martes, 11 de febrero de 2014

España aún guarda esperanza

 

España aún guarda esperanza
   
30/01/2014 .    
La tensión política, los desafíos separatistas, la corrupción generalizada, corrupción de las instituciones y hasta el fútbol, continúan mermando la moral de los ciudadanos.

Una autentica república bananera es en lo que parece que se ha convertido nuestra patria, a la vista de los periódicos y televisiones.

¿Tiene esperanza España? Dependerá como siempre de nosotros, de nuestro nivel de exigencia, de la fuerza de nuestra sociedad.

El gobierno de España debe levantar el ánimo y el Partido Popular encabezar una regeneración que también le atañe. La situación actual es la excusa perfecta para retomar la gran reforma de España teniendo en cuenta  a los españoles, a los que deben nuevamente ilusionar ejecutando su proyecto.

Existe el riesgo de renunciar a la esperanza en nuestra Nación, en asumir la basura que parece rodearnos, que nos inunde el escepticismo y que asumamos este estado de corrupción como algo insalvable. Como dice Monseñor Munilla, Obispo de San Sebastián, éste clima "puede acarrear un segundo mal moral" como es la "desconfianza generalizada, que nos lleve a aislarnos y ausentarnos de la vida pública y política".

Los españoles debemos cambiar las cosas implicándonos socialmente, así como comprometiéndonos en la vida pública y política. Una sociedad muerta y silente es el mejor caldo de cultivo para la corrupción, una sociedad donde aparentemente funciona más el enredo que la dialéctica democrática, donde los partidos políticos son opacos o no permiten debate interno, donde todo aparentemente es monolítico.

Algunos de nuestros políticos pueden ser corruptos, pero la mayoría, que no lo son, han tenido el simple coraje de dar la cara y tratar de cambiar lo que no les gustaba, quizás lo hayan cambiado mal pero por lo menos han dado el paso valiente de tratar de modificar las cosas.

"España es una nación de revolucionadores y no de verdaderos revolucionarios", decía el sindicalista Fidalgo. Nadie quiere tomar parte, sólo quieren criticar sin mojarse, sin dar la cara. Multitud de individuos, algunos de poca moral, sientan cátedra mientras esperan que alguien solucione esto sin hacer el mínimo esfuerzo personal, cuando se da la oportunidad de aportar ideas, de trabajar, miran para otro lado o cambian la crítica por la cobarde adulación.

Los ciudadanos españoles podemos cambiar lo que no funciona en esta Nación, dejémonos de cobardías y demos paso al valor para que la verdad se imponga a la mentira. Es necesario que la verdad salga a la luz, en todos los ámbitos, para que la regeneración sea una realidad en España.

El cambio no puede ser a base de algaradas o incendiar la calle, de manera reaccionaria, como pretenden determinadas ideologías que teledirigen a las masas en beneficio propio. El trabajo constante, el compromiso leal con la sociedad civil, con la libertad, es más eficiente y estructurador.

Como dijo también Munilla, "la recta conciencia es la mejor almohada, mientras que la conciencia errónea y falsa es, a medio plazo, fuente de sufrimientos y de desequilibrios".

España tiene que levantarse con el compromiso de los españoles, con el respeto a la democracia y a la verdad, esa es la única manera de regenerarse.

Acabo con una cita del político regeneracionista Antonio Maura:

"Muchos creen sinceramente, y me lo han manifestado muchas veces, que es una ilusión, que es un sueño -por cortesía no dicen que es una necedad- pensar que habrá nunca en España ciudadanía y verdadera vida política, confesable y respirable. Y yo me pregunto: pero ¿es que el pueblo español tiene alguna lacra, algún estigma por los cuales aquí no sea verdad lo que es verdad en todas partes?".

"La energía, el desinterés, el civismo, el patriotismo". "Lo que a mí me maravilla no es lo que falta. Lo que me asombra es lo que todavía queda de disposición en el pueblo español para la vida ciudadana".

www.twitter.com/rchamode

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