lunes, 18 de marzo de 2013

Gallardón ¿Verso suelto?

 
EL SEMANAL DIGITAL
Ricardo Chamorro
                           
26 de enero de 2012  
EN TIERRA DE CABALLEROS
Gallardón ¿Verso suelto?
Hace años que en parte del ambiente mediático de la derecha española oímos de manera insistente la cantinela del travestismo político de Alberto Ruiz Gallardón.
           
   
Es admisible que Gallardón no es un político de derechas clásico, sino que siempre ha sido, en cierta manera, un provocador para ciertos conservadores y liberales.

Ayer, en cambio, en la comparecencia de la comisión de justicia, Gallardón anunció medidas contundentes que han dejado boquiabiertos hasta a Federico Jiménez Losantos que ha dicho en el tono de Valle-Inclán: "Los anuncios de Gallardón son para quitarse el cráneo". El Partido Popular reformará la Ley del Aborto, la del Menor, la de elección del Consejo General del Poder Judicial, pondrá tasas a quienes litiguen en segunda instancia, estudiará la prisión permanente revisable (cadena perpetua) y exigirá que los etarras pidan perdón si quieren beneficios penitenciarios.

Gallardón ha sido el responsable de anunciar las medidas más contundentes, hasta ahora, en consonancia a las demandas más ortodoxas de la derecha popular. Y es que en el caso del PP no es tanto la ideología la que separa, como decía hace años el columnista Pascual Tamburri:

"El que quiera analizar los debates internos del PP en clave ideológica puede, desde luego, hacerlo. De momento España es un país libre. Pero quien lo haga no se va a enterar de nada, porque los ropajes ideológicos que se visten o se reprochan según los casos son pura circunstancia. Es una lucha por el poder y la influencia, en la que las ideas se usan como lanzas propagandísticas pero difícilmente se asumen. Y es que los grandes líderes del centroderecha han aceptado instintivamente el escepticismo de un Maquiavelo, de un Thomas Hobbes y (sin citarlo) de un Carl Schmitt: la única distinción que importa es la de amigos y enemigos. Ya verán".

Por ello no hay que hacer mucho caso ante los abismos y aspavientos que parece que revuelven las arenas internas del PP, los temas no son tan ideológicos como pintan algunos, sino más bien problemas de influencia e incluso personales.

La derecha es plural y diversa pero la unidad en el PP es su fuerza más contundente, comprenderlo es ahorrarse frustraciones y divagaciones que no llegan a ningún puerto. Quien ataca esa unidad con intención de fragmentarla por ignorancia, aires de superioridad o prejuicios mal curados, si que sufrirá las iras del Partido, y ejemplo de ello lo tenemos en Asturias. La labor y el sacrificio de gentes como Manuel Fraga no deberían caer en saco roto, no confundan señores el antagonismo político con el juego de poder.

En esta línea la ex alcaldesa de Lizarza, Regina Otaola, señalaba este lunes en un artículo denominado "Sangilistas y aperturistas", en relación con lo anterior, la ausencia de corrientes dentro del PP vasco pues según Otaola, aunque exista el desacuerdo en determinados temas y decisiones, todos los miembros del partido convergen unívocamente en "la defensa de la libertad y la derrota del terrorismo":

"Considerar que a ETA hay que derrotarla y que quien merece todos los desvelos son las víctimas, lo hemos hecho siempre y de hecho el sábado en Polloe parecidas palabras las dijo el portavoz Alfonso Alonso y sin embargo no le ponen el membrete de sangilista.

Por tanto, para quien todo lo simplifica, quiero dejar claro que no hay corrientes sangilistas o iturgaicistas o mayoristas o aznaristas. Hay respeto, hay reconocimiento a una labor desarrollada y hay amistad. Y un hilo conductor que es la defensa de la libertad y la derrota del terrorismo."

Gallardón ha sorprendido con sus medidas a quien se ha dejado engañar por escenarios mediáticos interesados que pretenden pintarle como lo que no es y a lo que él mismo se ha prestado en sus juegos y pugnas de poder. A Gallardón nunca le ha importado moverse en cualquier ambiente y eso más bien es cuestión de valentía ya que quien tiene sus ideas claras puede transitar por cualquier medio sin miedo. Desde presentar junto a su suegro Utrera Molina el libro de "Sin cambiar de Bandera" coincidiendo con toda la mas escorada derecha madrileña, hasta debatir pública y amistosamente en repetidas ocasiones con el icono mediático de la progresía española Iñaki Gabilondo.

Lo que es necesario tener claro y meridiano es que la derecha está compuesta por una heterogeneidad que le da su fuerza, olvidar esto es olvidar la historia del centro derecha español y aunque a alguno le incomode en su ego interno, para influir en España políticamente y fortalecer una alternativa al socialismo es necesario respetar la pluralidad y saber convivir con gentes como Gallardón, Federico Jiménez Losantos, Eduardo García Serrano, Pedro J Ramírez, José Antonio Segurado, Santiago Abascal, Alfonso Ussia, Esperanza Aguirre, Arantxa Quiroga, Nacho Villa, José Javier Esparza, Luis del Pino, Ignacio Arsuaga, Alfonso Merlos, José Antonio Zarzalejos, Bieto Rubido, Luis Losada, Gotzone Mora, Luis Herrero, Mayor Oreja, Antonio Martín Beaumont, José María Lasalle, Esperanza Aguirre, Alfonso Alonso, Cesar Vidal, Pio Moa y tantos otros que forman un conglomerado de pluralidad y vigor de un centro derecha que quiere contribuir de manera definitiva en la fortaleza de una España nueva.

El respeto a la pluralidad será finalmente el respeto a una derecha social abnegada que lleva resistiendo ocho años los embates de una izquierda furibunda, saliendo incluso a la calle a defender sus derechos y valores, y que por una u otra razón se identificara con alguno/s de los anteriores personajes. Esos ciudadanos lo que nunca han dudado, comprobado estadísticamente, es en votar año tras año al Partido Popular y es por ello que no respetar esa pluralidad seria traicionar a esos votantes.

Gallardón representa, junto a todos los demás, a la derecha del siglo XXI que España necesitara más unida que nunca.

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