martes, 16 de abril de 2013
Castilla-La Mancha no es menos que Cataluña o País Vasco
COLABORACIÓN
EL DIGITAL CASTILLA LA MANCHA
Castilla-La Mancha no es menos que Cataluña o País Vasco
07/06/2012 .
Ricardo Chamorro
Últimamente estamos asistiendo a una importante crítica al sistema de organización autonómico que nos dimos los españoles a través de la Constitución. El sistema autonómico de 1978 parece ser que ha sobredimensionado el Estado haciéndolo insostenible sino racionalizamos el mismo de manera urgente.
Es gracioso cómo alguno de los mayores críticos al sistema autonómico últimamente es Duran i Lleida, miembro de un partido nacionalista. Duran, con esa piel de cordero que le caracteriza, considera que el Estado Autonómico hace aguas porque determinadas regiones que no lo merecen, o no lo han pedido necesariamente, están ejerciendo un autogobierno que no valoran, por lo que recomienda devolver competencias al Estado Central de las autonomías que él considera artificiales, para, a la vez, consolidar otras como Cataluña que para él tienen legitimidad real para tener autogobierno. Decía "Nosotros no queremos devolver autogobierno. Autonomía para todos, pero que esto no me prive de ejercer mi derecho de autogobierno", lo que quiere decir que si no se pueden mantener los privilegios autonómicos de Cataluña que se quite el autogobierno de otras autonomías menores, como puede ser Castilla-La Mancha.
Duran i Lleida también plantea un Gobierno de unidad o de concentración donde colaborarían a cambio de que se les permita perpetuar los privilegios. También a estas alturas de la película hablan de pacto fiscal al estilo vasco.
El mundo ideal de los nacionalistas tipo Duran i Lleida o Iñaki Anasagasti es que el Estado español fueran sus dos autonomías y el resto lo que ellos llaman España y así negociar de tú a tú con Madrid, lo del café para todos les parece una ordinariez pues para ellos existen solo los catalanes o los vascos respectivamente y el resto es chusma subvencionada.
El primero que dijo que "no puede haber café para todos" fue Jordi Pujol, pero le han seguido políticos de nuestra región como José Bono.
Nuestro expresidente castellano-manchego en una conversación con Iñaki Anasagasti y Duran i Lleida parece que les dijo, según Iñaki, que prácticamente se opto por el café para todos en el proceso constitucional porque "cuando acabó la dictadura el ejército no estaba dispuesto a que la Constitución reconociera el derecho al autogobierno del País Vasco y de Catalunya; para evitar una posible sublevación se les dijo a los militares que lo mismo que se le iba a reconocer a vascos y catalanes se reconocería también al resto mediante la formación de distintas comunidades autónomas".
El señor Bono les podía haber contestado a los nacionalistas que tanto derecho tiene un vasco como un castellano-manchego a tener autonomía y si es insostenible el sistema lo será para ambos. Les podía haber contestado que la desaparición de los fueros y las aduanas interiores fue la liquidación de una reliquia jurídica del Antiguo Régimen que existió en todos los países y regiones de Europa hasta la Revolución Francesa que hizo incompatibles los privilegios medievales con los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Les podía haber contestado que los fueros no son ninguna excepción de España y que todos los reinos europeos eran un mosaico de provincias, feudos, ciudades, señoríos, corporaciones y estamentos que se complacían de su originalidad, sus restos de autonomía y sus privilegios medievales pero que estábamos en el siglo XXI y que se dejaran de mandangas. Les podía haber contestado que nuestra región actualmente denominada Castilla-La Mancha fue repoblada y organizada jurídicamente a través de miles de fueros, cartas pueblas y que uno de los más importantes fueros de España es el Fuero de Cuenca del siglo XII. Les podía haber dicho que si ellos tenían autonomía todos tenemos derecho a tenerla pues aunque les parezca mentira símbolos como la bandera de Euskadi y la de Castilla-La Mancha son igualmente inventadas, sin tradición histórica alguna, con la sola diferencia de cien años.
Les podía haber dicho, en definitiva, que el café para todos de nuestra transición no fue forzar nada sino que o todos teníamos autonomías o ninguna la tenia, consolidar una situación diferenciada de Cataluña o País Vasco con respecto al resto obedecería a delirios de gente desequilibrada como Sabino Arana pero no a la objetividad histórica ni a la construcción viable de un estado moderno. Si el "café para todos" actualmente es inviable pasaremos a "racionalizar las autonomías de todos", los medios caminos para beneficiar a los señoritos insolidarios nacionalistas no se debe admitir bajo ningún concepto.
El único problema de estos señores nacionalistas, a diferencia de los castellano-manchegos, es que ni creen en España, ni creen en la constitución, ni creen en el sistema autonómico, ni creen en la igualdad entre españoles, sólo creen en su ombligo.
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