martes, 16 de abril de 2013

Recordando a la última niña asesinada por ETA

 
EL COMENTARIO     RICARDO CHAMORRO
COLABORACIÓN

EL DIGITAL CASTILLA LA MANCHA

Recordando a la última niña asesinada por ETA
   
09/08/2012 .    
   
   
   
Ricardo Chamorro
Santa Pola es una bella población levantina cercana a Alicante. Lugar de veraneo familiar y habitual destino de decenas de familias castellano-manchegas y de muchos otros puntos de España.

En esta población, un cuatro de agosto de hace diez años, la banda terrorista ETA acabó con la vida de la pequeña Silvia de solo seis años de edad y de Cecilio Gallego, en un atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil.

Este año, al celebrarse el décimo aniversario del atentado, se pretendió homenajear a todos los niños asesinados por esta banda criminal que aún sigue armada y medrando políticamente entre bambalinas. El total de menores de edad asesinados por ETA es de veintitrés, comenzando por un bebé de un año y medio llamada María Begoña Urroz Ibarrola, asesinada el 28/6/1960 por la explosión de una bomba en San Sebastián hasta Silvia Martínez Santiago asesinada hace diez años.

Este año asistió un coro de jóvenes, también estuvo presente como siempre el alcalde de Santa Pola, el popular Miguel Zaragoza, que siempre ha estado junto a los padres de Silvia, la portavoz de VCT Mamen Álvarez y por supuesto los padres de Silvia, terminando la madre Toñi Santiago hablando ante todos los congregados.

Toñi Santiago dijo que se sentía en ocasiones "como un judío en la Alemania nazi" pues por reivindicar justicia y no mirar a otro lado se les trata "de radicales , de ultras , se nos niega la voz en la mayoría de los medios de comunicación"; continuó diciendo que incluso se les acusa de buscar venganza, ante lo cual Toñi Santiago explicó, usando el diccionario y de manera didáctica, la diferencia entre justicia y venganza.

No deja de sorprenderme la poca repercusión mediática de este homenaje en donde un puñado de españoles homenajeó a esta última niña asesinada por ETA, un hecho que fue el detonante para que Aznar promoviera la ilegalización de Batasuna pronunciando la lapidaria frase de "se acabó, no voy a permitir que esta gentuza campe a sus anchas por las calles".

Es sorprendente que ese mismo día cuatro de agosto, y con una gran repercusión mediática a través de los medios de la izquierda, se homenajeó masivamente, por aquellos que se esfuerzan diariamente en decir a las víctimas de ETA que no están legitimadas para hablar, que deben perdonar, que olviden, que Otegui es un hombre de paz, que ilegalizar Batasuna fue una equivocación o que las víctimas son ultras que buscan venganza, a trece mujeres fusiladas hace setenta y tres años en el lejano contexto de la guerra civil.

Mientras las recientes víctimas de ETA son olvidadas y apartadas, algunos siguen con sus memorias selectivas con fines claramente políticos. El problema sería que los que deberían honrar constantemente a las víctimas de ETA prefieran no asumir responsabilidades con ellas ante el actual estado de cosas, lo cual no solo sería patético sino una traición a España. Mientras las víctimas del terrorismo no sean resarcidas plenamente en cuanto a su dignidad, a su memoria y aplicada a ETA una justicia real, la transición democrática española no se habrá consolidado.

El que suscribe y su familia estuvimos presentes un año más en el homenaje y cada año nos convencemos más de que hay que estar siempre junto a las víctimas del terrorismo, arroparlas y clamar junto a ellas por la justicia que merecen sus muertos que son los de toda España.

www.twitter.com/rchamode

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