lunes, 10 de agosto de 2015

La caída de la derecha según Gramsci

 

La caída de la derecha según Gramsci
   
19/06/2015 .    
Antonio Gramsci nació en Cerdeña en 1891 y murió en Roma el 27 de abril de 1937. Fue un político, pedagogo, filósofo y teórico marxista italiano. Llegado a Turín en 1911, se hace miembro del Partido Socialista, y más tarde del comunista, del que llegaría a ser uno de los principales representantes durante los años veinte.

La gran aportación política filosófica de Gramsci se puede resumir en la siguiente frase: "Donde reina una atmósfera cultural específica, no es posible la toma del poder político sin ocupar antes el poder cultural".

Por ello el planteamiento de este político era, a diferencia de los comunistas rusos, que el poder cultural es superior al poder del Estado para hacer la revolución.

Para Gramsci la subversión política no crea una situación, sólo la consagra. "Un grupo social puede e incluso debe ser ya dirigente antes de haber conquistado el poder gubernamental: es una de las condiciones esenciales para la conquista de ese poder".

España en el imaginario

El trabajo de la izquierda para asentar esa superioridad moral ha sido constante desde hace tres décadas en España. Alfonso Guerra ya dijo que "a España no la iba a conocer ni la madre que la parió".

Las políticas en educación, sociedad y cultura han ido orientadas, los 23 años de socialismo, por esa voluntad gramsciana de cambiar la sociedad a largo plazo a través de la hegemonía del poder cultural. En frente se han encontrado muy poco y muy acomplejado.

La izquierda, de manera coherente, ha luchado por el mantenimiento del monopolio cultural, con uñas y dientes, acabando con cualquier resistencia en el camino.

Frente a ese empuje de la izquierda, la derecha tuvo un momento de reacción en la segunda legislatura de Aznar y, sobre todo, en las dos legislaturas de Zapatero, donde hubo una reactivación de respuesta social, mediática y cultural de la derecha social frente a las políticas de ingeniería social de ZP.

Esa derecha social en la calel fue el salvavidas del Partido Popular después de la derrota política posterior al 11 de marzo, sin ella el Partido Popular hubiera desaparecido bajo la bota de Zapatero.

A partir de la victoria descomunal de 2011 de Rajoy, el propio PP comienza a dilapidar todos los resquicios culturales de resistencia política y social de esa derecha en la que se había apoyado. El PP asume todo el plantel ideológico de Zapatero, no derogando absolutamente nada. El PP desprecia a todos los Movimientos Cívicos netamente de derechas y asume el ambiente cultural progresista, así como sus valores.

Políticos tecnócratas y grises, consideraron que la lucha cultural, la batalla de las ideas es una batalla absurda, en un mundo donde lo importante es únicamente la economía, consideran que defender valores es incomodo y además perjudica los negocios pues lo importante es que esto siga sin conflictos.

Y con el anterior pensamiento de una derechita centrista, absurda, apolillada, acomplejada y cobarde, hemos desembocado en la España de 2015 donde el PP es un pollo sin cabeza, bloqueado ante su derrumbe.

En frente tenemos una izquierda, que es postmoderna y radical, que controla culturalmente España, que ha recuperado brutalmente poder político municipal y autonómico, y que tiene una estrategia clara de frente común para conquistar el Estado en las generales.

Gramsci tenía razón y sus correligionarios le hicieron caso. Otros sólo leen el Marca.

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