miércoles, 23 de enero de 2013

Control del gasto, medida social. España y Castilla La Mancha

 
EL SEMANAL DIGITAL

4 de septiembre de 2011  

EN TIERRA DE CABALLEROS


Control del gasto, medida social. España y Castilla La Mancha

La administración es una mala comerciante por naturaleza propia. Las tendencias de izquierda incurren en ocasiones en promover la asunción, por parte de la administración, de un papel de comerciante o empresario que no le corresponde. También hay una tendencia empresarial que considera que bajo las prebendas de la susodicha administración, empiezan y terminan los negocios. La función lógica de un Estado o administración estatal debería ser apoyar el desarrollo de la riqueza, impedir abusos y dar estabilidad al orden público. Por ejemplo no debería ser su función promover negocios en competencia con la empresa libre.

 La concepción marxista del estado como salida y fin de todas las relaciones que se producen en un determinado territorio geográfico es una ruina, sobre todo cuando esa concepción totalitaria nos dirige, a través del endeudamiento total nacional con la finanza, a la pérdida absoluta de soberanía e independencia en nuestra toma de decisiones.

Es gracioso concluir que los que abogan por que no se limite el déficit pretenden determinar nuestro destino a través de los mercados que tanto critican, pues eso y no otra cosa es permitir el endeudamiento continuo y descontrolado de la administración pública. Por otro lado si pretenden la nacionalización de empresas o de la banca su objetivo nuevamente no estará orientado al ciudadano, sino a una superestructura artificial que se convertiría en comerciante de dinero y mercancías de manera similar a la China comunista, cuyo papel hoy de intermediación en el sistema capitalista parece ser preeminente y fundamental, mientras sus ciudadanos trabajadores son microbios insignificantes, explotados sin derechos ni libertad y teledirigidos como piezas de una gran fábrica.

Una sociedad sana debe dotarse siempre de un Estado diferenciado y articulado que admita zonas de autonomía parcial, que coordine y haga participar en esa unidad a las fuerzas independientes cuya libertad reconoce, es decir un Estado donde los sectores sanos de la sociedad civil graviten en torno a ese centro que actúa con autoridad y prestigio, interviniendo si la urgencia lo hiciera estrictamente necesario. El Estado debe evitar intervenir siempre en todas partes, superponiéndose a todo, entrometiéndose en lo privado o imponiendo prácticas mecánicas como si de una maquina se tratara.

Para recuperar la autoridad y prestigio de España existen dos medidas de importancia fundamental que deben fomentarse:

 -Apoyar el fundamento superior de autoridad de nuestro Estado en la idea comunitaria e histórica de España como entidad de convivencia, proyección y trascendencia global en el tiempo.

 -Recuperar el prestigio saneando las cuentas públicas, sin incrementar la deuda recuperando de esa manera nuestra capacidad de decisión frente a los mercados.

 María Dolores de Cospedal ha plasmado en Castilla La Mancha la segunda de esas dos medidas para encauzar a nuestra región y salvarla de la quiebra. El llamado Plan de Garantía de los Servicios Sociales Básicos de Castilla-La Mancha pretende, sin menoscabar los servicios sociales, recortar gastos regionales asumidos por una concepción errónea de lo que debe significar la administración pública y que nos llevaba a la ruina.

 Por otro lado si olvidamos la medida del fomento conceptual de España teniendo una concepción discutida y discutible de símbolos comunitarios positivos como es la nación española, fomentaremos la creación de masas informes y atómicas de individuos y voluntades, lo que hará, además, que el desorden no pueda jamás ser verdaderamente eliminado, sino solo provisionalmente contenido con medidas materiales que cuando fallan hacen estallar el caos. El caos es el fundamento del movimiento indignado donde el desorden preside todo y donde su doctrinario Hessel se muestra admirador de Zapatero.

 Mariano Rajoy deberá poner ambas medidas en el epicentro de su mandato, si es que finalmente se materializan como parecen los pronósticos electorales.

Ya lo ha expresado en varias ocasiones:

"…la nación española no es ni discutible ni interpretable. Yo no estoy dispuesto a permitir que se interprete"…

…estoy dispuesto a dialogar "dejando a salvo la unidad de España, la soberanía nacional y la igualdad de los españoles"

 "Los objetivos prioritarios de España deben ser sanear las cuentas públicas y no incrementar la deuda, para lograr el crecimiento económico y la creación de empleo"

 Lo que debemos tener claro los españoles es que los dogmas culturales y políticos del materialismo progresista, que han presidido las últimas tres décadas, han sido un fracaso para España y que bajo esa premisa tenemos que buscar nuestra salida de la crisis alejados de ideas cómplices con la situación actual o de ancianos frustrados, supuestamente indignados, como Hessel.

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