lunes, 18 de marzo de 2013
¿Centro reformista o centrismo vacio?
3 de abril de 2012
EN TIERRA DE CABALLEROS
¿Centro reformista o centrismo vacio?
El reformismo de Fraga, su desarrollo por Aznar y su continuidad por Rajoy consolidaran políticamente al PP si se hace sin complejos
Hace pocos meses falleció el fundador de Alianza Popular, artífice de los cimientos del Partido Popular y creador del centro reformista. Manuel Fraga no pudo protagonizar bajo su liderazgo político el triunfo del Partido Popular aunque fue coparticipe de las victorias como Presidente de honor y gran triunfador en su región gallega. Fraga articuló el centro reformista, estableciendo la idea de España por encima de la dicotomía de izquierdas y derechas, formulando que ´Mas allá del socialismo queda el verdadero desafío: la reforma social en profundidad, hecha por los que creen, a la vez, en la sociedad española y en la capacidad de su pueblo para reformarse, para ser mas auténticamente él mismo´.
Las bases del centro reformista que puso Manuel Fraga fueron modeladas y desarrolladas por José María Aznar para crear un partido amplio y plural de centro-derecha con una síntesis liberal-conservadora como bandera. Aznar fomentó un concepto aglutinante y no sectario de las distintas sensibilidades de este ámbito político, basado en un concepto fuerte nacional español que se presenta como integrador, liberal y europeísta.
Mariano Rajoy ha sido parte, conjuntamente con ambos líderes del centro-derecha, de la evolución del Partido donde comenzó de la mano de Manuel Fraga y ha visto sobre el terreno las virtudes, defectos y fallos del sector político al que pertenece.
UCD una experiencia de la que aprender para no repetir su fracaso
Rajoy fue testigo también, de primera mano, del proyecto de UCD, que a pesar de su utilidad práctica para la transición democrática, solo tomó de la formula de Fraga la palabra ´Centro´ sin dotar de contenido político a esta denominación más allá del simple oportunismo. Una de las importantes diferencias entre el centrismo de UCD y el de Manuel Fraga fue, además de la formulación teórica del reformismo, la definición clara por parte de Fraga del adversario político, algo que Aznar llevó también a la práctica en relación a los ´enemigos de la libertad´, tal y como él los definía. La UCD en cambio confundió en ocasiones al adversario político y arremetió duramente contra la derecha sociológica, que le votaba, creando en la misma un gran sentimiento de culpa y complejos que la han marcado estos últimos treinta años y que únicamente ha beneficiado a los partidos de izquierda y a los nacionalistas. Lo anterior no quiere decir que partes de la derecha postfranquista no fueran beligerantes contra la UCD pero en vez de guardar distancias ante algunos exaltados cargó las culpas contra todo el espectro de la derecha en sentido amplio tratando de mimetizarse con los valores del progresismo de izquierdas, creando desconcierto y atomización en el propio centro-derecha perdiendo el vinculo social y marginando cualquier sentido de unidad. De hecho la izquierda y los nacionalistas se desviven en elogios ante ese centro-derecha que en realidad se realizó el ´Harakiri´ en beneficio de estos.
El centrismo de UCD fomento en su seno el espíritu del político profesional en estado puro, que cambia de rumbo infinidad de veces en función de las circunstancias que se consideren oportunas, con una percepción elemental de las cosas, reduciendo todo a la esfera de lo útil y del efecto inmediato sin pensar demasiado en el futuro y mostrándose en ocasiones miope ante los problemas suscitados por la política cultural, social y la hegemonía ideológica de la izquierda. El proyecto de UCD terminó autodestruyéndose por no saber a qué atenerse y por los incesantes tumbos que pretendían en ocasiones tratar de ganar al PSOE por la izquierda con propuestas absurdas e irrealizables.
