martes, 28 de enero de 2014

Crisis: Cuando la izquierda siendo responsable sale victoriosa


 
Crisis: Cuando la izquierda siendo responsable sale victoriosa
   

En esta nación, aún llamada España, es difícil comprender los complicados quiebros mediáticos que dan lugar a que se inocule en la sociedad la impresión de que todos los males de esta nación los tiene la derecha. Lo cierto es que el PP ha gobernado, de manera nacional, únicamente ocho años desde 1978, más los dos últimos de Rajoy.

Los acontecimientos de Burgos, del barrio de Gamonal, son posteriores, pero obedecen en parte a declaraciones de la izquierda, como las de UGT y Comisiones Obreras al principio de legislatura, diciendo unos que "estamos en estado de guerra" y los otros pidiendo elecciones anticipadas y referéndum. No importa que el programa electoral de IU de 2011 de Burgos estableciera medidas urbanísticas similares al Bulevar de Gamonal, lo importante es que "Gamonal sea la chispa que arranque la revolución en todo el país", tal y como afirmaba el concejal de IU Burgos Raúl Salinero.

Aquello se une a las declaraciones de los nacionalistas como Artur Mas y Otegi que exponen el fracaso económico y social de España divisando una alternativa independiente al estado de cosas que ellos, entre otros, han provocado. Ello unido a la crisis o el paro desproporcionado, podría llevar a España a un precipicio de proporciones noventayochistas, si la responsabilidad y la cordura no se imponen.

El progresismo en la picota

Lo que no deja de sorprender a cualquier persona que reflexione un poco, es que la ideología de izquierda o del progresismo indefinido posterior al 68, que ha presidido la mayoría de las decisiones que nos han llevado actualmente al caos, sigue teniendo una legitimidad incomprensible.

Muchos intelectuales pos-izquierdistas se afanan en defender, desde su escepticismo, que el problema es que realmente los que dicen ser de izquierdas no lo son y que si se aplicaran realmente verdaderas políticas de izquierda esto no hubiera ocurrido. La izquierda siempre encuentra justificación para sus repetidos fracasos y sus distintas mutaciones.

Algunos lemas como "¡Rockeros: el que no esté colocado, que se coloque... y al loro!" del socialista Tierno Galvan, son emblemas de una época muy progre.

El fallecido Manuel Fraga, fundador de AP, y presidente de honor del PP, señaló en su ensayo "El socialismo ha muerto" lo siguiente:

"Lo que está claro es que decir socialismo, como decir izquierda, no es hablar sin más de libertad, igualdad, generosidad, progreso y bienestar; sino, en realidad, de vagos planteamientos de envidia social, improvisación administrativa, de penuria productiva y de menor nivel real de libertades; todo ello envuelto en una máxima ambigüedad en los planteamientos".

Enfocar los negocios con un prisma progre

También la forma de hacer negocios en España estuvo trufada de sentido progre. El ministro de Economía del Gobierno de Felipe González, Carlos Solchaga, sentenció que España era "el país donde uno se puede hacer rico más rápidamente".

Los dispendios y obras faraónicas sin sentido, son un ejemplo de irresponsabilidad y relativización del dinero público. "Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie", decía Carmen Calvo, ministra de Zapatero.

La política del pelotazo, de las burbujas, era el relativismo progresista aplicado a los negocios, cualquiera se podía hacer millonario en poco tiempo y caló que los políticos eran sobornables. La corrupción se generalizó. Las burbujas crecían y gentes como el empresario fallecido Jesús Gil eran ejemplos para el pensamiento progre con frases como  "mis ídolos son Jesús, Franco y el Che Guevara".

La burbuja explotó en 2007 pero a pesar de ello el último gran icono del progresismo ZP consideró gastar en 2010 50.000 euros para enseñar a tocar la marimba, 300.000 para la Fundación presidida por Narcís Serra, 500.000 euros para la cúpula de las Naciones Unidas, 30.000 euros destinados a las Lesbianas y Gays de Zimbabwe, otros 400.000 para el empoderamiento de la mujer en Palestina, o los 285.000 euros, casi 50 millones de las antiguas pesetas para "la gestión comunitaria del bosque del pistacho y rehabilitación de pastizales".

