sábado, 12 de enero de 2013
De aguas, Murcia y "catetadas"
EN TIERRA DE CABALLEROS
De aguas, Murcia y "catetadas"
El Semanal Digital 1 de marzo de 2011
La campaña electoral en Castilla-La Mancha ha dado comienzo y algunos de los argumentos de la misma son un poco delirantes.
El fomento de la confrontación Murcia Castilla-La Mancha por el asunto del agua me trae a la memoria hechos históricos jocosos acaecidos en la desastrosa I Republica Española donde su primer presidente Estanislao Figueras cuando huía dijo la famosa frase "Estoy hasta los cojones de todos nosotros". En la locura del regionalismo cantonalista destaca la proclama de Jumilla, pueblo de la provincia de Murcia, que decía así:
"Jumilla desea estar en paz con todas las naciones extranjeras y, sobre todo, con la nación murciana, su vecina; pero si la nación murciana su vecina, se atreve a desconocer su autonomía y a traspasar sus fronteras, Jumilla se defenderá como los héroes del Dos de Mayo, y triunfará en la demanda, resuelta completamente a llegar, en sus justísimos desquites, hasta Murcia, y a no dejar en Murcia piedra sobre piedra."
Y es que algunos mensajes contra Murcia tiene un tufillo a proclama de Jumilla. La mitificación de Castilla-La Mancha como algo diferenciado o reivindicado es comprensible en el estado actual de cosas aunque no deja de ser absurdo que gente, como el que suscribe o Cospedal, pueda tener menos legitimidad para opinar de la región por haber nacido en Madrid, antiguo poblacho manchego de Castilla La Nueva, que José Bono, que nació en Albacete perteneciente en sus tiempos a Murcia. Por ello aquellos que a fuerza de tiralínea dan legitimidad a unos o a otros en virtud del lado regional en que se encuentren no hacen más que jugar al nacionalismo liliputiense travestido de regionalismo insolidario y cateto.
Yo joven castellano manchego no he conocido otra cosa que la autonomía y la Constitución, aunque soy consciente por mi afición a la historia que la estructura de las provincias que hoy forman la comunidad autónoma llevan históricamente bailando al son de los distintos convenios administrativos y políticos que han acaecido en la historia de España. La división provincial viene dada desde el siglo XIX por la racionalización administrativa y la hoy Castilla-La Mancha está compuesta por provincias que anteriormente fueron Castilla La Nueva, Reino de Murcia o Extremadura.
Considero que efectivamente puede existir un problema administrativo y de explotación de recursos como el agua, provocado por sistemas anteriores, pero para cambiar ese hecho es el gobierno de España quien tiene que poner remedio aplicando políticas equilibradas y que estructuren el territorio nacional y sus recursos, pero el estar echándose los cantaros a la cabeza entre manchegos y murcianos y querer darle a este tema un tinte político determinante me parece de película de Berlanga.
Hubo una propuesta de Plan Hidrológico Nacional que apoyó José Bono y el PSOE de Castilla La Mancha, luego ese plan muto al llegar ZP considerando que el transvase del Ebro era una solución arcaica y anti ecológica. ¿Qué alternativa dio ZP? Si efectivamente se dio en 2005 una alternativa ¿Por qué seguimos igual? No será ZP el que debe darnos explicaciones a los castellanomanchegos por hacernos mantener el trasvase Tajo-Segura por su incapacidad de solucionar el tema del agua con nuestros hermanos murcianos y de levante. Por otro lado ZP no tuvo problemas morales ni ecológicos para trasvasar agua de Aragón a Cataluña el año pasado, particularmente a Forés, Les Piles, Santa Coloma de Queralt y Montmaneu, aunque ya sabemos que para ZP los catalanes están hechos de otra "pasta".
Yo desde luego, señores, no estoy dispuesto a colaborar ni un minuto en la confrontación artificial ni con murcianos, ni extremeños, ni con madrileños, ni con andaluces… Yo amo Castilla-La Mancha y quiero lo mejor para mi región y para mi nación que es España, si hay problemas estructurales que los solucionen en el gobierno de España o con acuerdos entre comunidades, de otra manera estamos abocados a volver al absurdo del cantonalismo de Jumilla.
Como decía Julio Camba, "en todas partes hay hechos diferenciales, pero la cuestión está en si debe uno cultivarlos o debe, por el contrario, dedicarse al cultivo de los hechos igualitarios". El cultivo de la confrontación es algo muy característico de la política moderna y es que algunos si no existieran en España tensiones territoriales, políticas o de clase tendrían que irse a su casa.
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