lunes, 29 de abril de 2013

Bono: Español cañí contra el café para todos

 

EL COMENTARIO     RICARDO CHAMORRO
COLABORACIÓN
EL DIGITAL CASTILLA LA MANCHA

Bono: Español cañí contra el café para todos
   
04/10/2012 .    
   
   
Ricardo Chamorro
José Bono es el retrato más evidente del socialismo político entendido en pura clave oportunista. La presentación de su memoria en forma de diario está centrando gran expectación mediática.

El que suscribe sigue con profundo interés la serie televisiva sobre Isabel de Trasmatara que los lunes retransmite TVE, en ella se reflejan ciertas intrigas de la nobleza para asentar su poder político en la corte y los mismos trepan por obtener influencia en la corona. Algunos políticos, entre lo que se encuentra José Bono, me recuerdan a esos políticos cortesanos del antiguo régimen cuyo grado de fariseísmo es paralelo a sus enredos oportunistas. Ciertamente los nacionalistas en España son otros políticos que se han comportado muy al estilo del marqués de Villena del siglo XV.

La España Constitucional no es una corte, o al menos no debería serlo, el poder reside en el pueblo español que es el sujeto de la soberanía nacional, por ello políticos poco claros que ofrecen una cara y luego tienen otra en función de la circunstancia a algunos nos dan cierta grima.

No seré yo el que diga que no me gustan ciertas frases de Bono que agitan conciencia en el socialismo como la de que "un líder del PSOE debería gritar ¡viva España!". Aunque para un patriotismo español en clave socialista me quedaría mucho antes con Nicolás Redondo Terreros o con Joaquín Leguina. También es cierto que a algunos españoles una España cañí, de pandereta e hipócrita con enredos con separatistas, empresarios chanchulleros y sinvergüenzas, no nos gusta y sin embargo amamos profundamente a la verdadera España solidaria y que reside, a lo largo de la historia, en todos los rincones de nuestra geografía.

Lo que más me causa sorpresa es que una persona que presume tanto de españolismo tenga un concepto tan ambiguo hacia el nacionalismo vasco y catalán que abanderan otros dos hipócritas, amigos suyos, como Duran i Lleida o Iñaki Anasagasti. A veces me da la sensación de que ante los nacionalistas Bono es como el capataz de la finca que espera que su señorito le pase la mano por el lomo diciendo lo bueno que es. ¿Le habrán prometido algo?

Bono habla, como si tal cosa, de unas supuestas identidades arraigadas que es necesario satisfacer como sea, es decir hay que mimarlas más que al resto.

Así se expresa el señor Bono:

"…hay cosas que se han hecho mal y no podemos seguir tapándonos los ojos para no verlas. Cataluña y País Vasco precisan un tratamiento explícito por sus diferencias que, sin alterar la igualdad de derechos de los españoles, no sea el café para todos que no satisface identidades muy arraigadas. No hay que maldecir la realidad, sino encender alguna vela".

¿Encender una vela que significa? Su compañero de partido, y de gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quiso encender velas con el Estatut de Cataluña y ha creado un incendio entre los españoles cuyas consecuencias perjudican claramente a Castilla-La Mancha así como al resto de España.

¿Para mantenerles satisfechos tenemos que tragar con ruedas de molino renunciando a nuestra historia y a nuestra nación? Todas las identidades regionales de España están arraigadas, pero sólo algunas han sido aliñadas por ideologías que inoculan un carácter frentista hacia la identidad común española.

¿Es tan difícil de entender, para este señor de Salobre, que la soberanía reside en el pueblo español y que no se puede despreciar lo que significa la nación para satisfacer el chiringuito asimetrico que quieren montar unos iluminados xenófobos?

Bono, el exministro socialista con Zapatero, considera que el "café para todos", que fue muy útil en su momento para la transición a la democracia, propició que quedara desdibujada la identidad diferenciada de Cataluña y País Vasco: "Lo que parecía una solución sólo fue una salida".

Es decir para Bono no se les ha dado suficiente diferenciación a los separatistas, han quedado demasiado igualados al resto de los españoles desdibujándose su identidad. A ver si en este país tenemos de una vez claro que una comunidad de intereses materiales no es una nación y que el problema es que los nacionalistas difícilmente serán leales o solidarios hacia gentes e instituciones que su ideología desprecia expresamente.

Artur Mas dijo ayer lo mismo que Bono, es decir que "Cataluña debe salir del café para todos". Y es que Bono con esas afirmaciones identitarias en clave nacionalista, aunque se envuelva de rojo y gualda, al final demuestra que se toma muy poco en serio a la nación española y coincide con Pujol cuando dijo que "mientras Cataluña es una nación España no lo es", hacia eso vamos.

www.twitter.com/rchamode 

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