martes, 14 de mayo de 2013
¿Aznar o Wert son extremistas y el resto moderados?
EN TIERRA DE CABALLEROS
Ricardo Chamorro
EL SEMANAL DIGITAL
1 de noviembre de 2012
EN TIERRA DE CABALLEROS
¿Aznar o Wert son extremistas y el resto moderados?
¿Decir que España es una nación o pretender reformar un sistema educativo fracasado es extremista?
La pasada semana José María Aznar, ex presidente del gobierno, entregó en la Fundación FAES el premio a la libertad 2012 a Mario Vargas Llosa, un gran escritor y liberal de centroderecha convencido, que ha demostrado políticamente su oposición al totalitarismo en Sudamérica. Aznar en su discurso afirmó cosas tan claras como las que siguen:
"España no es una nación identitaria o nacionalista; es una nación plural, compleja e incluyente. La voluntad permanente, yo diría que fundacional, del Estado democrático por integrar a todos define buena parte de la trayectoria política desde la Constitución.
Pero ese esfuerzo integrador tiene que ser un factor de fortaleza y de confianza, no un factor de debilidad ni un motivo de frustración. Eso está ocurriendo y, en mi opinión, es necesario terminar con el debilitamiento y con la frustración.
Asumir las exigencias recíprocas del consenso y de la convivencia, sí; asumir el precio de la deslealtad, no. La deslealtad debe pagarla quien es desleal… la Constitución y sus efectos de todo orden, por ejemplo en materia fiscal y de solidaridad, nacen de un acuerdo entre ciudadanos españoles, no entre territorios de España.
Cualquier propuesta que pretenda sustituir derechos de ciudadanía por derechos territoriales o históricos al margen de la legitimación constitucional es, lisa y llanamente, incompatible con la soberanía nacional.
Soberanía que sigue residiendo en el pueblo español, del que emanan y emanarán siempre y en todo caso los poderes del Estado.
Todo el Estado –insisto, todo el Estado‐ está al servicio de la nación, es creación de la nación y a ella, y sólo a ella, sirve; por ella y sólo por ella se justifica su existencia.
Cualquier fórmula federal, confederal, o del tipo que sea, que pretenda o requiera la quiebra de la soberanía nacional es inviable.
La hacen inviable e indeseable la realidad de la nación española y la determinación de la inmensa mayoría en la que, sin duda, me incluyo."
Discurso extremista o palabras razonables
El anterior discurso ha sido interpretado por la mayoría de los comunicadores, donde abunda la progresía, como un discurso extremista que contribuye a provocar incendios que aumentan el separatismo.
Y es que en España que un ministro de educación como Wert quiera reformar una sistema educativo plagado de dogmas progresistas y separatistas, mostrándose un fracaso total en todos los indicadores educativos objetivos, es un pecado frente al dominante pensamiento progresista de este país.
Mientras José María Aznar o José Ignacio Wert, al igual que la mayoría de los dirigentes populares, son tachados como lo más extremo del panorama político español, los supuestos moderados Artur Mas o Duran i Lleida plantean una secesión en España con todas las consecuencias, Urkullu sigue la misma senda en País Vasco mientras la portavoz de Bildu abronca al gobierno por arrestar terroristas, Eguiguren del PSOE dice que Otegui es un hombre de paz haciendo guiños a sus correligionarios, dirigentes del PSC dicen que quieren un Estado catalán con España o sin ella, el PSOE de Andalucía arropa en el gobierno a dirigentes que arengan para ocupar fincas o robar supermercados, los sindicatos plantean un referéndum que derroque al gobierno, dirigentes de Izquierda Unida llaman a asaltar el Congreso de los Diputados, Felipe Puig de CIU advierte que utilizara a los Mossos en caso de intervención de España en Cataluña…
Lo más triste de esta situación es que incluso periodistas, algunos políticos y medios del centro derecha siguen la línea progre de considerar a José María Aznar, Jaime Mayor Oreja o Esperanza Aguirre como elementos derechistas que se oponen a una línea moderada que supuestamente lleva la línea actual del PP, cuando absolutamente todo el PP en su versión aglutinante y plural, está en el saco que los verdaderos extremistas de este país quieren pisotear y tanto la cizaña como la desunión en el PP hacen el juego a los que pretenden pisotearlos.
El extremismo no está en el PP, que el PP sea acusado de todos los males de España cuando solo ha gobernado ocho años en la historia de nuestra democracia es bastante raro, que la izquierda progresista que ha gobernado veintitrés años España sea la que hoy en día trate de dar lecciones y llame extremista a Aznar o Wert siendo esa izquierda la mayor responsable ante la desvertebración social y nacional de España es asombroso.
Mientras se siga asintiendo ante los dogmas progresistas y separatistas que han arruinado este país, por ser lo políticamente correcto, y se llame extremista a Aznar o al ministro Wert por decir cosas razonables no cambiaremos el rumbo catastrófico que nos ha llevado al lugar donde hoy nos encontramos.
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