lunes, 10 de noviembre de 2014

Juan Pablo II, un santo para recordar

 
Juan Pablo II, un santo para recordar
   
23/10/2014 .    

El pasado 22 de octubre se ha establecido como el día de San Juan Pablo II. Yo no voy a hablar en este artículo de su biografía, pues ha sido repetida en multitud de medios, sino de su figura profunda en el ámbito de los valores de una sociedad católica que forma parte importante de la idiosincrasia de Europa y de su propia realidad.

Después de la segunda guerra mundial, Europa quedó desolada tanto material como espiritualmente, el catolicismo romano fue ignorado y mirado con recelo por las potencias vencedoras. Inglaterra y EEUU con una tradición claramente protestante, Francia cuna del laicismo y qué decir de la Rusia Bolchevique, recelaban profundamente del Vaticano y del catolicismo.

La lucha de bloques en la guerra fría cambió el panorama y la religión católica fue percibida por las potencias occidentales como una fuerza política, cultural y social a la que había que apoyar, o por lo menos dejar vivir, frente a la veta cultural de izquierdas.

La teoría de Gramsci

La izquierda europea y sobre todo la italiana y española, han aplicado feroz e inteligentemente las viejas tesis del italiano Gramsci, nacido en el siglo XIX, para hacer frente a la tradición católica de estas naciones. Gramsci consideraba que mientras Italia fuese católica, toda tentativa revolucionaria estaba destinada al fracaso, por ello elaboró una teoría para controlar la sociedad civil. De esta manera se expresaba: "la sociedad civil está «poblada» de elementos culturales: modos de pensar, de sentir, de situarse ante la vida, de leer, de divertirse... Se trata, por tanto, de conquistar la cultura para el marxismo, de organizar la cultura por medio de la captación de sus agentes, los intelectuales".

La nueva izquierda de Gramsci es la impulsora de la cultura del 68 y de los valores de la izquierda moderna, que poco a poco son impuestos de manera solapada. Gramsci teorizó sobre una lucha consistente en una ofensiva cultural, "la agresión molecular a la sociedad civil", una "rivolta culturale", que cambiara la religión, el derecho, el arte, los medios de comunicación y la ciencia de manera que la conquista de la hegemonía política involucrara a todos los niveles de la sociedad, siendo el control político la punta del iceberg.

Juan Pablo II frente al totalitarismo

Después de una serie de acontecimientos en la iglesia católica apareció Juan Pablo II, el Papa Woytila, que llegó a Roma después de haber vivido en la Polonia invadida primero por el nacional socialismo y luego por el comunismo. Sufrió personalmente ambas invasiones y siendo ya Papa la perspectiva de ver su nación invadida por el comunismo, padeciendo cómo era la realidad política y material de esta cosmovisión.

Woytila vio como en Polonia se conquistó violentamente el poder político y desde esa hegemonía se trató de cambiar la sociedad, al contrario de la teoría de Gramsci que pretende cambiar primero la sociedad y luego alcanzar el poder político.

Fue la Polonia cultural y social, enraizada en los valores cristianos, la que resistió y consiguió vencer al totalitarismo gracias a la fuerza de su sociedad civil. Por ello, una vez fue Papa, su gran reto fue arengar a los católicos de Europa y del mundo a no tener miedo, a no dejarse arrinconar por las ideas materialista e inmanentistas solapadas con buenas palabras, a no esconder nuestros valores cristianos y propios de nuestra cultura. El Papa salió al mundo a decirnos que la unidad espiritual de Europa es parte de nuestra identidad y que el olvido de nuestras raíces cristianas basará esa unidad en economía y política que no producirán una unidad duradera.

Política y Derecho

"Servir al derecho y combatir el dominio de la injusticia es y sigue siendo el deber fundamental del político", "si se quita el derecho, el Estado, como decía San Agustín, se convierte en una gran banda de bandidos", Benedicto XVI.

Por todo lo anterior cuando los políticos, que hipócritamente dicen defender valores, olvidan la importancia de una sociedad civil comprometida con los mismos, de los principios, de la cultura y de la filosofía, centrándose única y exclusivamente en la economía, está olvidando la trinchera que el totalitarismo moderno ve como prioritaria para conquistar el poder.

No es casual que la izquierda nos diga cómo debemos pensar los católicos, no es casual que la izquierda deje la economía a los tecnócratas de una derecha neutra puramente económica con los que mantiene excelentes relaciones, no es casual que hablen continuamente de cultura y de intelectualidad, no es casual sus embates contra las tradiciones católicas de España, no es casual que traten de cambiar el concepto de familia, no es casual la colaboración con separatistas que pretenden modificar un bien moral como es la cohesión histórica, social y espiritual de España.

¡No tengáis miedo!

Termino con las palabras de San Juan Pablo II en Santiago de Compostela y recordando su mensaje "No tengáis miedo".

"Desde Santiago te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes… Reconstruye tu unidad espiritual en un clima de respeto a las otras religiones y a las genuinas libertades. Da al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".

www.twitter.com/rchamode  

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