¿Asimetría en el déficit?

 
EL COMENTARIO     RICARDO CHAMORRO
COLABORACIÓN

¿Asimetría en el déficit?

EL SEMANAL DIGITAL
EL DIGITAL CASTILLA LA MANCHA
   
25/04/2013 .    
   
   
Ricardo Chamorro
El pasado mes de febrero la presidenta de Castilla-La Mancha anunció que nuestra comunidad autónoma había cumplido las exigencias de déficit del 1,5%. Nuestra región pasaba del 7,87 de déficit en 2011 al 1,48 % en 2012 que anunciaba Cospedal.

El esfuerzo realizado por los españoles, canalizado a través de los organismos estatales denominados Comunidades Autónomas, ha sido gestionado de manera distinta por los gobiernos autonómicos. Mientras Extremadura o Castilla-La Mancha han logrado reducirlo, otras CCAA como Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana o Murcia no han logrado la cifra.

La polémica está servida ante las noticias aparecidas en las que se aseguraba que el gobierno permitiría una asimetría en el cumplimiento del déficit con respecto a Cataluña del 2%.

El déficit asimétrico, así como el federalismo asimétrico que argumentaba Maragall, son conceptos que no vienen en nuestra Constitución.

En su Artículo 1 nuestra carta magna sí habla de igualdad entre todos los españoles: "España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político". Tampoco habla de hechos diferenciales, a pesar de la denominación diversa de nacionalidades y regiones, en su artículo 138 la Constitución dice:

1. El Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad, consagrado en el artículo 2 de la Constitución, velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo, entre las diversas partes del territorio español, y atendiendo en particular a las circunstancias del hecho insular.

2. Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales.

Ante la crisis se vislumbra claramente que la unidad de España, con Europa presente, la solidaridad entre regiones que garanticen la igualdad y el proyecto común es fundamental para salir de la crisis. "O unidos sobrevivimos o separados nos ahogamos en el mar de la globalización", dijo acertadamente el ministro García-Margallo en una entrevista a La Vanguardia.

Ante las diferencias de números está claro que es necesario llegar a consensos por parte del Estado y las autonomías que evite el anquilosamiento de determinadas Comunidades en un bucle melancólico que nos arrastre a todos, pero ese consenso debe ir unido a unas exigencias férreas para los incumplidores, premiando a los gestores públicos que han hecho sus deberes.

Lo que no es de recibo es que las Comunidades que no cumplen el déficit, que mantienen gastos suntuosos en embajadas pretendidamente al margen del Estado o en el fomento de la confrontación con el resto de España mientras cierran centros de atención primaria, que no cumplen las sentencias del Supremo, cuyos gestores, en resumen, se ríen altivamente del resto de los españoles y del Estado constitucional obtengan prebendas por amenazar con la ruptura.

Como dice José Antonio Monago, presidente de Extremadura: "Si no cumplimos los objetivos habrá que buscar soluciones pero no asimetrías".

Creo que es momento de ser serios con España y con los españoles comportándonos de una vez por todas como un Estado formal y solvente, las asimetrías, los apaños secretos y los privilegios basados en derechos metafísicos son conceptos que deben desterrarse en la España del siglo XXI. La unidad y la solidaridad son los principios que deben primar.

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