lunes, 13 de enero de 2014

El PP no puede ser conservador


 
 Rajoy y otros dirigentes del PP, en la manifestación convocada por el partido bajo el lema 'España por la libertad. No mas cesiones a ETA' en 2007. EFE

VIENTO DE LA MANCHA

El PP no puede ser conservador
   
09/01/2014 .    

María Dolores de Cospedal proclamó este miércoles que "no se crece por decreto, sino como resultado de políticas y reformas que eran necesarias para la recuperación económica y con medidas como las puestas en marcha por el Gobierno".

Comentó que tras dos años de gobierno reformista "la prima de riesgo se reduce, ha desaparecido el fantasma del rescate, el déficit baja, la deuda exterior mejora, el desempleo ha empezado a reducirse y el sistema financiero está reestructurado".

Con respecto a la ruptura nacional que pretende el separatismo fue tajante: "la soberanía nacional no es un tema disponible, ni por el Gobierno de la Generalitat de Cataluña, ni por el Gobierno de España, ni por el Parlamento español: la soberanía nacional reside en el pueblo español".

El reformismo según el PP

El fallecido político Manuel Fraga, padre de la Constitución, definió este término "Reformismo" de la siguiente manera: "Mas allá del socialismo queda el verdadero desafío: la reforma social en profundidad, hecha por los que creen, a la vez, en la sociedad española y en la capacidad de su pueblo para reformarse, para ser mas auténticamente él mismo".

La concepción de Fraga del reformismo querría ir más allá de lo liberal y conservador, un concepto nuevo, una síntesis, que pretende reformar lo existente sin traumas, adaptando sin miedo las demandas ciudadanas con un claro sentido patriótico hacia España. El reformismo sería pues un proceso que persigue que el pueblo español sea "más auténticamente el mismo", es decir enlaza con el concepto de identidad como el conjunto de los rasgos propios de una comunidad. Fraga habla de "reforma social en profundidad", no de simples enjuagues o reformitas.

Jose María Aznar era también un profundo defensor del reformismo teniendo como figura emblemática a Antonio Maura, así decía:

"Maura fue demonizado por algunos de sus contemporáneos porque jamás renunció a los dos ejes innegociables de su ideal reformista: el respeto absoluto por el imperio de la ley y el amor por la nación española. Desafortunadamente, la defensa de estos valores es hoy tan necesaria o más que entonces".

¿Conservadores en contra de la moderación?

El columnista Pascual Tamburri de El Semanal Digital dice en un artículo: "En la medida en que la izquierda alcanza sus objetivos se convierte en conservadora, y la derecha, en la medida en que deja de tener posiciones que conservar  se torna revolucionaria en nombre de los principios permanentes que defiende. Las derechas o aceptan el desafío de ser modernas y revolucionarias o tendrán que resignarse a no existir, a vagar en el limbo de los ensueños y a reducirse a ser tropas auxiliares de la izquierda triunfante".

Antonio Maura dijo el siglo pasado que "España entera necesita una revolución desde el Gobierno, y que si no se hace desde el Gobierno, un trastorno formidable la hará; porque yo llamo revolución a eso, a las reformas hechas desde el Gobierno, radicalmente"… "en el gobernar la acción da la fuerza, la quietud es la debilidad y la decadencia; que cuantas más dificultades se acometan, teniendo razón, se tiene más fuerza, y que otra cosa no era gobernar, sino estar en el Gobierno, como decía un ilustre estadista...".

Esto es algo que también, en el ámbito católico, ha visto el Papa Francisco enunciando la palabra revolución que anteriormente era un concepto herético para los católicos: "Si un cristiano no es revolucionario en estos tiempos no es cristiano".

Un pensador tachado de conservador como Chesterton decía que "todo el mundo moderno se divide en Progresistas y Conservadores. La labor de los Progresistas es ir cometiendo errores. La labor de los Conservadores es evitar que los errores sean arreglados".

El filosofo y teólogo catalán, Jaime Balmes, decía que los partidos "de instinto moderado y sistema conservador" se convertían a la postre en conservadores "de los intereses creados de una revolución consumada y reconocida". También decía este pensador español del siglo XIX que "una de las diferencias más características entre los progresistas y los partidarios de la situación, consiste en que aquéllos son hombres de acción revolucionaria, y éstos de goce revolucionario".

Centrismo vacío o centrismo reformista

Un centrismo como concepto vacío y moderado, que pretende no cambiar nada sino simplemente gestionar mejor, que se contenta sólo con mayores cotas de bienestar sin un proyecto para la sociedad y la nación española, no tiene, a mi entender, nada que ver con un centro-reformista de valores que pretende la reforma social en profundidad. Las actitudes que no pretenden reformar de manera valiente lo que no funciona bien en España, sino simplemente alternarse en el poder, como si fuera un reparto de pastel, son un fracaso.

Por ejemplo no cumplir el programa electoral, el compromiso con tus votantes, es una actitud conservadora y no reformista. Asumir los dogmas de la izquierda en cuanto a la moral, la familia o el aborto para cambiar lo mínimo, es una actitud conservadora y no reformista. Asumir que el nacionalismo-separatista es el sentimiento político natural de determinadas regiones de España, en vez de luchar porque la verdadera identidad de esas regiones, ocultada por identidades falsas, salga a la luz, es una actitud conservadora y no reformista. Asumir cierto grado de corrupción administrativa por mantenerse en el poder es una actitud conservadora y no reformista. Asumir las mismas formas de gobierno que la izquierda es conservador y no reformista. Asumir y contribuir a asentar el poder mediático-financiero progresista que nos ha traído hasta este momento crítico para España, es una actitud conservadora y no reformista. Asumir la desigualdad de oportunidades de españoles, por una pantomima relacionada con supuestos derechos históricos que lo único que enmascaran es el egoísmo frente al bien común, retorciendo la historia y la identidad por interés, es ser conservador y no reformista. Asumir el Estado Autonómico sin reformas de envergadura que hagan sostenible el sistema administrativo, es conservador y no reformista.

El Partido Popular fue votado por mayoría absoluta para que sea reformista, no conservador. Siendo valiente en las reformas, teniendo como eje la nación española, manteniendo el compromiso con sus votantes, haciendo políticas con mayúsculas, el Partido Popular no defrauda a nadie y es realmente reformista.

www.twitter.com/rchamode  

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