lunes, 14 de octubre de 2013
Catalanizar España, el gran error del centro-derecha español
EN TIERRA DE CABALLEROS
Ricardo Chamorro
24 de septiembre de 2013
EN TIERRA DE CABALLEROS
Catalanizar España, el gran error del centro-derecha español
Cualquier reforma de la Constitución debería ir encaminada al fortalecimiento de la nación
Las declaraciones de Esperanza Aguirre la semana pasada en Barcelona han causado un terremoto en la base social de la derecha española.
Su discurso completo es brillante, pero existen algunos párrafos que han sorprendido a los votantes de centro derecha que concedían a Esperanza una originalidad en la defensa del sentido nacional de España.
Proponer la eliminación del "café para todos" privilegiando solo dos autonomías regionales (Cataluña y Euskadi), decir que hay que catalanizar España en estos momentos, asumir el Estatuto de la Segunda República o encajar cualquier cosa en la Constitución, chirria en los oídos del votante de centro-derecha.
Además esto se produce cuando Junqueras de ERC habla de Estado libre asociado para Cataluña y de doble nacionalidad (española y catalana, diferenciando dos naciones), cuando Duran I Lleida de CIU aboga por lo mismo pero con más suavidad abogando por una "España plurinacional, pluricultural y plurilingüística con un modelo confederal". También sus vecinos nacionalistas vascos en palabras de Urkullu defienden, como antes hizo Ibarretxe con su plan de Estado libre asociado para Euskadi, que "este es el momento y el lugar de plantear, negociar y acordar un nuevo estatus político y jurídico para Euskadi".
El lunes Arantza Quiroga (PP vasco) decía en un programa de televisión que el Estado libre de Baviera es su modelo para Euskadi, el mismo que el del PSC para Cataluña, Artur Mas prefiere el modelo de Puerto Rico.
Desde Carrascal a Primo de Rivera
Lo cierto es que decir que hay que "Catalanizar España" no es original, ya lo dijo Carrascal en un artículo para ABC en 1978 y también Miguel de Unamuno medio siglo antes.
Carrascal decía, en los albores de la transición, que Cataluña era una región adelantada, cívica y más cercana a Europa, en aquellos tiempos, de lo cual debíamos aprender el resto de españoles. Lo que describía el famoso periodista es algo muy diferente a lo que es hoy la Cataluña nacionalista y corrupta. Carrascal decía: "Me refiero a algo más valioso y raro: a la mezcla de tradición y modernidad que hace a los países a la vez estables y dinámicos, al espíritu de cooperación, sin el que una nación no pasa de reino de taifas; al respeto a la intimidad ajena, algo prácticamente desconocido en el resto de España, y que tal vez sea la cualidad más preciosa del espíritu catalán. Todo ello lo necesita España, hoy más que nunca, pues es con esos mimbres con los que se teje auténtica democracia".
Unamuno dijo en concreto: "Ojalá en esta lucha quisieran los catalanes catalanizar toda España, como mis paisanos los vascos vasquizar a toda España. Pero vuelvo a deciros el peligro que hay en querer llevar por caminos de prisa y de violencia, acaso de sorpresa, alguien dirá de atraco, la resolución de problemas de que empieza a enterarse la opinión española. Que no sea tarde luego; cuando se resuelva, que no sea tarde para prevenir la reacción"
Que hay que acabar con el café para todos y consolidar la diferencia para Cataluña y País Vasco lo dice Esperanza pero también José Bono, Anasagasti, Duran i Lleida o Herrero de Miñón.
El PSOE habla de federalismo asimétrico al dictado de Juan Luis Cebrián y hasta José María Aznar hablaba catalán en la intimidad.
El franquismo favoreció a Cataluña
La atracción por la catalanidad y lo vasco no es algo nuevo en la derecha española, suponiendo, que no afirmando, que el franquismo fuera de derechas, algo que siempre negó el propio régimen que se declaraba ni de izquierdas ni de derechas, es evidente que se favoreció económicamente a Cataluña y Vascongadas en ese periodo de España.
Franco cedió la industria a Cataluña y Vascongadas, se deslumbraba por la cultura de estas dos regiones españolas. Hasta el icono de su régimen José Antonio Primo de Rivera decía en los años treinta que "Todos los que sienten a España dicen viva Cataluña y vivan todas las tierras hermanas en esta admirable misión, indestructible y gloriosa". Jordi Pujol dijo hace décadas: "… se que la cita es un riesgo, pero uno de los que entendió mejor y en circunstancias muy difíciles a Cataluña fue José Antonio Primo de Rivera".
