lunes, 28 de diciembre de 2015
Aznar y la renovación del PP
Aznar y la renovación del PP
24/12/2015 .
El presidente de honor del Partido Popular se presentó por sorpresa en la reunión del comité ejecutivo del Partido Popular posterior a las elecciones.
El PP fundado por Aznar y presidido hoy por Mariano Rajoy, obtuvo en las elecciones generales 122 diputados, perdiendo 64 diputados desde 2011.
José María Aznar propuso un Congreso Nacional abierto para renovar el partido, a lo cual, no creo que le hagan mucho caso. Aznar ya anunció que él no se iba a presentar como alternativa a presidir el partido. Rajoy enseguida dijo que él si se presentará a liderar el partido cuando toque.
La idea de Aznar de un Partido Popular
José María Aznar dio a la derecha política española sus primeras victorias electorales indiscutibles desde la Restauración. Su receta no fue especialmente original ni es ningún secreto: construir un gran Partido Popular en el que cupiesen todas las sensibilidades y todos los votos desde el centro izquierda hasta la derecha nacional democrática. La UCD, pese a su variedad, nunca entendió esto: que dejar un espacio social y político libre a su derecha podía ser cómodo para sus líderes, para ahorrarles acusaciones de derechismo, ultraderechismo, y canibalismo a cargo de la izquierda postestalinista, pero era una renuncia completa a la "mayoría natural" (y una sumisión moral al socialismo)".
La gran obsesión de Aznar es la integración de todo el centro derecha en un partido. Siempre ha considerado que es la única posibilidad de ganar a la izquierda y no estaba equivocado. El presidente siempre ha entendido que las más mínimas escisiones en esa unidad son fatales para la derecha.
En un discurso en el Club Siglo XXI de 1988, embrión del nuevo PP, Aznar dijo:
"Se equivocan de medio a medio los que, quedándose en la superficie de las cosas, centran las cosas en asuntos meramente personales, como si todo se solucionara en un triste ´quítate tú para ponerme yo´. Se equivocan también los que entienden que mejor es no hacer nada. Mi sincera opinión es que en AP tenemos que iniciar un proceso, que culminando en el próximo congreso ordinario, haga de este un gran congreso integrador y solidario, no excluyente, y abra un debate que sitúe a nuestro partido claramente en la vanguardia del proyecto y de la estrategia del centro derecha, en su núcleo capital y sirva a su fortalecimiento interior".
En el nuevo PP Aznar sobra
Los ideólogos del nuevo PP, como José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura, desprecian a Aznar y sus formas, ellos prefieren referencias como Norberto Bobbio, el llamado socialista liberal. Así se expresaba Lassalle respecto a Aznar en una entrevista en El Mundo hace un mes http://www.elmundo.es/espana/2015/11/28/5658b98746163f575d8b45a0.html:
“Aznar trató de construir una suerte de gaullismo en la derecha española. Y a punto estuvo de crear un aznarismo en el que por otro lado una parte de las derechas españolas no se hubiera reconocido. Afortunadamente, no existe el aznarismo como discurso político”.
Propuestas de Aznar esta legislatura
Los consejos de José María Aznar no han sido escuchados por Rajoy, incluso le ha despreciado en diversas ocasiones, como en la presentación de las memorias de Aznar donde no acudió ningún miembro del gobierno.
En 2013 José María Aznar volvió a dar un discurso en el Club Siglo XXI. En este discurso elogió la superación de los cinco desafíos que superó la nación española a través de su transición: nacional, institucional, territorial, social y sobre la posición exterior de España. Y la respuesta de cinco compromisos: Nación y monarquía, Estado de derecho, Estado autonómico, sociedad de bienestar y europeísmo.
A partir de lo anterior señaló una serie de cuatro puntos a aplicar de manera inmediata por el partido de gobierno:
Primero, dejar claro que no está abierta la discusión sobre la Nación española ni sobre su soberanía. Fijar como criterio trasversal de todas las políticas el fortalecimiento de la Nación. Asegurar que cualquier acuerdo nuevo se haga para reforzar la Nación y no para debilitarla.
En segundo lugar, renovar y fortalecer el funcionamiento de nuestro sistema democrático y el respeto a la ley y al Estado de Derecho. Hay una crisis política que exige soluciones y reformas políticas. Reformas incisivas, para reforzar y modernizar la democracia representativa, no para liquidarla.
En tercer lugar, estabilizar definitivamente la estructura territorial, de modo que, garantizando la unidad nacional tanto como la autonomía, se supere el vaciamiento creciente de lo común y se asegure la igualdad de oportunidades, la igualdad de derechos y la solidaridad de todos los españoles. Es hora de incrementar la racionalidad organizativa y económica del modelo territorial, tanto en lo que se refiere al Estado Autonómico como a los entes locales.
En cuarto lugar, flexibilizar y estabilizar la economía, porque estabilidad y flexibilidad son las dos claves del euro. Es lo que hace falta para adaptarse a la nueva realidad de la economía mundial; y es lo que se requiere para restablecer una solidaridad entre generaciones que está en riesgo. Es lo que necesitan las clases medias y lo que hará posible el bienestar.
Si nos fijamos, Aznar sitúa la economía en cuarto lugar.
Política o miedo
Aznar habla de política no de otra cosa. La política con objetivos claros, crea ilusión y esperanza en el electorado, la política del miedo es un voto reaccionario que no ilusiona ni contagia a las masas.
Que cada uno saque sus conclusiones en relación a lo que se ha hecho en esta legislatura sobre los puntos propuestos por Aznar.
Es normal que Aznar pida un Congreso y una renovación ante la evolución electoral del partido. Es triste que en la política española Felipe Gonzalez o Susana Díaz sean considerados grandes estadistas, mientras que el fundador del centro derecha sea despreciado por la cúpula del partido que el creo. Lo más sorprendente es el elogio constante a Felipe González en tertulias de televisiones conservadoras y la crítica constante a Aznar.
Cosas de esta España extraña que nos ha tocado vivir desde ese marzo de 2004, primero con Zapatero y luego con Rajoy.
Lo cierto es que hoy el panorama es dantesco y la derecha está más debilitada que nunca. Aznar puede ayudar al PP, pero no creo que le dejen, únicamente lo quieren para pasearlo como en las pasadas municipales y autonómicas, evidentemente en estas elecciones no ha participado.
Si a Aznar, que es el presidente de honor del partido, le ponen trabas ante una posible renovación, imaginen lo que harán con otros.
Tiempos difíciles para la derecha, el pensamiento obtuso está más fuerte que nunca en sus posiciones, mientras el PP se desangra y, lo que es peor, España agoniza.
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