miércoles, 4 de marzo de 2015

Liberalismo y Neoliberalismo. PP

 

   
29/01/2015 .     La evolución política del Partido Popular dejó esta legislatura atónitos a una gran parte de sus antiguos votantes.

La subida de impuestos, la endeblez patente en las reformas del Estado, la ideología de género, la asunción de la ley de plazos de la Ley Aído en el aborto, la destrucción de las clases medias, la asunción de las leyes ideológicas de Zapatero, la única vista puesta en la macro-economía, el desprecio hacia la soberanía nacional, han dejado a una gran parte de la derecha al margen de unas siglas que fueron antaño referencia de la pluralidad social de la derecha.

Las referencias del nuevo PP son de otro estilo

Ya fue sonada la petición por parte de Cristina Cifuentes de la eliminación del humanismo cristiano de los estatutos del PP en el Congreso de Sevilla, posteriormente han sido sonadas sus manifestaciones a favor de una ley de plazos en el tema del aborto, o sus palabras en pro de la ideología de género. También José Antonio Monago se ha manifestado a favor de la ley de plazos en el aborto, pactar con Podemos y su última ocurrencia es costear los cambios de sexo, como el PSOE de Andalucía, ignorando, por supuesto, cientos de servicios sanitarios que no son costeados por la sanidad pública. Núñez Feijóo aprobó la primera ley en España destinada a imponer la ideología de los colectivos LGTBI, la más radical de las que existen en Europa. Borja Semper, del PP vasco, nos deleitó con su frase "El futuro en Euskadi se tiene que construir también con Bildu". Oyarzábal llamó "ultras" a las víctimas del terrorismo que no le hacían genuflexiones. Alfonso Alonso llamó miserables a aquellos que se manifestaron a favor de la familia. Y podría continuar con frases desde Celia Villalobos hasta Soraya Sáez de Santa María.

Es evidente que el PP ha cambiado mucho, y después de la muerte de Manuel Fraga han terminado de soltarse la melena.

Decía el fundador del PP:

"Creo que hoy en día está más claro que nunca que sin valores la sociedad no funciona  ¿Qué son los valores…? Conceptos de la sociedad sobre lo que es bueno y lo que es malo. Hasta ahora parece ser que los valores que se apoyan en bases religiosas profundas del humanismo cristiano son los que hacen perdurar la convivencia y el progreso de la humanidad, bien entendido el progreso en su visión más global: social, sanitario, económico, cultural, tecnológico… Por el contrario las basadas en la enemistad, la guerra o la yihad son las que ponen en peligro el equilibrio y la convivencia universal".

El liberalismo clásico ha sido desterrado del PP por un neoliberalismo cercano al socialismo

El liberalismo clásico, ha sido superado por un neoliberalismo relativista que es más parecido a una ideología socialdemócrata de carácter global.

Tanto el PSOE, como el actual PP, hacen bandera de ello.

Esta tendencia ideológica es criticada en foros liberales, como una nueva ideología más caracterizada por la tecnocracia, por un racionalismo radical alejado de las personas y por una intromisión ideológica en las conductas ciudadanas más cercano al socialismo.

De esa manera se manifiesta Elio A. Gallego en un artículo de la Ilustración Liberal, "Liberales y conservadores Una polémica necesaria": http://www.ilustracionliberal.com/48/una-polemica-necesaria-elio-a-gallego.html donde afirma que:

"La civilización occidental se constituyó como una suerte –fuerte y delicada al mismo tiempo– de equilibrios y contrapesos de muy diversa naturaleza. Los conservadores no se opusieron a lo largo del siglo XIX tanto a la expansión industrial y comercial como al desequilibrio, a la hybris, que ésta estaba provocando. Lo delicado de todo orden social, la complejidad y sutilidad de sus equilibrios, la diversidad de elementos que componen su trama, son cosas que al pensador racionalista le suelen pasar inadvertidas. Por su propia mentalidad, éste suele utilizar un paradigma único para juzgar toda la realidad, y en el caso del actual neoliberalismo este paradigma es el mercado".

El profesor Dalmacio Negro, conocido liberal, también distingue entre liberalismo clásico con neoliberalismo:

"Movido por ese afán de vigilar y controlar todo lo que se refiere a la economía, el Estado Providencia manipula y distorsiona con sus innumerables regulaciones, fiscalizaciones y exigencias el principio del rendimiento y la competencia, esenciales para la existencia de clases medias libres e independientes, fomenta la desigualdad de condiciones y oportunidades y frena la innovación. Ha rebajado ya a las clases productivas a la condición de siervas de la nomenclatura -que es lo único que produce, al obligarlas a compartir con ella sus bienes y las rentas de su trabajo. El Estado social-demócrata sueco, también en crisis, mucho más suave y acomodaticio en las formas que el nacional-socialista y el bolchevique, ha sido, probablemente, por ahora, la forma más desarrollada de totalitarismo".

"La percepción de los equívocos de esta forma de la estatalidad marca la línea divisoria entre el liberalismo clásico y el neoliberalismo. El primero, situándose en el plano ético-jurídico, incluido el económico, negaba el derecho del Estado a traspasar ciertos límites, trazados principalmente por la propiedad (la soberanía social de la familia) y las tradiciones. El segundo muestra además, mediante el análisis científico, la imposibilidad de la Ilusión de poder hacerlo sin llegar a consecuencias indeseables que contradicen sus fines, liberales o no".

"…La fuerza del socialismo siempre se ha debido a la propaganda más que a sus presunciones de cientificidad. Se le puede aplicar sin reservas lo que dice impíamente Carlos Semprún, con alguna exageración al aplicarlo a la izquierda en general: «Si la izquierda dijera la verdad no existiría». Hoy, el socialismo es una ideología de la primera mitad del siglo XIX que ya no significa nada. Agonizante desde hacía tiempo, le asestó un golpe mortal la caída del Muro de Berlín el 11 de noviembre de 1989 y la «globalización» lo está apuntillando. Es una religión de la política, una forma de gnosis, que sólo se sostiene ya como superstición; ha evolucionado teológicamente hacia una suerte de mezcolanza de liberalismo progresista e izquierdismo nihilista y, hacia el laicismo radical, religión del nihilismo como Ersatzreligion, religión sustitutiva".

Un liberalismo para salir de la crisis

Como escribí en EL DIGITAL CLM: http://www.eldigitalcastillalamancha.es/movil/articulo.asp?idarticulo=165106&url_accion= :

"Ese pensamiento liberal inicial, a través de esa formulación del sujeto al margen de poderes extraños y colectivos que se entrometan en su esfera privada, respetando la autoridad orgánica superior, es una gran aportación al pensamiento de derecha.

El liberalismo cuando se limita a pregonar la mayor libertad posible de la esfera individual privada, a combatir toda abusiva o no necesaria intromisión en la misma de poderes públicos y sociales, si el mismo sirve de rémora a las tendencias ´totalitarias´ en sentido negativo y opresivo, si defiende el principio de libertades parciales, si está dispuesto a reconocer un Estado o Nación que ejerciera una superior autoridad sin entrometerse por doquier, la contribución ´liberal´ es sin más enormemente positiva".

Cuando le llaman liberalismo a un capitalismo de "amiguetes" que se reparte las adjudicaciones públicas, que se preparan la jubilación en Consejos de Administración de grandes eléctricas, que arruinan las Cajas de Ahorros por su pésima gestión, o que aprovechen la estructura del Estado para colocar a sus correligionarios engordando la misma, con subidas de impuestos a los ciudadanos, realmente estamos hablando de otra cosa.

www.twitter.com/rchamode  

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