lunes, 10 de agosto de 2015

El PP se desploma en Ciudad Real y en España

 

El PP se desploma en Ciudad Real y en España
   
11/06/2015 .

El Partido Popular en la provincia de Ciudad Real ha sufrido el mayor descalabro de la región. La provincia ha sido determinante para que Cospedal pierda la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. En todas las localidades donde se ha perdido el gobierno del PP, los votos a Cospedal han sido mayores que los votos a los dirigentes locales.

La autocritica de los dirigentes provinciales populares, después de las declaraciones de esta semana en Ciudad Real, ha sido nula, su superficialidad a la hora de analizar la debacle es palmaria. Imagino que sus afiliados, votantes y simpatizantes estarán alucinando.

El Partido Popular ha tirado por el desagüe una mayoría absoluta, salpimentada de políticas no ilusionantes, casos de corrupción y de incumplimientos programáticos. Por lo tanto buscar culpables y justificaciones donde no las hay, escenifica una mediocridad política que en la actual situación no se les debería permitir.

¿Sociedad hacia la izquierda?

Algunos dicen que el cambio de la sociedad ha hecho cambiar el sentido del voto. ¿Tanto cambia una sociedad en cuatro años para tumbar una mayoría absoluta tan contundente como la de 2011?

Estos análisis simplistas suelen venir de aquellos a los que les aterra mirarse al espejo de su propia realidad política, por complejos ante la izquierda. La falta de valentía en la defensa de valores es la que debilita siempre una posición política frente al adversario, si además eludes moverte en los márgenes de confrontación de ideas habituales y estas, como en otra dimensión, haciendo sólo números para cuatro burócratas, tu marca se desploma.

El resto de partidos, que tanto los medios de comunicación como los poderes económicos califican de alternativa, son de izquierdas, desde progresistas moderados como Ciudadanos o UPyD, la izquierda de PSOE, hasta la radical de Podemos o Ganemos.

Es evidente para el PP que el espacio político centro progresista al que le empujaba la élite tertuliana televisiva y los elementos más progres del partido, aupados por la actual cúpula, ha sido un fracaso electoral, pues ese espacio ha sido ocupado por Ciudadanos.

Las políticas en la línea socialdemócrata-neoliberal han producido el efecto contrario que se pretendía, los votantes que creían captar con estas políticas, y con los incumplimientos programáticos que consideraban de poca rentabilidad política (Derecho a la vida, memoria histórica, ideología de género, impuestos), se han ido a Ciudadanos que aparece en esa línea progresista, captando también numerosos votos del PSOE.

Los votantes tradicionales del centro derecha social, con valores liberal-conservadores, han votado al PP tapándose la nariz, o se han abstenido en su mayoría, o han comenzado a ver, tímidamente, con simpatía a fuerzas de centro derecha que aparecen en el panorama político, con un programa claro en valores, como VOX, el partido de José Antonio Ortega Lara.

El panorama actual

Ante un cuestionamiento del sistema tan palpable, con adversarios de una izquierda tan ideologizada en frente, es evidente que, o las posturas políticas se clarifican, al margen de esa ambigüedad centrista, gris y equidistante, o existe para el partido del gobierno el riesgo de desaparecer como entidad política, como ya le ocurrió a la UCD.

Así lo describe Lorenzo Bernaldo de Quiros en su libro "Por una derecha liberal": "El final de los sistemas de partidos cuyo eje es un centro mayoritario es la radicalización o la desaparición de aquel, absorbido o desbordado por la izquierda y por la derecha. Así le sucedió al Zentrum en la Alemania de la República de Weimar, al Movimiento Republicano Popular (MRP) en la IV República francesa o al Partido Radical en Chile..."

El espectáculo político es espeluznante para aquellos que creemos en los principios de España y la Libertad. La sorpresa es aún mayor ante la poca crítica de los dirigentes políticos que han llevado a la derecha social española al precipicio más grande desde los años 80.

Algunos seguiremos en la faena, trataremos de tener voz, para que el verdadero cambio en España, ante el consenso socialdemócrata-progre, viejo y casposo, de más de tres décadas que no nos deja respirar como Sociedad Civil, se produzca alguna vez en nuestra querida nación.

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