martes, 5 de marzo de 2013

Una crisis creada por bandidos

 

EL SEMANAL DIGITAL

26 de septiembre de 2011  
EN TIERRA DE CABALEROS

Una crisis creada por bandidos

Benedicto XVI exhortaba a los políticos alemanes en el Bundestag con una frase de San Agustín "Quita el derecho y, entonces, ¿qué distingue el Estado de una gran banda de bandidos?"
           
En el reciente viaje de Benedicto XVI a Alemania, el sumo pontífice de los católicos exhortaba a los políticos alemanes en el Bundestag con una frase de San Agustín  ´Quita el derecho y, entonces, ¿qué distingue el Estado de una gran banda de bandidos?´. Esto no solo es aplicable al Estado, sino a todos los aspectos sociales y comunitarios en los que se organiza el ser humano, incluido por supuesto el mundo empresarial y los mercados.

Benedicto XVI cuando habla de derecho se refiere, por encima del derecho positivo o material, a un derecho del sentido común, del derecho natural humanístico que en Europa tiene un desarrollo académico o filosófico desde los propios orígenes históricos de esta identidad comunitaria. Este derecho y su desarrollo ha argumentado históricamente sobre muchos de los temas que hoy en día son causa de la crisis que vivimos, por ejemplo, la dignidad humana, el control de los mercados y la usura, la labor social conjunta de trabajadores y empresarios…

El Papa explicó en qué consiste este derecho de manera magistral hablándonos del auge de la ecología en el país germano: ´Gente joven se dio cuenta que en nuestras relaciones con la naturaleza existía algo que no funcionaba; que la materia no es solamente un material para nuestro uso, sino que la tierra tiene en sí misma su dignidad y nosotros debemos seguir sus indicaciones… Cuando en nuestra relación con la realidad hay algo que no funciona, entonces debemos reflexionar todos seriamente sobre el conjunto, y todos estamos invitados a volver sobre la cuestión sobre los fundamentos de nuestra propia cultura…Debemos escuchar el lenguaje de la naturaleza y responder a él coherentemente….También el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo arbitrariamente. El hombre no es solamente una libertad que él se crea por sí solo. El hombre no se crea a sí mismo. Es espíritu y voluntad, pero también naturaleza, y su voluntad es justa cuando escucha la naturaleza, la respeta y cuando se acepta como lo que es, y que no se ha creado a sí mismo. Así, y sólo de esta manera, se realiza la verdadera libertad humana…´

En el mundo, y en España en particular, sufrimos un absoluto desprecio por los valores morales del sentido común, estos valores se basan en la filosofía propia de Europa que hunde sus raíces en una tradición y una forma de ser propia, siendo la base de los derechos humanos. Este derecho natural se enfrenta, de igual manera, a aquellos que consideran que el Estado, desde un punto de vista material, es la única referencia en cuanto a la organización comunitaria, moral y humana, la anterior visión se resume en la frase en ´nada fuera del Estado´, así como a los que despreciando cualquier sentido natural comunitario del hombre abogan por un individualismo radical que pretende un anarquismo en las relaciones humanas, en la economía y en la moral, basándose solo en el interés particular y donde las estructuras comunitarias o morales son solo obstáculos a derribar. Entre estas dos visiones hay muchos matices en los que se puede organizar socialmente el hombre, de manera equilibrada y teniendo siempre en cuenta los valores naturales.

De esta manera, en cuanto a las relaciones empresariales, la economía seria un medio no un fin, las empresas, además de centro económico, serian centro de vida y relaciones humanas, las relaciones entre empresa y trabajador obedecerían a la colaboración, más que al enfrentamiento, y estaría orientada al bien común y al fin social, a la innovación y la formación. El sentido erróneo de la empresa y de los trabajadores ha dado lugar a una visión empresarial especulativa del ´pelotazo´ y un sentido frentista y de pesebre del sindicalismo, ambos conceptos están en crisis y empiezan a caer como castillos de naipes, reflejándose en los cierres de empresas, crisis económicas de patronales o deudas y Expedientes de Regulación de Empleo en los propios sindicatos.

Renovar con sentido humano la política, la empresa, la vida social y comunitaria de España es un reto prioritario si es que queremos aprovechar este desastre para poder salir reforzados. Enlazando con ese pensamiento propio de Europa, del que habla Benedicto XVI, y en el que se basa el derecho natural, un autor hispano no cristiano, Lucio Anneo Seneca, lanzo la siguiente premisa que debería ser bandera en estos momentos críticos ´La adversidad es ocasión de virtud´.

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