Curiosamente Herrero de Miñón, padre de la Constitución, ex miembro de la UCD y posteriormente de Alianza Popular, hoy colaborador estrecho del grupo PRISA, hizo un discurso cuando recogía el premio Joaquim Xicoi (CIU) en 2009 en Barcelona en el que expresó lo siguiente: "Yo que soy un apasionado devoto de la España grande, que es el resultado fuerte y vigoroso de la libre adhesión de todos sus pueblos, creo que Cataluña es una nación". Sentido muy similar el de las palabras de Miñon con las de José Antonio Primo de Rivera en uno de sus discursos donde dijo: "queremos que todos los pueblos de España sientan, no ya el patriotismo elemental con que nos tira la tierra, sino el patriotismo´ de la misión, el patriotismo de lo trascendental, el patriotismo de la gran España"
El franquismo también quiso catalanizar España, no hay más que ver la película "Esa voz es una mina" de 1955, en la que Antonio Molina cantaba "Soy Minero", donde el empresario catalán, moderno, burgués, europeo, generoso, preocupado y paternalista con sus trabajadores bajaba a la Andalucía caricaturizada de cante y picaresca, a supervisar su inversión. La diferencia de carácter que se le atribuye al catalán se puede ver en el distinto parecer que tiene con el capataz andaluz que representa sus intereses en la mina, caracterizado, este último, con una visión atrasada de la gestión empresarial con respecto al catalán.
Defender la nación política, cultural, comunitaria e histórica española
Tanto la derecha como la socialdemocracia española se ha dejado estafar por el nacionalismo separatista, al desprecio a una defensa política, histórica y cultural de esas regiones como parte natural de la propia España, se une la interpretación del problema únicamente en clave económica, algo de lo que los separatistas han sacado una suculenta tajada economica y política.
La derecha española está profundamente influida por un pensamiento metafísico de España como conjunto de pueblos con una supuesta personalidad diferenciada, por eso tragan con algunos de los dogmas nacionalistas. En España a gran parte de la derecha le cuesta comprender que la desaparición de los fueros y las aduanas interiores fue la liquidación de una reliquia jurídica del Antiguo Régimen que existió en todos los países y regiones de Europa (no solo había fueros en España) hasta la Revolución Francesa que hizo incompatibles los privilegios medievales con los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Lo único que ha sido permanente, por encima de fueros, desde tiempos de Roma, pasando por el Medievo, el renacimiento y la modernidad es la identificación general en la peninsula con la idea de España como denominación de una unidad histórica, cultural y comunitaria que se hace nación política, de ciudadanos libres e iguales, en Cádiz.
Defender la patria común no es difícil pero hay que enfrentarse a los dogmas nacionalistas. La verdad histórica y la Constitución son dos armas extraordinarias para que el centro-derecha se dejara de enredos con los separatistas, defendiendo la carta magna y la verdadera identidad histórica de esas regiones.
Un centro-derecha español del siglo XXI debería olvidarse de conceptos decimonónicos, luchar contra las falsedades identitarias del nacionalismo separatista y defender la ley.
Constitución y verdad histórica
¿Por qué no defender la Constitución en clave nacional española y la verdadera identidad histórica de Cataluña y País Vasco al margen de dogmas falsos?
Hemos visto recientemente una original campaña sobre Rafael Casanova de la Fundación DENAES que enseña la realidad histórica de este personaje catalán que defendió en 1714 la libertad de toda España desde su esquema dinástico, pero este no es el único.
Hay cientos de personajes históricos, españoles universales, vascos y catalanes, cuyo perfil ha sido manipulado por una ideología separatista concreta, algunos de ellos: Juan Sebastián Elcano, Andrés de Urdaneta, Luis de Requesens, López de Legazpi, San Ignacio de Loyola, Jaime Balmes, Narciso Monturiol, Isaac Albéniz, Enrique Granados, Wifredo el Velloso, Sancho el Mayor, Diego López de Haro el Bueno, Pedro II el Católico, Lope Díaz de Haro, Jaime I el Conquistador, Pedro López de Ayala, Juan Martínez de Recalde, Miguel y Antonio de Oquendo, Francisco Espoz y Mina, Longa y Abecia, Agustina de Aragón, Los defensores de Gerona…
La Constitución, refrendada por la inmensa mayoría de los españoles en 1978, también nos da herramientas políticas claras para defender la nación española:
Artículo 1 de la Constitución Española:
La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
Artículo 2 de la Constitución Española:
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles.
Artículo 14 de la Constitución Española:
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Artículo 138 de la Constitución Española:
El Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad, consagrado en el artículo 2 de la Constitución, velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo, entre las diversas partes del territorio español, y atendiendo en particular a las circunstancias del hecho insular.
Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales.
Artículo 139 de la Constitución Española:
Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado.
Ni Estado libre asociado, ni Federalismo asimétrico
Cualquier reforma de la Constitución debería ir encaminada al fortalecimiento de la igualdad de oportunidades entre españoles, la patria común, la solidaridad entre sus regiones y al respeto escrupuloso de la soberanía nacional.
Otro esquema, se llame Estado Confederal o Federalismo Asimétrico, no viene más que a quebrar aquello que es fuente de nuestras libertades y derechos, que no es otra cosa que la Nación española. La mayoría de los españoles de buena fe no nos vamos a dejar estafar.
Ricardo Chamorro Delmo
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