lunes, 4 de abril de 2016

Necesitamos una refundación de la derecha

 
En enero del pasado año escribí un artículo denominado “El Centro ya ha perdido frente a Podemos”. En dicho artículo alertaba sobre las posiciones políticas en España y el riesgo que una figura política radical como Podemos podía entrañar en nuestro país.

Los debates por la investidura, que hemos visto esta semana, no dejan lugar a dudas, existe una figura radical en el Congreso que hace que el resto de fuerzas constitucionalistas no tengan otro remedio que reagruparse sobre sí mismas en un bloque común de resistencia. Podemos está forzando el bloque y los partidos constitucionalistas solo buscan el pacto. Más allá de la estabilidad constitucional no hay mucho que ofrecer al parecer. La situación es grave porque la política en España ha cambiado.

Podemos frente a un bloque de partidos con intereses coincidentes en sus cúpulas, pero con bases sociológicas con afanes contrapuestos, puede resolver el problema a corto plazo pero agravarlo a medio-largo. Un Pablo Iglesias solo como jefe de oposición frente a una coalición de PP-Cs-PSOE es un gran peligro para el sistema constitucional español.

Pablo Iglesias quiere que ese pacto se formalice, que los partidos del bloque difuminen su identidad política, que las contradicciones minen y debiliten tarde o temprano ese bloque. Mientras tanto Podemos fortalecerá su identidad, su movimiento social y su proyecto político de cambio radical. Es una estrategia revolucionaria muy medida que pretende plasmar la imagen de Podemos como único representante de las clases populares frente a los representantes de un sistema que Podemos pretende deslegitimar políticamente desde sus cimientos.

Sigo pensando que alguno de los tres partidos constitucionalistas debería permanecer en la oposición para evitar la ventaja de Podemos. Yo propuse en esta bitácora que lo hiciera el PP, condicionando su abstención a lo que estime oportuno en el pacto, dando una salida digna a Rajoy, aprovechando esa posibilidad para regenerarse y fortalecerse en la oposición, controlando la legislatura con su mayoría en el Senado, aunque por lo que se ha visto no parece que vayan por ahí los tiros. 

Vuelvo a recordar mis reflexiones del año pasado: “Comenzamos este año 2015, un año que será clave para la evolución política de la Nación Española".


El Centro y Podemos

"El problema ante la situación actual de España no es solo de estadística y datos macroeconómicos.

Los ciudadanos españoles necesitan de un nuevo relato, necesitan de la reivindicación de una nueva cualidad humana y social para España. El partido Podemos ha asumido ese rol y un relato revolucionario que se creen a pies juntillas.

La reivindicación de la cualidad humana reivindicada por la izquierda de Podemos es ahondar en más de lo mismo, aunque de manera radical. Profundizar en los valores progresistas imperantes desde hace décadas en España: relativismo, ideología de género, egoísmo, egocentrismo, egolatría. Podemos quiere desarrollar la cultura de la razón individual y del beneficio individual tasado, organizados en Colectivos a través de un Estado omnipresente que reparta igualdad por lo bajo sometiendo los medios de producción a una colectividad abstracta y a la vez totalitaria.

El centro político indefinido e insípido ya no tiene relato, solo tiene datos y coyunturas externas. La falta de relato les hace asumir los valores progresistas de la izquierda. El centro ha asumido que su única ventaja es una mejor gestión de la economía, una mayor confianza de los agentes económicos externos, pero asumiendo todos los valores de una izquierda progresista, de otra manera no se entendería la falta de reforma de las Leyes Ideológicas de Zapatero.

El centro ha asumido el sentido materialista de la historia que sacudía Marx, la economía es el único motor de la historia, es lo único importante, el hombre moderno es por lo tanto ajeno a la gratuidad, al desinterés, a todo lo que no puede llegar a entender, o a calcular.

El centro tiene la batalla perdida de antemano frente a Podemos, porque reivindica, como la izquierda, que al hombre solo le preocupa su bolsillo. A diferencia de la izquierda, el centro ya no ofrece fórmulas o ideas, no considera que la política clásica pueda cambiar las cosas, sino que considera que el solo devenir del mercado y de los agentes económicos lograra el bienestar, culmen de la felicidad. Al final Centro e Izquierda se retroalimentan, unos (la izquierda) ponen la estructura ideológica-social-política, a través de fórmulas de ingenieria social, de un mundo materialista y otros sólo se preocupan de que el sistema económico funcione bajo parámetros progresistas (Social-Democracia).

Más allá del centro y la izquierda existiría una opción política verdaderamente regeneradora, alejada de los parámetros impuestos”.

Necesitamos una refundación de la derecha ya.

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