sábado, 16 de abril de 2016

Ricardo Chamorro: Ciudad Real y Alfonso VIII








 
Ante la popularidad de Alfonso VIII por la presentación del nuevo libro “El Rey Pequeño” de Antonio Perez Henares, periodista castellano manchego, que cuenta la vida de este rey castellano, me apetece escribir sobre la vinculación de este rey con la comarca de Ciudad Real.

En 1178 Alfonso VIII el de las Navas, decidió repoblar y fortificar el llamado cerro de Alarcos, a dos leguas de la actual Ciudad Real y dentro de su término municipal.

La vinculación de la Corona Castellana a la comarca se remontaba a tiempos de su antepasado Alfonso VI, que cedió la imagen de la llamada Virgen de las Batallas, imagen visigótica encontrada en Aragón, a la aldea de Pozuelo Seco, actual Ciudad Real, donde existe devoción a esa Virgen llamada, desde entonces hasta hoy, Virgen del Prado, en la ermita de Santa María, hoy Catedral. Historia de la Virgen del Prado https://es.m.wikipedia.org/…/Nuestra_Se%C3%B1ora_del_Prado_….

Alfonso VIII proyectó una ciudad-fortaleza castillo, así como una ermita en este cerró, por su enclave militar de frontera y su gran visibilidad. La fortaleza estaría centrada y flanqueada por el castillo de Caracuel, Miraflores, Malagón y Calatrava, al norte por Toledo y más al sur por Salvatierra.

Los planes de repoblación y las obras comenzadas, y algunas terminadas como la Ermita, de Alfonso VIII, fueron truncados por la derrota castellana en 1195 frente a los musulmanes en la Batalla de Alarcos.

Años después, ante el ejército cristiano que acudía a la batalla de las Navas en 1212 y el miedo por los hechos de Malagón donde se pasó a cuchillo a todos los musulmanes, los sarracenos que guardaban el cerro de Alarcos huyeron despavoridos sin presentar batalla.

Posteriormente a la victoria de las Navas de Tolosa la comarca o señorío fue cedido por Alfonso VIII a uno de sus mayordomos, ricohombre de Castilla y caballero de las Navas, Don Gil, y Pozuelo Seco (núcleo de la actual Ciudad Real) pasó a llamarse Pozuelo de Don Gil.

Fernando III el Santo quiso volver a repoblar y fortificar Alarcos pero después de la derrota y sus numerosos muertos, los cristianos no quisieron poblar ese cerro. Tanto Fernando III como su madre Berenguela (Hija de Alfonso VIII) pasaron muchas jornadas en Pozuelo Seco atendidos por el caballero Don Gil y su familia. Don Gil y sus hijos formaron una hermandad de caballeros y ballesteros para la protección de los caminos y que comprendía gran parte de la provincia de Ciudad  Real

Es Alfonso X el Sabio, hijo del anterior, quien finalmente dota a la población de Pozuelo Seco y comarca de Fuero en 1255, y pasa a llamarse Villa Real “gran villa e bona”.

Juan II, padre de Isabel la Católica, es quien finalmente dota a Villa Real del carácter de Ciudad, por la bravura y apoyo de las huestes concejiles de Villa Real formadas por caballeros y ballesteros locales, en la guerra. Desde entonces hablamos de Ciudad Real.

La ermita de Alarcos hecha por Alfonso VIII fue reconstruida, y una de las puertas de esta ermita, la hoy llamada del Perdón de tiempos de Alfonso VIII, fue trasladada a la Iglesia de Santa María, hoy Catedral de Ciudad Real y sede prioral de las cuatro órdenes militares.

La vinculación de Ciudad Real a la Corona Castellana y luego española, estuvo por encima del poder de la Orden de Calatrava y la ciudad fue dotada por los reyes de Castilla del lema “muy noble y muy leal”.

Ricardo Chamorro

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