viernes, 2 de octubre de 2015
Ni Cataluña es Argelia, ni España es Francia
Ni Cataluña es Argelia, ni España es Francia
25/09/2015 .
Ante las ocurrencias de este gobierno, y en especial del ministro Margallo, de plantear estas elecciones como un proceso de independencia, es importante subrayar el gran error de planteamiento con referencias constantes exteriores para defender la unidad del Estado.
La nación española es mucho más que su caótico Estado de las Autonomías, de hecho el Estado español es un invento franquista, España es mucho más antigua e importante.
España está por encima del Estado como nación histórica, como comunidad humana milenaria basada en lazos indisolubles más allá del positivismo legalista.
Cuando los obispos españoles se sentían herederos de San Isidoro, de San Ignacio, de Santa Teresa, de Fray Luis de León y de miles de referencias basadas en un hecho histórico y humano incontrovertible como es España, donde lo católico forma parte objetiva de su esencia, decían, evidentemente, que “España es un bien moral”, una comunidad humana con una memoria e identidad que no se debía destruir. Hoy, por una inexplicable razón, pocos en la Conferencia Episcopal dicen algo.
El pensamiento Margallo
El ministro Margallo habla en el debate con Junqueras de las Españas, de que Cataluña es como Argelia, de la referencia a los españoles de ultramar en la Constitución de 1812 y muchas otras tonterías fruto de esquemas absurdos que plantean que España es un pacto entre diversos pueblos. Un pensamiento decimonónico de algunos postfranquistas que quieren ver en el Estado de las Autonomías una especie de Estado de las Españas.
Es curiosa la coincidencia entre la izquierda moderada señoritinga postfranquista, alimentada tras poderes facticos fácilmente reconocibles, que hablan de federalismo asimétrico, y la de aquella derecha que asume reminiscencias forales del antiguo régimen, como signos diferenciadores románticos, incluso dándoles a regiones un carácter nacional, hablando de la necesidad de "reconocer la asimetría social e identitaria" de Cataluña y el País Vasco.
Objetivamente España siempre ha sido un solo pueblo, desde Roma, con diversas organizaciones jurídicas por cuestiones históricas, pero cuya soberanía recae en una sola corona de manera definitiva en el siglo XV y es tomada por todo el pueblo español en 1812. España siempre se ha dotado, a través de sus constituciones, de un Estado unitario con distintos grados de descentralización, jamás se dudó de su unidad, el único termino que trajo equivocaciones fue el termino nacionalidades de la constitución de 1978.
España es la nación más antigua de Europa y la más homogénea, tanto humanamente como en cuestión de fronteras.
Argelia y Francia
Argelia era una colonia de Francia y Cataluña nunca lo ha sido de España. Cataluña siempre ha sido y será España.
Los virreinatos en Hispanoamérica pudieron ser tratados como colonia de España, aunque jurídicamente desde Isabel la Católica se trataba a los súbditos de esas tierras como españoles en todos sus derechos, pero es indudable que la nación madre siempre fue una, donde Cataluña es parte indisoluble.
La otra ocurrencia del gobierno es cerrar la campaña con el francés Sarkozy. No está de más recordar que Francia siempre fue enemiga de la región catalana precisamente por ser la frontera hispánica por excelencia frente a esta nación vecina, como también lo fueron Navarra o Vascongadas.
Es curioso agitar el espantajo francés frente a una región que históricamente siempre se enfrentó a ellos por afirmar su españolidad. Dotar de argumentos a los nacionalistas no es muy razonable que digamos.
Ejemplos tenemos muchos:
– “En Cataluña todo el mundo tiene mala voluntad para Francia e inclinación por España. Los catalanes son muy malintencionados para el servicio del rey. Ningún partido es profrancés” (Pierre de Marque a Luis XIII sobre la situación de la Cataluña entregada a Francia por Pau Claris en 1640).
– “Cáncer es la Francia, come y quisiera comer incesantemente todo lo que le cae en contorno (…) Ser su vecino es ser su enemigo” (folleto Clarín de la Europa, Barcelona, 1700).
– “¡Oh! Infeliz España, si no sacudes el yugo de la Francia (…) No hay nación en el orbe que haya tolerado paciente el soberbio yugo de la Francia dominante. Hasta las moscas en Cataluña esgrimieron fatales puntas contra la sacrílega ambición francesa. No te falta hoy la Casa de Austria que te envía por libertador a Carlos III” (folleto El sol triunfador de las sombras, 1702).
– “Quedando esclavos con los demás españoles engañados, y todos en esclavitud del dominio francés” (bando de Rafael de Casanovas, 11 septiembre 1714).
– “Aquells francesos malvats son nostros majors contraris. Valerosos catalans, anems tots á la campanya á defensar nostre Deu, Lley, Patria y Rey de Espanya. ¡Al arma, al arma, espanyols! ¡Catalans, al arma, al arma! que lo frenetich francés nos provoca y amenassa” (Canción popular, guerra de la Convención, 1793).
– “Ninguna otra parte de España se ha sublevado con tanto encarnizamiento” contra Francia como Cataluña (mariscal Berthier a Napoleón, 1808).
España despertará
En definitiva estamos en tiempos convulsos donde se mezclan verdades con mentiras y España está sometida al arbitrio de los mediocres.
España es difícil de romper, a pesar de que muchos enanos que pueblan nuestras oligarquías políticas y económicas lo intentan desde hace siglos.
El pueblo español siempre ha estado a la altura, y no hay que perder la esperanza. Yo tengo confianza en España y su pueblo, a pesar de los silencios y de las frustraciones.
No tengo duda de que España despertará y se impondrá la cordura.
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