martes, 7 de enero de 2014
¿Será posible cambiar la dinámica? Recordando a Antonio Maura
¿Será posible cambiar la dinámica? Recordando a Antonio Maura
02/01/2014 .
Los datos del paro, la corrupción, los desafíos a la nación, los jóvenes sin salida, la administración elefantiásica. Una situación que parece abocada al abismo. Lo más preocupante no es la situación actual, que podría regenerarse, sino la mentalidad de pensamiento que nos llevó a una deriva que aun hoy no somos capaces de enderezar.
“España es un país de revolucionadores y no de revolucionarios” decía Jose Maria Fidalgo, ex secretario de CCOO, en la presentación de las memorias de Aznar.
El otro día un conocido me comentó que había leído que la mafia tenía su origen en España, particularmente en Aragón y Cataluña, donde a raíz de la erradicación del feudalismo y de los malos usos de los nobles, por los reyes católicos, se crearon organizaciones familiares secretas para proteger sus intereses y que de allí se extrapolo ese sistema a Nápoles y Sicilia. No sé qué grado de veracidad tendrá esa información, lo cierto es que España e Italia no pueden negar determinadas tendencias cleptomaniacas muy latinas.
La Restauración y Antonio Maura
Podemos recordar históricamente el régimen de la Restauración, que por un lado ofrecía amplios espacios de libertad en un marco de estabilidad institucional, al mismo tiempo, descansaba sobre estructuras de corrupción política y moral asentadas sobre el caciquismo. En La Mancha esa forma de organización fue muy intensa.
Una reflexión del articulista Pascual Tamburri en El Semanal Digital me llevó a recordar a Antonio Maura:
´Y mientras haya corrupción habrá crisis política e institucional´. Con la mejor intención, ya en la Restauración nuestros políticos centristas y moderados, de Cánovas a Sagasta, pensaron que lo mejor era cubrirse mutuamente las miserias y tolerar un cierto grado de corrupción caciquil para evitar el avance de los extremistas.
Por supuesto que sucedió lo contrario, como bien anunció aquel Antonio Maura en el que se inspiraba el PP fundacional: ´La corrupción consentida u ocultada es mil veces más explosiva que la corrupción denunciada; si el corrupto es señalado y castigado ejemplarmente se evita que la culpa recaiga sobre todo el país, sobre el futuro institucional y económico del mismo, sobre la democracia y la prosperidad de los españoles de mañana´.
En aquella remota época fue un político de derechas, Antonio Maura, liberal-conservador, el que dedicó su vida a impulsar un programa de reformas que consolidara en España un régimen político y parlamentario de libertades, al margen de servidumbres caciquiles, unido al fortalecimiento de la nación española.
Un ímpetu similar a esa revolución, a la que él llamaba desde el gobierno, es lo necesario para transformar España:
´Uno de los primeros y más importantes orígenes del mal que aqueja a la patria consiste en el indiferentismo de la clase neutra. Yo no sé si su egoísmo es legítimo, aunque sí sobran causas históricas para explicarlo´.
´... España entera necesita una revolución desde el Gobierno, y que si no se hace desde el Gobierno, un trastorno formidable la hará; porque yo llamo revolución a eso, a las reformas hechas desde el Gobierno, radicalmente... Para que nadie pueda ser indiferente y tengan que pelear, hasta aquellos mismos que asisten con la resolución de permanecer alejados´.
www.twitter.com/rchamode
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