Castilla La-Mancha con el cambio. Ideas frente a peleas

 
EL SEMANAL DIGITAL

14 de noviembre de 2011  
EN TIERRA DE CABALLEROS

Castilla La-Mancha con el cambio. Ideas frente a peleas

José Bono apeló en Toledo a los sentimiento y emociones del electorado, continuando con su populismo socialista

           
En España nos jugamos esta semana un futuro para nuestra nación mucho mas allá de lo inmediato, el porvenir de nuestro país las décadas siguientes está marcado por lo que ocurra este 20 de noviembre.

Por lo que parece el Partido Popular ganara las elecciones, lo que hasta el final será una incógnita es si el resultado de los pronósticos se traducirá en una mayoría simple o absoluta.

Castilla La-Mancha con el cambio

Castilla-La Mancha fue la protagonista del inicio de los mítines de Mariano Rajoy, y de manera posterior el Partido Popular regional, con su presidenta Cospedal a la cabeza, se está movilizando como nunca para conseguir un gran resultado que sin género de duda corone el cambio del 22 de mayo contribuyendo contundentemente a la victoria en España.

El PSOE aparece desnortado ante un Partido Popular eufórico en la región. Aun así José Bono apeló en Toledo a los sentimiento y emociones del electorado, continuando con su populismo socialista, frente a un Rajoy que según él solo esgrime datos, "¿cómo puede alguien emocionar y trasladar sentimientos si está todo el día leyendo?" decía en referencia al debate.

Emociones y sentimientos frente a realidades

Las emociones y sentimientos son la argucia política de algunos para seguir en la poltrona. Emociones y sentimientos azuzados por el PSOE fueron los que el 13 y 14 de marzo de 2004 hicieron que ciudadanos rodearan las sedes del PP, amenazaran de linchamiento a los dirigentes del PP y les llamaran asesinos por un atentado de misteriosos objetivos y autorías, esas mismas emociones y sentimientos son los que negaron el saludo por parte de Patxi López a Mariano Rajoy cuando en las siguientes elecciones acudió al funeral de Isaías Carrasco plasmando una situación incomprensible en cualquier democracia madura, emociones y sentimientos es a lo que apela el nacionalismo vasco y catalán inyectando odio frente a España a los jóvenes tergiversando su identidad. Emociones y sentimientos a flor de piel han sido siempre la ecuación en la que se asientan los sistemas totalitarios permitiendo que lo irracional nuble la realidad de los hechos.

En la derecha española existe una tradición de ideas  que esgrime el indudable axioma de que “el verdadero progresista es el racionalista, siendo el irracionalismo la manifestación suprema del atraso y el oscurantismo, porque permite permanecer en el error y aún en el absurdo apoyado en una declaración voluntarista”… “El marxismo leninismo, marginando su atroz barbarie práctica, no permitió avanzar ni un milímetro en el conocimiento humano”. Es decir, aquellos que esgrimen ideologías como si fueran religiones seculares, apelan a lo irracional para movilizar a su electorado despreciando la realidad de los hechos que relativizan siempre hasta el extremo. Por ello, aquellos cuya campaña y gobierno se ha basado en agitar las emociones mas primarias y ensalzar la pelea, no hacen más que reproducir las formas que han causado los mayores desastres en la historia de la humanidad contemporánea.

Mariano Rajoy presidente para la recuperación de España

Mariano Rajoy, así como María Dolores de Cospedal, entienden el Estado o la administración pública como un instrumento de desarrollo, justicia y orden social y no como herramientas para revolucionar la sociedad en el siglo XXI, ni lo conciben para subvertir conceptos indubitables como la propia existencia o no de la nación española, sobre todo cuando la realidad es que muchos demagogos ideológicos como Bono lo que revolucionan de mayor manera son sus cuentas corrientes. Cuando el Estado se basa en prejuicios ideológicos, el poder legislativo se utiliza para experimentos de ingeniería social, la iniciativa privada se desprecia, las antiguas heridas se vuelven abrir, es cuando llegamos al punto en el que nos encontramos hoy, con cinco millones de parados y una crisis estructural del Estado español sin paragón en toda nuestra historia.

La concepción de la política de Mariano Rajoy es, como afirmaba este fin de semana, distinta de los prejuicios ideológicos y de la neutralidad tecnocrática, "Lo que llega ahora es el tiempo de los buenos gobernantes elegidos por los ciudadanos, que son los representantes de la soberanía popular", "Hay que cambiar políticas, equipos de gobierno y, lo más importante, cambiar de actitudes y comportamientos y eso es lo que vamos a ofrecer a los españoles, cambiar políticas para crear empleo".

 La crisis internacional es un ingrediente adicional para que esta España discutida y discutible de Zapatero se encuentre en este punto, pero no es la justificación ante la que pretenden esconderse los socialistas ante su pésima gestión. Ante los sentimientos agitados por parte de “trileros” como ZP, Rubalcaba o José Bono, España y Castilla la Mancha necesitan la seriedad de un presidente como Mariano Rajoy que nos devuelva la dignidad como españoles y el destino de desarrollo y prosperidad que urge recuperar en nuestra vieja nación española.

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