El Doctor Pedro Carlos González Cuevas, Profesor de Historia de las Ideas y Formas Políticas de la UNED, define ese centrismo de la siguiente manera:
´En el fondo, es la máscara de una derecha que teme reconocerse como tal. La opción centrista carece de entidad desde el punto de vista estrictamente político. Como señaló en su día Julien Freund, es «una manera de anular, en nombre de una idea no «conflictual» de la sociedad no sólo al enemigo interior, sino a las opiniones divergentes». «Desde este punto de vista –continuaba el politólogo belga– el centrismo es históricamente el agente latente que, con frecuencia, favorece la génesis y la formación de conflictos que pueden degenerar, ocasionalmente, en enfrentamientos violentos». En el mismo sentido se expresa Chantal Mouffe cuando afirma que el «centrismo», al impedir la distinción entre izquierda y derecha, socava «la creación de identidades colectivas en torno a posturas claramente diferenciadas, así como la posibilidad de escoger entre auténticas alternativas». Y concluye esta autora: «Si este marco no existe o se ve desdibujado, el proceso de transformación del antagonismo en agonismo es entorpecido, y eso puede tener graves consecuencias para la democracia». Desde la perspectiva de Thomas Sowell, el «centro» es una «visión» híbrida o incongruente.´
El centro-derecha del Partido popular
A pesar de lo anterior en el seno de UCD se formaron y desarrollaron grandes políticos que, conscientes de los fallos y virtudes del proyecto de Suarez, se fueron incorporando al nuevo partido liderado por José María Aznar donde el centro-derecha empezó nuevamente a levantar la cabeza.
Como dice Pascual Tamburri ´José María Aznar dio a la derecha política española sus primeras victorias electorales indiscutibles desde la Restauración. Su receta no fue especialmente original ni es ningún secreto: construir un gran Partido Popular en el que cupiesen todas las sensibilidades y todos los votos desde el centroizquierda hasta la derecha nacional democrática. La UCD, pese a su variedad, nunca entendió esto: que dejar un espacio social y político libre a su derecha podía ser cómodo para sus líderes, para ahorrarles acusaciones de derechismo, ultraderechismo, fascismo y canibalismo a cargo de la izquierda postestalinista, pero era una renuncia completa a la ´mayoría natural´ (y una sumisión moral al socialismo)´
El proyecto de un centro-derecha plural sigue sufriendo las arremetidas de algunas derechas más extremas y marginales pues solo ellas se consideran legitimadas para salvar España y de los centristas más recalcitrantes que tratan de echar del partido a aquellos que consideran fuera de su línea, tratando de enmarcar y calificar peyorativamente como ultras o extremos a aquellos que discrepan o que se salen de sus estrechos esquemas políticos oportunistas, rechazando el debate en el seno del partido al que consideran una entidad monolítica, arrogándose solo ellos la representación del PP, perdiendo en cambio los papeles ante el dialogo con los adversarios políticos de la derecha considerando el pacto con la izquierda como el culmen de su estrategia política aun a costa de la rendición y cesión ante los valores de estos.
La perdida de las elecciones de Andalucía ante el bloque de izquierdas, la mala gestión de la mayoría de centro-derecha en Asturias donde el acuerdo PP y Foro Asturias por una cuestión de principios frente al PSOE nos habría ahorrado las elecciones, la continuidad del acuerdo del PP con el PSOE de la negociación con ETA en el País Vasco y la gestión posterior de esta indecencia, así como los choques en la relación post-electoral con las víctimas del terrorismo no son más que síntomas de ese centrismo miope que al final quita libertad y chance democrático y político a los ciudadanos.
Mariano Rajoy sabe cómo le ha ido bien al centro-derecha y cuando, en cambio, ha sido solo una comparsa de la que finalmente no quedan ni los cimientos. Para llegar a acuerdos de estabilidad con el adversario político solo desde una identidad política nítida ganaría la ciudadanía ante el consenso, de otra manera no hablamos de hacer política sino de oportunismo. Un centro-derecha plural con principios es la única vía que tiene el PP para hacer realmente la política reformista que nuestra nación española necesita al margen de chiringuitos socialistas o partitocráticos, creo que esa es la opción inteligente que ha tomado el PP de Rajoy, pero veremos.
www.twitter.com/rchamode
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