lunes, 14 de octubre de 2013

Control del gasto, medida social

 
VIENTO DE LA MANCHA     RICARDO CHAMORRO
VIENTO DE LA MANCHA

Control del gasto, medida social
   
03/10/2013 .    

La administración es una mala comerciante por naturaleza propia. Las tendencias de izquierda incurren en ocasiones en promover la asunción, por parte de la administración, de un papel de comerciante o empresario que no le corresponde. También hay una tendencia empresarial que considera que bajo las prebendas de la susodicha administración, empiezan y terminan los negocios.

La función lógica de un Estado o administración estatal debería ser apoyar el desarrollo de la riqueza, impedir abusos y dar estabilidad al orden público. El Estado está al servicio de los ciudadanos, no los ciudadanos al servicio del Estado. Un Estado saneado, racional, eficiente, que garantice los servicios sociales, con el menor coste para los contribuyentes, es la mayor medida social que puede procurar un gobernante.

La concepción marxista del Estado como salida y fin de todas las relaciones que se producen en un determinado territorio geográfico es una ruina, sobre todo cuando esa concepción totalitaria nos dirige, a través del endeudamiento total nacional con la finanza, a la pérdida absoluta de soberanía e independencia en nuestra toma de decisiones.

Es gracioso concluir que los que abogan porque no se limite el déficit pretenden determinar nuestro destino a través de los mercados que tanto critican, pues eso y no otra cosa es permitir el endeudamiento continuo, insostenible y descontrolado de la administración pública. Por otro lado si pretenden la nacionalización de empresas o de la banca su objetivo nuevamente no estará orientado al ciudadano, sino a una superestructura artificial que se convertiría en comerciante de dinero y mercancías de manera similar a la China comunista, cuyo papel hoy de intermediación en el sistema capitalista parece ser preeminente y fundamental, mientras sus ciudadanos son explotados sin derechos ni libertad y teledirigidos como piezas de una gran fábrica. Si el Estado no es racional o equilibrado nuestras libertades peligran.

Una sociedad sana debe dotarse siempre de un Estado diferenciado y articulado que admita zonas de autonomía parcial, que coordine y haga participar en esa unidad a las fuerzas independientes cuya libertad reconoce, es decir un Estado donde los sectores sanos de la sociedad civil graviten en torno a ese centro que actúa con autoridad y prestigio, interviniendo si la urgencia lo hiciera estrictamente necesario. El Estado debe evitar intervenir siempre en todas partes, superponiéndose a todo, entrometiéndose en lo privado o imponiendo prácticas mecánicas como si de una maquina se tratara.

Para recuperar la autoridad y prestigio de España existen dos medidas de importancia fundamental que deben fomentarse:

-Recuperar el prestigio saneando las cuentas públicas, sin incrementar la deuda, recuperando de esa manera nuestra capacidad de decisión frente a los mercados.

-Apoyar el fundamento superior de autoridad de nuestro Estado en la idea de España como patria común, sujeto de soberanía y entidad de convivencia, proyección y trascendencia global en el tiempo. Para ello es necesario reformar de manera valiente la propia administración del Estado para que sea eficiente y racional, reparando los desperfectos del sistema autonómico.

Aquellos que consideran la nación discutible y discutida, que claman por endeudarnos más, que están a favor del derecho a decidir, que continuamente claman por la crispación social, que pretenden recuperar viejos rencores, esos hacen un flaco favor al pueblo español.

La austeridad frente al endeudamiento es una medida social, una España cohesionada y unida es la mejor manera de poder garantizar los servicios sociales.

www.twitter.com/rchamode 

 Ricardo Chamorro Delmo

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