martes, 16 de abril de 2013
El fin del caciqueo, el verdadero cambio en la provincia de Ciudad Real
EL COMENTARIO
EL DIGITAL CASTILLA LA MANCHA
RICARDO CHAMORRO
COLABORACIÓN
El fin del caciqueo, el verdadero cambio en la provincia de Ciudad Real
21/06/2012 .
Ricardo Chamorro
La provincia de Ciudad Real está sufriendo de una manera brutal la crisis financiera. Los datos de paro en esta provincia son de una tasa superior al resto de provincias de Castilla-La Mancha y una de las más altas de España. La provincia está paralizada y con el ánimo absolutamente decaído, después de largos años con grandes expectativas de crecimiento, desarrollo y empleo Ciudad Real ha vuelto a ser una de las provincias a la cola de España.
Los grandes proyectos empresariales que iban a impulsar a Ciudad Real por fin a la vanguardia de España han fracasado.
Ahora oímos a mucha gente escurrir el bulto o decir "¿A quién se le ocurrió hacer un Aeropuerto en Ciudad Real? ¿Cómo íbamos a montar un gran casino y complejo hotelero tipo "Las Vegas" llamado Reino de Don Quijote?".
Pero la realidad es que casi todos, sobre todo en la capital, hemos sido partícipes de esta gran decepción y todos de una manera o de otra hemos tratado de aprovechar el tirón ante lo que ha terminado siendo un espejismo. Tampoco es algo atribuible a un determinado partido político porque todos han estado cercanos a los proyectos y lo cierto es que como representantes de los poderes públicos no soóo no pidieron cordura sino que algunos se mojaron hasta la cintura.
No obstante la creatividad y la capacidad de innovar en el ámbito empresarial no son ningún delito sino todo lo contrario, y mucho menos en regiones tradicionalmente poco desarrolladas como la nuestra. Lo cierto es que muchos en "el pecado llevan su penitencia". ¿Que más querríamos los ciudadrealeños que los proyectos hubieran sido una realidad?
Un cáncer para la provincia
Lo que sí es un verdadero cáncer para nuestra región y nuestra provincia es una determinada visión del mundo que aquí tiene una gran tradición, el caciqueo. Determinadas estructuras provincianas tienden a desarrollar castas locales que entienden la política, los negocios y el prestigio como una mezcla para medrar en beneficio propio o de la secta. Les da igual que ganen políticamente unos u otros pues, tarde o temprano siempre están en el reparto del pastel. Esta forma de concebir la política o los negocios no es propia de una determinada clase social, aristocracia o tendencia política es simplemente un uso social congénito extendido.
Estas castas por una parte impulsan el desarrollo controlado y por otra ahogan cualquier iniciativa que escape de su control, no les gusta que la sociedad civil sea independiente ni que los políticos no les consulten antes de actuar. Por ello ahogan la iniciativa joven, creativa o libre copiando las nuevas ideas adaptándolas a su propio beneficio y marginando al creador o tratando de silenciar el pensamiento siempre que esté libre de su influencia.
El escritor y político liberal moderado del siglo XIX, Juan Rico y Amat, definió al cacique en su "Diccionario de políticos" de la siguiente manera:
"El padre guardián del convento político de cada pueblo ; y como en todos ellos, aun cuando no pasen de cien vecinos, hay necesariamente tres conventos por lo menos, resulta de aquí que son siempre tres los caciques o guardianes. Pero el que verdaderamente merece este título, es el cacique del partido que domina; los demás solo son caciques ad honorem, esto es, caciques sin ejercicio.
El guardián de la situación dispone a su capricho de las voluntades de la comunidad; se entiende directamente con el padre general, vulgo gobernador, en todo lo que se refiere a la elección de provincial para que represente a la Orden en el capítulo que se ha de celebrar en la corte; distribuye a su antojo todos los cargos del convento y no se hace nada en la comunidad sin contar con su beneplácito y aprobación…
El cacique en su juventud suele ser alcalde o comandante de nacionales. Cuando tiene ya más edad mira el primer cargo con desdén, y para su desempeño nombra a un sobrino u otra persona de carácter sumiso y obediente, que le sirva de instrumento dócil en todos sus planes y evoluciones. El segundo lo suele conservar para afianzar de ese modo más y más su dominación".
Gentes con una determinada visión caciquil los tenemos en el mundo empresarial y en la política pero lo cierto es que esa mentalidad mediocre y cerrada es un lastre para uno de los retos que tiene nuestra provincia, nuestra región y nuestra nación para salir del atolladero, que no es otro que fomentar la creatividad y el emprendimiento. Por eso dar oportunidades a los jóvenes y a las nuevas ideas frente a los de siempre en Castilla-La Mancha no es solo algo bueno sino que es necesario, es decir seria el verdadero cambio.
María Dolores de Cospedal ha repetido en numerosas ocasiones la "vocación del PP y del Gobierno en fomentar el emprendimiento" o que los emprendedores serán clave para sacar de la crisis a España. Por ello es necesario extirpar del cuerpo social las mentalidades caciquiles que son obstáculos para la innovación, el emprendimiento y el desarrollo por el bien de nuestra provincia así como por el futuro de nuestra región en el concierto de España.
www.twitter.com/rchamode
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