Todos contra Aznar

 

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EL DIGITAL CASTILLA LA MANCHA

El ex presidente socialista Felipe González declaró el pasado 27 de abril en una entrevista en La Sexta que "Rubalcaba es la cabeza más privilegiada de la política... pero no está acertando". Su crítica fue tajante, en su partido a unos les gustará más la crítica y a otros menos, pero parece que se acepta y que forma parte de la democracia el disentir políticamente aunque uno sea ex presidente del partido que critica.

González contradijo a Rubalcaba, antes lo hizo con Zapatero, y cuestionó su dirección en diversas ocasiones, en diversos foros, pero no hemos oído gritos de deslealtad hacia su figura o histéricas muestras de rechazo hacia su persona por cargos o militantes. Imagino que la mayoría lo encajará dentro de la sana crítica que debe regir en política. Tampoco los medios de comunicación, y mucho menos el Grupo Prisa, con cuyos anhelos va emparejado, han criticado las opiniones de Felipe, al contrario.
El ex presidente José María Aznar tuvo una entrevista el martes que no ha dejado impasible a nadie.

Aznar es presidente de honor del Partido Popular, también es presidente de la Fundación FAES, ha sido presidente del Gobierno de España durante dos legislaturas y fue el artífice de la refundación del Partido Popular. "José María Aznar dio a la derecha política española sus primeras victorias electorales indiscutibles desde la Restauración. Su receta no fue especialmente original ni es ningún secreto: construir un gran Partido Popular en el que cupiesen todas las sensibilidades y todos los votos desde el centroizquierda hasta la derecha nacional democrática. La UCD, pese a su variedad, nunca entendió esto: que dejar un espacio social y político libre a su derecha podía ser cómodo para sus líderes, para ahorrarles acusaciones de derechismo, ultraderechismo, y canibalismo a cargo de la izquierda postestalinista, pero era una renuncia completa a la ´mayoría natural´ (y una sumisión moral al socialismo)".
El ex presidente fue claro en su entrevista y expresó sin tapujos lo que pensaba, en ningún momento habló directamente de Mariano Rajoy, lo que dijo es lo que siempre ha dicho.

José María Aznar, con su crítica y la exposición de sus ideas, ha sido interpretado mediáticamente como un ataque frontal contra el gobierno de su partido lo cual es una percepción errónea y manipulada. Evidentemente los grandes enemigos del centro-derecha español están echando leña al fuego, como Duran i Lleida, y lo peor es que parte del PP ha comprado el producto. Lo más asombroso ha sido ver en Twitter como Borja Semper (presidente del PP de Guipúzcoa) escribía después de la entrevista que "Zapatero se consolida como el mejor expresidente de gobierno", mensaje por el que le han felicitado gentes tan lejanas al ideario popular como Julia Otero.
Hay un misterioso anhelo en España por hacer callar a José María Aznar, ETA intentó matarlo antes de ser presidente, el 11 de marzo trataron de matarlo políticamente, últimamente parece que el "stablishment" lo considera caducado y se ponen de los nervios cada vez que opina.

Mientras Felipe González se pasea por los foros y platós televisivos como si fuera un gran estadista sin ser cuestionado por nadie e incluso peloteado por parte del centrismo político, José María Aznar, cuyos datos objetivos en su gestión de gobierno son impecables, es cuestionado continuamente.

Creo que el centro-derecha ha triunfado a través del Partido Popular cuando ha concurrido unido, cohesionado, liderado bajo principios claros como España y la libertad. Un centro-derecha atomizado y desunido será una travesía en el desierto que tanto Rajoy como Aznar ya vivieron en los ochenta.

Espero que los errores que en los ochenta mantuvieron al centro-derecha en la marginación, después de la hecatombe de UCD, no se reproduzcan en el Partido Popular del siglo XXI y que la sangre no llegue al río. Escuchar la crítica, asumirla e integrar los mejores activos así como las ideas plurales que existen en un partido y que conectan con las bases engrandecen a los líderes democráticos. Creo que las palabras de Aznar conectan con el sentir de una parte del electorado del PP e ignorarlo como si no existiera es absurdo en política

 Ricardo Chamorro Delmo