jueves, 21 de agosto de 2014

¿Un liberalismo para salir de la crisis?

 

¿Un liberalismo para salir de la crisis?
   
07/08/2014 .    

Desde todos los foros políticos y mediáticos el viejo término liberal es usado por doquier. Es curioso como en el año 2014 seguimos utilizando términos de siglos anteriores e incluso basamos los antagonismos políticos en los mismos términos que antaño.

El liberalismo tiene sus orígenes en Inglaterra bajo un aspecto sano y apolítico defendido por aristócratas frente al poder real: el liberalismo no como una ideología político-social, sino como la exigencia de que, prescindiendo de la particular forma del régimen político, el sujeto pueda gozar de un máximo de libertad, que la esfera de su privacidad, de su vida personal privada, sea respetada y sea evitada la intromisión de un poder extraño y colectivo. Los liberales-conservadores ingleses, del partido Tories, no cuestionaban ni por asomo la autoridad del Estado y se les denominaba como grupo "la lealísima oposición de Su Majestad".

Ese pensamiento liberal inicial, a través de esa formulación del sujeto al margen de poderes extraños y colectivos que se entrometan en su esfera privada, respetando la autoridad orgánica superior, es una gran aportación al pensamiento de derecha que pretende la socialización de esas formas aristocráticas de libertad sin devaluar su calidad, y no la degradación colectiva de todo y todos al nivel más bajo.

Varias formas de entender el liberalismo

Pero cierto liberalismo en el continente europeo, sobre todo en Francia, se convirtió en ideología y trató de racionalizar todos los aspectos sociales y humanos a través del prisma racionalista e iluminista, discutiendo todo, cuestionando todo y evolucionando en una cuasi religión materialista que dio lugar a un individualismo extremo, un economicismo extremo o en fenómenos como el nacionalismo o el socialismo que terminaron de obviar el sentido clásico del ser humano en beneficio exclusivo del positivismo material, el mercado y de la técnica.

Cierto liberalismo se convirtió en un progresismo que instituye el reino de la cantidad, la dictadura del número, de la técnica y de la materia, relativizando cualquier concepto de derecho natural. Hace unos días Monseñor Munilla, combinaba tres variaciones ideológicas de la modernidad para definir el progresismo del siglo XXI, "la mentalidad progre es teóricamente marxista, prácticamente liberal y psicológicamente freudiana".

El liberalismo clásico o conservador ha evolucionado hacia un neoliberalismo o neoconservadurismo que mezcla términos socialdemócratas con liberales, evitando lo conservador, en una trayectoria que evita a la derecha clásica o social y ensalza a una derecha puramente económica.

Como ejemplo, el concepto de libre mercado clásico ha sido desvirtuado

Antaño el concepto liberal occidental exigía el control para garantizar la libertad de mercado, es decir para garantizar el mercado libre eran necesarias unas importantes leyes del Estado anti monopolios y anti trust que evitaran la competencia desleal y la concentración de poderes. Hoy los monopolios, los oligopolios, las concentraciones financieras están a la orden del día, sin autoridad real que los controle. Vivimos muy alejados de lo que es un libre mercado, más bien vivimos en un capitalismo de amiguetes que interviene los medios de producción y que al final se parece más a una republica bananera de las que quieren imponer los chicos de PODEMOS.

Para ese concepto neoliberal los recursos humanos serian solo una variable para la competitividad al margen de cualquier concepto de justicia social. Pero yo digo, ¿Hay mayor competencia desleal, mayor intervención de la libertad de mercado, que competir con aquellos sistemas políticos dictatoriales comunistas que tienen a los trabajadores hacinados en fábricas, tratados como números, con salarios paupérrimos y al margen de cualquier concepto de dignidad humana?

Un concepto positivo liberal

El liberalismo cuando se limita a pregonar la mayor libertad posible de la esfera individual privada, a combatir toda abusiva o no necesaria intromisión en la misma de poderes públicos y sociales, si el mismo sirve de rémora a las tendencias ´totalitarias´ en sentido negativo y opresivo, si defiende el principio de libertades parciales, si está dispuesto a reconocer un Estado o Nación que ejerciera una superior autoridad sin entrometerse por doquier, la contribución "liberal" es sin más enormemente positiva.

Como hemos visto hay varias concepciones liberales y no todas sus evoluciones son tan positivas a lo largo de los tiempos, por ello y a la vista de la historia, las formaciones de centro-derecha han preferido crear síntesis donde lo mejor del liberalismo y de las ideas conservadoras estuvieran presentes, contrapesadas, en nuevas concepciones superadoras.

La única manera de aglutinar a la pluralidad de pensamientos liberal-conservadores en una formación política de derechas es el liderazgo y buscar conceptos de consenso, tal y como hizo Jose María Aznar en su momento con los conceptos de España y la Libertad, esos dos conceptos encarnan a la perfección el alma de la derecha en general al margen de matices ideológicos.

Para reinventar o mejorar nuestro sistema necesitamos que con lo mejor del liberalismo y con lo mejor del pensamiento conservador volvamos a buscar síntesis nuevas de derecha, con el concepto de España muy presente, que nos saquen de la crisis económica, de identidad y de valores en la que está inmersa nuestra nación.

www.twitter.com/rchamode  

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