Los incendios en España, una verdadera lacra

 
EL COMENTARIO     RICARDO CHAMORRO
COLABORACIÓN
EL DIGITAL CASTILLA LA MANCHA

Los incendios en España, una verdadera lacra
   
06/09/2012    
   
   
Ricardo Chamorro
Volviendo de mis vacaciones pude observar el panorama desolador de la Sierra de Ronda calcinada por el fuego por el incendio de Coín. Igualmente en nuestra región los incendios han sido una constante siendo el último el del pueblo de Real de San Vicente en Toledo.

Desde Canarias, Andalucía, Galicia, Castilla-La Mancha o Cataluña hemos sufrido en España un año desesperante en cuestión de incendios.

Estos desastres naturales son de difícil reparación para nuestra nación que en algunas zonas está en una fase avanzada de desertización. Es preocupante también que la mayoría de los incendios hayan sido provocados por pirómanos o irresponsables que no tienen el menor cuidado en salvaguardar los bienes naturales de todos.

Además en este tema, como en la gestión del agua, vemos como la coordinación y la colaboración inmediata entre administraciones autonómicas o locales debe ser garantía de efectividad para que el patrimonio de los españoles no sufra las consecuencias de conflictos burocráticos o políticos absurdos. La unidad de acción para salvaguardar el patrimonio natural de todos debe estar siempre por encima de políticas partidistas.

La iniciativa del ministro Gallardón en relación al aumento de las penas para los provocadores de incendios es algo de valorar y esperemos que la modificación del Código Penal en este sentido se haga cuanto antes.

De igual manera se ha de tener en cuenta que el abandono del ámbito rural y su despoblación hacen que grandes parajes naturales que antes eran transitados y cuidados por el hombre han quedado paulatinamente deshabitados y que esa despoblación produce que muchos terrenos sean propensos al incendio. Se ha de fomentar el desarrollo y aprovechamiento de los parajes naturales para su gestión cinegética, turística o agrícola. El desarrollo y aprovechamiento de las zonas rurales produce directamente una vigilancia constante de sus pobladores, por mucha vigilancia que exista la administración es incapaz de sustituir el cuidado que los pobladores del ámbito rural han tenido desde tiempo inmemorial por sus campos.

La conciencia de que nuestros campos es un bien que nos han transmitido nuestros abuelos y que es nuestra responsabilidad devolver intacto a las generaciones venideras, debe ser fomentada en todos los ámbitos de nuestra nación.

En tiempos de Felipe II se decía que una ardilla podía recorrer España desde Gibraltar a Laredo sin bajarse de los árboles. Siglos después Antonio Machado recitaba lo siguiente:

"El hombre de estos campos que incendia los pinares
y su despojo aguarda como botín de guerra,
antaño hubo raído los negros encinares,
talado los robustos robledos de la sierra.
Hoy ve a sus pobres hijos huyendo de sus lares;
la tempestad llevarse los limos de la tierra
por los sagrados ríos hacia los anchos mares;
y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra"

Esperemos que esta lacra que sufrimos año tras año se pare por la concienciación y efectividad de políticas adecuadas y no porque los bosques de España terminen siendo un desierto comido por las llamas.

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