lunes, 10 de noviembre de 2014
Sarkozy o la caída de una derecha que mutó en tecnocrática
Sarkozy o la caída de una derecha que mutó en tecnocrática
El ex alcalde de Roma Gianni Alemanno, del PDL italiano, se refería a la perdida de Sarkozy frente a Hollande en Francia de la siguiente manera en la red social Twitter: ´Sarkozy nel 2007 ha vinto come destra sociale, oggi perde come destra tecnocratica, meditare gente..´.
En el año 2007 Nicolás Sarkozy apareció como la gran esperanza renovadora de la derecha europea, discursos como el de Bercy el 29 de abril de ese año agitaron las conciencias de la sociedad francesa y aglutinaron en torno a Sarkozy a todo el centro-derecha sociológico arrodillando a formaciones más radicales como el Frente Nacional que se derrumbó electoralmente.
En el discurso de Bercy, Nicolas Sarkozy utilizó los argumentos que siguen:
´El pensamiento único, que es el pensamiento de quienes lo saben todo, de quienes se creen no sólo intelectualmente sino también moralmente por encima de los demás, ese pensamiento único había denegado a la política la capacidad para expresar una voluntad... Pero la política retorna. Retorna por todas partes en el mundo. La caída del Muro de Berlín pareció anunciar el fin de la Historia y la disolución de la política en el mercado. Dieciocho años después, todo el mundo sabe que la Historia no ha terminado, que siempre es trágica y que la política no puede desaparecer porque los hombres de hoy sienten una necesidad de política, un deseo de política como rara vez se había visto desde el fin de la segunda guerra mundial…
La nación también había sido condenada. Pero aquí está de nuevo, para responder a la necesidad de identidad frente a la mundialización, vivida como una empresa de uniformización y mercantilización del mundo en la que ya no quedaría lugar para la cultura y para los valores del espíritu... Por todas partes la he encontrado en esta campaña; en todas partes me han hablado de ella gentes de toda condición. Pero la nación no es sólo la identidad. Es también la capacidad de estar juntos para protegerse y para actuar. Es el sentimiento de que no se está solo para afrontar un futuro angustioso y un mundo amenazante. Es el sentimiento de que, juntos, se es más fuerte, y podremos hacer frente a lo que, solos, no podríamos afrontar…
No es posible proclamar grandes principios y negarse a inscribirlos en la realidad. Yo propongo a los franceses romper realmente con el espíritu, con los comportamientos, con las ideas de Mayo del 68, con el cinismo de Mayo del 68. Propongo a los franceses devolver a la política la moral, la autoridad, el trabajo, la nación… Hoy debemos volver a los antiguos valores del respeto, de la educación, de la cultura y de las obligaciones antes que los derechos.
El cambio de percepción de los franceses del Presidente Sarkozy
Como señaló acertadamente el ex alcalde de Roma en su escueto mensaje, los franceses vieron en 2007 en Sarkozy una persona cercana, con mensajes comprensibles, una esperanza de renovación de su nación, discursos que rompían con la dinámica de siempre, palabras que conectaban con lo que el pueblo francés y la derecha sociológica quería oír frente a los dogmas de la izquierda.
Los mensajes de Sarkozy se disiparon cuando llego al gobierno. Una vez en el Eliseo se olvidó en parte de esos mensajes y se dedicó a hacer política tecnocrática para los de arriba sin pensar en exceso en la comunicación a sus votantes, contradiciendo sus promesas, dando una imagen frívola, superficial, fría y alejada de la sociedad, desengañando a un porcentaje importante de sus electores.
En 2007 Sarkozy ganó a Segolen Royal por un 53,06% de los votos de la 2ª vuelta con una participación muy elevada, contraviniendo el viejo tópico de que la alta participación siempre beneficiaba a la izquierda. En mayo de 2012 el socialista Hollande ganó por un mínimo 51,62% y hasta hoy el partido Socialista Frances gobierna Francia
Los guiños de Sarkozy a los votantes del Frente Nacional no fueron suficientes para dar un vuelco a las encuestas. Hoy el renovado Frente Nacional, con Marine Le Pen a la cabeza, se proclama la nueva derecha de Francia y se ha desprendido en parte de ese tufillo a naftalina nostálgica que arrastraba su anciano padre. Después de una situación muy marginal en el 2007 el Frente Nacional reaparece recogiendo a gran parte de los descontentos de la gestión de Sarkozy, constituyendo para el político francés un verdadero problema pues el Frente recordó constantemente los incumplimientos de Nicolás a su propio electorado natural. El Frente Nacional engulle también, sin ningún problema, a los votantes tradicionales de la izquierda, haciendo una pinza que produce un terremoto en la percepción de la socio-política tradicional francesa.
Aprender de Francia y Grecia
Lo que le ha ocurrido a Nicolás Sarkozy en Francia no es más que el resultado de una cierta displicencia de los políticos de centro-derecha europeos con respecto a los valores de su electorado. Algunos políticos consideran que una cosa es la campaña como escenario teatral y otra es el gobierno, o que los programas son para no cumplirlos. Aunque ciertamente es complicado hacer coincidir totalmente lo prometido con lo realizado, sí que es necesario una tendencia hacia ello, y un respeto hacia tu electorado y militancia. Los políticos que en tiempos de zozobra no respetan los propios valores que dicen representar, o incumplen de manera constante y sistemática sus promesas electorales están arriesgando claramente su continuidad política.
Hoy las encuestas en relación al Frente Nacional Francés están disparadas. En España el fenómeno político PODEMOS, en el ámbito de la izquierda populista, parece también que dispara las encuestas.
Cuando no hay dinero, como a día de hoy, la sociedad se aferra a ideas y valores no perdonando la traición, lo que ha ocurrido en Francia y en Grecia es para que realmente muchos políticos mediten.
www.twitter.com/rchamode
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