Rehenes del progresismo de izquierdas

Lo cierto es que en España desde hace 36 años de democracia, de los que el PSOE ha gobernado 23, es el progresismo como ideología el que ha monopolizado el devenir de nuestra nación, da igual que ese progresismo lo haya encarnado un presidente de caja de ahorro, un sindicalista, un miembro de la CEOE, un minero, un socialista, un talibán del centrismo o un nacionalista vasco o catalán de mocasín o coctel molotov.

Yo afirmo que si hay que buscar culpables de la situación caótica nacional es la ideología progresista de izquierdas su máximo exponente pues su progresismo insostenible, su tendencia al sobre-endeudamiento, su concepción anárquica del capitalismo, su relativismo continuo y su alianza con aquellos que discuten permanente la unidad histórica de España ha sido constante.

Romper con el progresismo del 68

Quizás el problema es que buscamos respuestas tratando de hablar el mismo lenguaje que el progresista y claro en esa conversación siempre ganan ellos que dominan el idioma. ¿Y si cambiáramos de dialecto?

José María Lasalle, secretario de Estado de Cultura del actual gobierno, definió perfectamente a la izquierda: "El problema que tiene la izquierda es que vive instalada en la incertidumbre por el desmoronamiento de sus mitos. Y, por otro lado, está el fenómeno del resentimiento. Como el mundo en el que viven no les gusta, pero no tienen la capacidad de análisis ni de acción necesaria para transformarlo, viven en ese rencor inconsciente que deja la impotencia".

Ciertamente hay gente que viene de la izquierda o que pulula por esa ideología que son grandes políticos, patriotas, disidentes de la izquierda oficial, o reprimidos en sus partidos y que deben contribuir con su apoyo al cambio de las cosas en España.

No obstante tener conciencia social no es patrimonio en absoluto de la izquierda, si no que le pregunten al sindicalista polaco Lech Walesa. Esperanza Aguirre lo dijo claramente: "¿Cómo puede la izquierda creerse moralmente superior dejando más de 5 millones de parados?".

La realidad es que parte del PP se cree que hay que justificarse siempre frente a la izquierda asintiendo con los hechos ante esa falsa superioridad moral. Quizás es una reminiscencia franquista el creerse con la obligación de tratar de mimetizarse con la izquierda para demostrar ese crepúsculo ideológico que se anunciaba a finales de los 70, lo cierto es que hoy en el siglo XXI si el centro-derecha pretende limitarse a la gestión tecnocrática y el caer bien políticamente a la izquierda y a los nacionalistas se disolverá como un azucarillo en el magma político que se vislumbra en España.

Sarkozy lo dijo en su discurso de Bercy en 2007, a pesar de que cuando tuvo responsabilidad se dedicó a otras cosas, "…la política retorna. Retorna por todas partes en el mundo. La caída del Muro de Berlín pareció anunciar el fin de la Historia y la disolución de la política en el mercado. Dieciocho años después, todo el mundo sabe que la Historia no ha terminado, que siempre es trágica y que la política no puede desaparecer porque los hombres de hoy sienten una necesidad de política, un deseo de política como rara vez se había visto desde el fin de la segunda guerra mundial".

Hacer política fuera de los dogmas progresistas

Son tiempos de hacer política con mayúsculas pues no tiene sentido limitarse a gestionar una nave esquelética que, sin reformas de calado, se dirige irremediablemente a la deriva.

La izquierda ha tirado para adelante golpeando, pues como dice el refrán, "el que golpea primero golpea dos veces" y por eso quieren incendiar la calle. Los dirigentes de centro-derecha serían muy torpes si no les recordaran a la izquierda su clara responsabilidad y lo que es más importante, sería necesario cambiar el ritmo de la música para encauzar tanto desaguisado en esta España monopolizada por el progresismo más extremo de los que existen en Europa.

www.twitter.com/rchamode

Ricardo Chamorro Delmo

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