto que tarde.
Realmente no tiene lógica el papel de Cs en medio del idilio PP-PNV, que aún siendo repetitivo no deja de ser nauseabundo por el quebranto que supone a la igualdad de todos los españoles, reeditando los acuerdos privilegiados con mafias nacionalistas de la oligarquía estatal.
Sería más lógico que en este idilio fuera invitado el otro tortolito de la novela, es decir el PSOE.
Ningún partido que se presente como alternativa o regeneración puede entrar en este juego de pícaros y contrabando de privilegios que llevamos sufriendo los españoles desde hace 40 años.
Por ello lo lógico es que Cs se apartará si realmente quiere cambiar España, de otra manera, si apoya estos presupuestos, estará dejando claro y trasparente que su papel es el de acompasar con los mismos vicios que han criticado en sus campañas.
La estabilidad ciertamente es importante, pero unirse en un juego de tres con un partido como el PNV, fundado por un personaje deleznable como Sabino Arana, y que se vanaglorian de apoyar los presupuestos para que siga gobernando Rajoy, pues presumen de influir en este gobierno más que en ningún otro de la historia, además de presumir que quieren impedir que llegue Cs al gobierno de Madrid, es repugnante.
Al PP le debería dar vergüenza tan elogioso compañero de viaje, y a Cs le debería quedar claro que no debe apoyar unos presupuestos que supongan una merma en la igualdad de oportunidades de todos los españoles.
Un acuerdo de presupuestos PP-PNV-PSOE sería lo lógico, pues ellos tres son los responsables de muchos males que aquejan a España y como pretenden perpetuar esa forma de hacer las cosas con los nacionalistas, que lo hagan ellos.
Si Cs entra en el juego apoyando estos presupuestos es que quiere subirse al carro de los de siempre. Lo demás es teatro.
ETA y la ruptura de España
ETA y la ruptura de España
Opinión / 24 abril, 2018
Ricardo Chamorro
Una vez más ETA pretende ser la protagonista y sacar rédito político a su propia disolución mediante el comunicado que la semana pasada envió a los medios.
Un comunicado posterior al anuncio de levantamiento de veto a los presupuestos generales del Estado por parte del PNV para beneplácito del PP, y anterior al comunicado de los obispos vascos lamentando complicidades, ambigüedades, omisiones, de aquella iglesia vasca. Personalmente siento cierto desasosiego que esta esperada comunicación de los obispos se realice en un contexto de aparente coordinación con el comunicado de disolución la banda terrorista ETA.
Ayer en el sur de Francia, se anuncio por parte de mediadores internacionales e izquierda secesionista, que Kanbo (Francia) acogerá el próximo 4 de mayo un Encuentro Internacional para Avanzar en la Resolución del Conflicto en Euskal Herria, según los convocantes que será «primordial para avanzar en el proceso de paz definitivo», según han anunciado el Foro Social, Bake Bidea y el Grupo Internacional de Contacto
La declaración de Aiete
Es vergonzoso cómo los políticos disimulan ante lo evidente de que la disolución de ETA sigue la hoja de ruta iniciada por Zapatero y continuada con Rajoy en el Gobierno de España, a través de la hoja de ruta que culminó con el respaldo internacional de la declaración de Aiete en 2011 en San Sebastián.
En dicha declaración de Aiete, Kofi Annan, ex secretario general de la ONU; Gerry Adams, presidente del Sin Feinn; Bertie Ahern, décimo primer ministro de Irlanda; Jonathan Powell, político laborista inglés, diplomático de tiempos de Tony Blair; Pierre Joxe, socialista francés ex ministro de interior y defensa de Francia; y Gro Harlem Bruntland, política socialista noruega que ocupó el cargo de primera ministra de Noruega en tres ocasiones (1981, 1986-1989, y 1990-1996); todos ellos llamaron primero a ETA a “hacer una declaración pública de cese definitivo de la actividad armada y solicitaron diálogo con los gobiernos de España y Francia para tratar exclusivamente las consecuencias del conflicto”.
