lunes, 10 de agosto de 2015

El PP en el centro de la nada

 

El PP en el centro de la nada
   
29/05/2015 .    
Andan en el Partido Popular desencajados por la pérdida de prácticamente todo el poder autonómico y local en estas elecciones, y no es para menos.

Dos millones y medio de votantes perdidos no son una tontería.

Hablan de desgaste por gobernar, hablan de la herencia del PSOE que les obligaba a la austeridad, hablan de los votos perdidos hacia el centro progresista (CIUDADANOS), hablan de votos perdidos a la derecha (VOX), hablan de que en las generales volverá la cordura…

Pero no hablan de lo importante, no hablan de la percepción que tiene su anterior base social, no hablan de que la causa de su derrota es su incapacidad para movilizar a sus votantes por una política tecnocrática e insípida, no dicen que Mariano está escribiendo el epitafio del PP como anterior contenedor de la derecha política española.

La combinación Arriola-Rajoy, junto a los nuevas promesas progres populares, ha sido letal para el Partido Popular, todo ello unido a su decimo viaje al centro, al centro de la nada sería mejor decir en las actuales circunstancias.

Por ahí los jóvenes pepitos grillos, muy progres todos ellos, siguen diciendo que el problema es que todavía no son percibidos como un partido de centro, y hay que insistir en ello.

Antonio Burgos escribe esta semana en ABC un artículo clarificador, señala cual ha sido el camino del fin del PP y su protagonista Pedro Arriola como representante del ala progre del Partido Popular. Ese sector progre que ha sido aupado a la cúpula por Rajoy, siendo los grandes responsables de lo que se está viviendo este 2015 como convulsión en la derecha social española.

Artículo de Antonio Burgos en ABC (http://www.abc.es/lasfirmasdeabc/20150528/abci-enhorabuena-arriola-201505271502.html#.VWa30_gsEP8.facebook):

"Usted (refiriéndose a Arriola) introdujo unos principios completamente nuevos en la praxis política, que quienes les pagaban un dineral por sus asesoramientos han seguido al pie de la letra, a saber:

1. Hay que gobernar contra los propios votantes.

2. Hay que ocultar lo que se es. La derecha debe parecerse lo menos posible a la derecha, de lo que hay que avergonzarse y ocultar. Cuanto más acomplejada, mejor.

Y lo hizo usted de cine. De cine de Almodóvar, claro, que es de ellos. Sus pasos hacia la destrucción del PP fueron perfectos: no derogar una sola ley de las que aprobó Zapatero para la perdición de España, empezando por el Plan Hidrológico, la Enseñanza o la Memoria Histórica; complacer a los separatistas catalanes cuanto más se pudiere; poner en la calle el mayor número posible de asesinos etarras; ignorar por completo a las víctimas del terrorismo; disimular, mirar para otro lado y silbar «Paquito el Chocolatero» si pedían la derogación de la ley del Aborto; conseguir que, hartos de coles, se fueran del partido líderes de la valía de Jaime Mayor Oreja; no desmantelar en absoluto la tela de araña que dejó el zapaterismo montada en la Justicia, en la Enseñanza, en los Medios de Comunicación; no defender llegado el caso, los símbolos de la Patria cual la bandera y la Marcha Real; seguir marginando a las Fuerzas Armadas; estar a papitos con la intelectualidad Visa Oro de izquierda y despreciar a quienes representan la verdad del pensamiento liberal. Y recortar todo lo recortable. Y subir los impuestos. Y explicarlo de forma que salgan unos editoriales tela elogiosos en Financial Times y en Wall Street Journal, pero que los españoles en paro o con su empresa en concurso de acreedores no se enteren ni de papa del presunto esplendor económico y del fin de la crisis. Ah, y llegadas las elecciones andaluzas, para que no fuera a ocurrir otra vez lo de Arenas, que ganó, pero no lo dejó gobernar el Pacto del No de la izquierda, poner a un absoluto desconocido, y a dedo desde Madrid. Y mucha blandenguería en Rajoy. Y mucho pasteleo babosete. Y de echar a esa máquina de perder votos que se llama Montoro, ni mijita.

Así que, enhorabuena, señor Arriola. Ha conseguido usted, en compañía de su abortista esposa, la del Candy Crush y la bronca al chófer, y con la inestimable colaboración de su aventajadísimo alumno Rajoy, cargarse el PP con mucho cuidadito. Y, con él, la esperanza (no precisamente Aguirre) de diez millones de españoles. Los dos millones y medio de votos perdidos ahora van a ser nada cuando lleguen las generales, ante las que le envío ya mi felicitación por adelantado, porque ha ordenado usted a Rajoy que nada cambie para que todo siga derechito, derechito hacia el desastre final. «Quod erat demonstrandum»"

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