lunes, 28 de noviembre de 2016

El gatopardismo en política



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El gatopardismo en política
   
31/10/2016 .    
Hay que diferenciar entre los políticos que pretenden que nada cambie por pereza, conservación de su poltrona y conformismo, aquellos que quieren conservar lo mejor pero son profundamente reformistas y no se conforman con lo que hay, y los políticos que quieren destruir todo y construir un Estado nuevo sobre las cenizas de lo anterior.


Oligarquía y política

Normalmente las oligarquías, en situaciones complejas de cambio y crisis, suelen tratar, a través de la primera clase de políticos, de mantener la situación hasta que se haga insostenible, de manera posterior tratan a través de reformas y políticos más intrépidos intentar convencer de cambiar cosas para que no cambie nada, y en tercer lugar, en caso de derrumbe del sistema, los oligarcas se apartan momentáneamente y posteriormente vuelven a negociar con el nuevo poder emergente  para tratar de conservar en lo posible su anterior posición.

Las oligarquías, como los mercados, se adaptan a la situación, son en parte determinantes en la política por sus intereses, pero la historia nos ha enseñado que al final, a pesar de todo, prima la voluntad política del pueblo  y la oligarquía termina adaptándose. El problema es pues los políticos que dirigen a ese pueblo y su equilibrio para mantener la cabeza fría al servicio de los intereses de todos, es decir de la nación, y al margen de cantos de sirenas.

Lo políticos grises, tecnocráticos, pueden ser eficaces en tiempos de bonanza, en tiempos de crisis económica o social esos políticos terminan marginados si la crisis se prolonga, es cuestión de tiempo.

Lorenzo Bernaldo de Quirós dice en su libro Por una derecha liberal que: "El final de los sistemas de partidos cuyo eje es un centro mayoritario es la radicalización o la desaparición de aquel, absorbido o desbordado por la izquierda y por la derecha. Así le sucedió al Zentrum en la Alemania de la República de Weimar, al Movimiento Republicano Popular (MRP) en la IV República francesa o al Partido Radical en Chile...".


El gatopardismo en política

El ideal del oligarca o el político perezoso es el gatopardismo. El gatopardismo o lo lampedusiano es un término curioso utilizado en Ciencias Políticas y en lenguaje político corriente, en general.

Es el hecho o procedimiento de "cambiar algo para que nada cambie", tiene su origen en la paradoja expuesta en la novela El gatopardo, del escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957).

La cita original expresa la siguiente contradicción aparente:

"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie". "¿Y ahora qué sucederá? ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado". "…Una de esas batallas que se libran para que todo siga como está".


Problema del gatopardismo

El problema del gatopardismo es que no siempre funciona, depende de variables que a veces no se controlan, se ciñe a contextos sociológicos determinados y a veces termina en conflicto.

Por ello la responsabilidad del buen político al servicio del pueblo es articular un proyecto de país fuerte y viable, ampliamente compartido por el pueblo, regenerador, antes de forzar la máquina. La improvisación y el conformismo son muy peligrosos para combatir al totalitario que tiene un esquema de Estado nuevo en su cabeza, que tiene juventud, voluntad y mitos en los que basarse para levantar al pueblo.

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