También está muy implicado el abogado mediador internacional Sudafricano Brian Currin, fundamental en la transición de Sudáfrica y que en 2010 intervino en la denominada “Declaración de Bruselas”, actuando como facilitador de la izquierda abertzale, en la que varias personalidades internacionales, entre ellas cuatro Premios Nobel de la Paz, pidieron a la organización armada Euskadi Ta Askatasuna (ETA) el abandono definitivo de las armas y la verificación internacional del mismo.
El académico de la Universidad de Tel Aviv y especialista en Medio Oriente Alberto Spektorowsky, miembro del Grupo Internacional de Contacto, declaro a Radio Euskadi que “ahora entramos en una nueva fase en la que se puede hablar no sólo de postdesarme, de postviolencia, sino de postETA. Eso es muy importante”, dijo Spektorowski, que avisó que en adelante “se entrará en quién le saca petróleo a la piedra o en quién no, en cuestiones que entran en el ámbito de la discusión política”.
Declaraciones de la izquierda vasca
El secretario general de Eusko Alkartasuna, Pello Urizar, declaró el 21 de abril que el último comunicado destaca que ETA “ha cumplido una de las exigencias de la hoja de ruta de Aiete”.
Otegi sigue la misma línea y se ve fortalecido por los apoyos internacionales que arropan su proyecto.
Proyecto de ruptura
Es evidente la fuerza internacional y las conexiones globales que tiene el proyecto de ruptura de España, algunos quitan hierro al asunto y casi nadie profundiza en la importancia del trabajo global que ha realizado el secesionismo de la mano de los poderes políticos y económicos más siniestros del planeta. Esas conexiones explicarían la situación de los golpistas catalanes en Europa, y la razón de la aceleración del proceso de ruptura en Cataluña, una situación creada y forzada ante un dialogo político que provoque la ruptura de la España que conocemos hacia una confederación estatal con tutela internacional de los poderes globales.
Jaime Mayor Oreja, ex ministro del Gobierno de España, dice desde hace mucho tiempo que esto es un proyecto de ruptura de España por fases. En una de sus ultimas entrevistas se reafirma: “ETA no es sólo una banda terrorista, es un proyecto de ruptura de España, y este proyecto está más vivo que nunca”.
El proyecto de ruptura está muy vivo y con varios frentes abiertos, es necesaria la reacción firme del pueblo español, nos roban la nación española y algunos están sirviendo de pantalla para que no seamos del todo conscientes.
Soberanía y humillación
Soberanía y humillación
Opinión / 10 abril, 2018
Ricardo Chamorro
En el año 2012, el que fue ministro de Exteriores de España elegido por Mariano Rajoy, José Manuel García Margallo, decía en un café ante cientos de periodistas que “es una estupidez hablar ahora de soberanías nacionales, porque vivimos en un mundo de soberanías compartidas”, “la única diferencia es de grado, no hay ninguna diferencia constitucional”.
Después de estas frases tan grandilocuentes, sufrimos al año siguiente las consecuencias de la Sentencia del Tribunal de Estrasburgo derogando la Doctrina Parot, obligándonos a soltar a terroristas, criminales y violadores.
El pasado jueves nos volvieron a humillar en Alemania con la puesta en libertad del golpista secesionista Puigdemont obviando la Euroorden cursada por España. El portavoz de la mayoritaria Asociación Profesional de la Magistratura, Celso Rodriguez, declaraba que “no cumplir una euroorden implica no reconocer la soberanía de un Estado, negar una parte de nuestra soberanía, la capacidad de un país para legislar y aplicar su derecho”.
Ese mismo jueves el Ayuntamiento de Bayona en Francia inauguraba un monumento titulado ‘Arbolaren egia’ (La verdad del árbol), donde de un hacha invertida, símbolo de ETA, surge un árbol. La escultura fue encargada por el Ayuntamiento para los actos previstos en el País Vasco francés por el denominado proceso de paz, y participaron EH BILDU, así como otros políticos franceses y del resto de Europa, que se vanaglorian de defender los derechos humanos humillando a las víctimas del terrorismo etarra que se han mostrado indignadas.
