lunes, 11 de marzo de 2013
Ni GAL, ni sumisión a ETA. España, unidad y justicia
EL SEMANAL DIGITAL
25 de octubre de 2011
EN TIERRA DE CABALLEROS
Ni GAL, ni sumisión a ETA. España, unidad y justicia
Cuando los supuestos conflictos se utilizan y alimentan para conservar el usufructo del poder nos encontramos ante verdaderas alimañas de la política.
El escenario que quiere gran parte de la izquierda
Estamos asistiendo estos días a una autentica puesta en escena de un contexto político y mediático que trata de ser una balsa de flotación para el PSOE. Todo el separatismo en pleno apoya esta iniciativa con la única intención de que el Partido Popular no obtenga la mayoría absoluta en las próximas elecciones generales. ¿Cómo es posible que el único partido político que estando en el gobierno creó grupos paramilitares contra el entorno de ETA y en cuyo mandato se enterró en cal viva a Lasa y Zabala haya concluido con el brazo político de ETA ayudarse mutuamente sacando este comunicado?
Sencillamente es porque en el fondo gran parte del PSOE respeta y da legitimidad al mensaje político de ETA prescindiendo de su violencia, lo tolera e incluso comparte la existencia de un conflicto en determinados aspectos puntuales. Las personas que por no defender la nación española de cara, sin complejos ni tapujos, crean grupos terroristas para bajo cuerda tratar de acabar por medio de atajos con la ETA, es que realmente no creen en su posición superior, ni en la fortaleza de su propio concepto de Estado nacional para defender a plena luz los cimientos de España y su democracia.
Parafraseando a Jesús Laínz ´ETA nace de una enorme mentira histórica´, esa mentira histórica consiste en primer lugar en asumir la existencia de un conflicto, cosa que ha hecho el PSOE asistiendo a esa conferencia y haciendo seguidismo de lo que el comunicado etarra expresa. Esa mentira ha penetrado en la sociedad vasca y la mayoría de sus ciudadanos, al igual que Eguiguren, asumen la existencia de víctimas en los dos bandos a causa del inventado conflicto.
Cuando los supuestos conflictos se utilizan y alimentan para conservar el usufructo del poder nos encontramos ante verdaderas alimañas de la política. El PSOE hace de la tradición leninista del fomento y creación de conflictos en pro de la conquista del poder una verdadera bandera política, los nacionalistas separatistas utilizan la misma técnica y la ETA, como grupo armado de tradición socialista, utiliza claramente un inventado conflicto identitario para poner peldaños en su proyecto totalitario socialista. Al final todos ellos utilizan el miedo sobre la base de supuestos conflictos muchas veces artificiales: miedo a la derecha, miedo al español, miedo a perder privilegios…
El columnista Pascual Tamburri expresaba en un artículo de 2009 titulado Rajoy y la derecha continental contra la izquierda planetaria, lo que podría ocurrir con la izquierda en Europa ante la pérdida de poder: ¿A qué se arriesga la izquierda? A no aceptar la derrota, a seguirse considerando moralmente superior pese a su humillante derrota democrática y a dar alas al extremismo terrorista que se alimenta de esos ingredientes. Al fin y al cabo de izquierdas son todos los partidos totalitarios con representación parlamentaria y todos los grupos de asesinos en circulación desde ETA hasta las Brigadas Rojas. De eso ningún demócrata podrá ser jamás cómplice activo ni pasivo.
Aun así, existe una minoría emergente de la izquierda moderada donde oímos palabras críticas que crean contradicciones en el seno de ese pensamiento, como son las palabras de Rosa Diez ¿Pedimos que se juzgue a los franquistas muertos y renunciamos a que se juzgue a los terroristas vivos? ¿Qué Estado de Derecho es éste?
Una política antiterrorista de éxitos y dignidad
La política antiterrorista que impulso el gobierno del Partido Popular en el año 2000 no ha tenido paralelismo en toda la historia de la democracia española. El vencer al terrorismo con la ley, la contundencia policial y con la unidad de fuerzas de una España que tomo posición en el marco internacional hizo temblar los cimientos del terror nacionalista separatista. En estos cuatro años se detuvieron 640 terroristas, se intensificó la colaboración policial y judicial con Francia y se firmó en diciembre de 2000 el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. ETA y Batasuna fueron colocadas en las listas de organizaciones terroristas de la Unión Europea y de Estados Unidos.
A comienzos del 2004 ETA estaba en fase terminal, si las políticas aplicadas en el gobierno Aznar hubieran continuado ETA y su entorno hubiera sido derrotado contundentemente, la intimidación política nacionalista anulada y todo ello en solo unos años ¿No es poco tiempo para un conflicto que dicen dura cientos de años? La historia posterior ya la sabemos, atentado del 11 de marzo, victoria electoral de José Luis Rodríguez Zapatero, suspensión de las políticas antiterroristas previas, desaparición efectiva del pacto antiterrorista, la obsesión por una solución negociada, marginación de las víctimas, caso De Juana Chaos, caso faisán y todo ello aliñado con pactos de Tinell, treguas en Cataluña, reuniones con Otegui… Lo último es la puesta sobre la mesa por parte del actual ministro de interior socialista Camacho la aplicación de beneficios penitenciarios para los terroristas.
Frente a la visión errónea del PSOE unidad frente a la indignidad
Las palabras recientes de la secretaria general del Partido Popular, María Dolores Cospedal, son contundentes en cuanto a lo que piensa este partido actualmente de esta pantomima:
´Hacen falta unos pasos más, que se disuelvan y que entreguen las armas después de pedir perdón a las víctimas´
Es necesario una mayoría absoluta del Partido Popular para recuperar una normalidad democrática en España, quien no sea consciente de ello en el estado actual de cosas es que tiene la visión muy nublada por el ambiente mediático español. Aunque existan descontentos en el centro derecha en relación con la timidez política de Mariano Rajoy hay que dejar constancia de que el presidente del Partido Popular ha sido protagonista de excepción de la contundencia con ETA en los gobiernos de Aznar y que el admitir la pluralidad de puntos de vista distintos en cuanto a la gestión del panorama que la izquierda esta escenificando, nunca puede dar lugar a una carrera hacia el abismo que atomicé la unidad del centro derecha en torno al Partido Popular y cree confusión en la escena electoral. No es momento de rupturas sino de unidad.
La crítica y pluralidad de opiniones no solo es válida, sino necesaria, pero siempre teniendo en cuenta la necesidad de acabar con el PSOE de ZP y Rubalcaba.
Como dice Mayor Oreja «Las personas que pensamos las mismas cosas necesitamos estar más unidos que nunca».
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