Opiniones sobre la Soberanía Nacional de los partidos
Los de PODEMOS dicen ser los hermanos de Syriza en España, pero su defensa de la soberanía nacional es contradictoria al cuestionar la propia integridad territorial de la nación española y que se trocee la propia soberanía asumiendo los falsos dogmas del secesionismo. Fraccionar la soberanía, relativizar la nación, es debilitar al propio sujeto político que debe resistir y defender los intereses de los ciudadanos frente a los embates globales.
Los del PSOE consideran discutida y discutible la nación española, mientras que se han entusiasmado con la cesión de soberanía al exterior y con la cesión de poder interior a las autonomías. La historia del PSOE es una historia de cesión hacia las internacionales y sumisión a otras naciones como Francia o Alemania.
Los de UPyD reivindican la soberanía nacional de manera puramente jacobina frente a los nacionalistas en el interior, pero son firmes defensores de la cesión de la soberanía al exterior.
La visión de CIUDADANOS está muy en línea con UPyD, cesión de soberanía, rechazo a las identidades, federalismo y reivindicación de la nación laica y jacobina.
El único partido con repercusión, que públicamente dice anteponer la soberanía nacional y la dignidad nacional por encima de cualquier otro interés es VOX.
¿Qué es la soberanía nacional española?
Los conceptos de soberanía e incluso un esbozo de la identidad patria, están definidos en la propia Constitución española: La patria común es España: “La Nación española es la patria común e indivisible de todos los españoles” (Artículo 2 de la Constitución Española). La Constitución se fundamenta en ella, al fundamentarse la Constitución en la nación española se está afirmando que la nación es previa, y para que ello sea así la nacion debe tener una identidad histórica, comunitaria, humana y cultural única e indisoluble. España seria ante todo y sobre todo una realidad unica que se ha proyectado en la Historia.
Soberanía: La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado (artículo 1.2 de la Constitución Española). La soberanía nacional es un concepto que le da todo el poder a la nación, es decir a los ciudadanos. El singular pueblo español es el sujeto político soberano. Hace pertenecer la soberanía a la nación, una entidad abstracta y única, vinculada normalmente a un espacio físico (la “tierra patria”), a la que pertenecen los ciudadanos presentes tanto como los pasados y futuros, y se define como superior a los individuos que la componen.
La formulación se acuñó en el artículo 3 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (Revolución Francesa) y determinó que “toda soberanía reside esencialmente en la nación”. Así la soberanía nacional se concebirá como una, indivisible e inalienable, que no puede confundirse con los individuos que la conforman.
Hay que creerse la Soberanía Nacional en España primero y luego reivindicarla en el exterior
Son muchos en España los que desprecian la Soberanía Nacional y por lo tanto la Nación Española. Desde el siglo XIX donde los partidarios del absolutismo gritaban “Vivan las cadenas, muera la nación”, pues lo de milicia nacional y soberanía nacional les parecían términos liberales; pasando por los separatistas, o por los partidarios de la cesión a organismos extranjeros globales y sumisión a internacionales de distinto cuño como la socialista.
La última vez que tratamos de reivindicar tímidamente un papel en el mundo como nación soberana en el contexto internacional, explotaron una serie de trenes en Atocha un 11 de marzo, produciendo el mayor atentado terrorista perpetrado en Europa. Lo que ha venido después ya los sabemos.
Parece que España tiene una espada de “Damocles” que no le deja tomar decisiones al margen de contextos preconcebidos.
La centralidad de la nación es fundamental. La unidad y el interés nacional, son valores de la patria española, deberían ser el centro de la soberanía política. Todas nuestras alianzas deberían respetar el principio de la soberanía, en la que se organiza la democracia, la ciudadanía y la cohesión social.
Si los políticos que teóricamente nos representan no respetan la Soberanía Nacional, difícilmente nos respetaran en el extranjero el resto de las naciones, y a los hechos me remito.
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